Carteros, la profesión que se actualiza

<P>Son los encargados de entregar diariamente las cartas y las encomiendas a nivel nacional. En Chile suman 2.300. </P>




Su abuelo, tío y bisabuelo fueron carteros. Mario Martínez (51) quiso seguir con la tradición familiar desde los 16 años. En ese entonces, trabajaba durante los veranos en Correos de Chile al igual que sus familiares. Al cumplir los 18 años pasó a ser un trabajo definitivo y a tiempo completo. De eso, han pasado 32 años. "Soy la quinta generación de correanos en la familia. Mis hijos rompieron la cadena, pero mi hijo trabajó durante los veranos mientras estudiaba. Gracias a este trabajo pudieron ir a la universidad", señala.

En los 80, cuando Martínez comenzó en este oficio, la repartición de cartas se hacía a pie y con pocos implementos de ayuda. Hoy, Mario se traslada en una bicicleta asignada por la empresa. También lleva un dispositivo tecnológico, en el que va anunciando cada encomienda entregada en la comuna de Ñuñoa, sector en el que trabaja.

"A veces es bien sacrificado, sobre todo para aquellos colegas que trabajan en la zona 'roja', donde cobrar los $ 30 (por cada carta) es una misión casi imposible. Hay que tener harta vocación", asegura el trabajador. Pese a esto, su opción sigue siendo la misma: "me encanta mi trabajo y supe que quería hacer esto desde que salí con mi papá a repartir cuando era un niño y vi como los vecinos lo recibían. Eso lo vale". En el país, existen 2.300 profesionales que se dedican a este oficio, según Correos de Chile

El sueldo de trabajador de la empresa está compuesto por un monto fijo, que parte por cerca de los $ 270 mil brutos, y por un concepto variable, que es el pago por Derecho a Conducción establecido por ley. Esto último se refiere a lo que tienen que cancelar los usuarios al recibir una carta y que este año, tras más de una década sin alza, aumentó de $ 30 a $ 50 por recepción.

"Me parece justo, porque estuvimos casi 11 años con la misma tarifa. Es un reconocimiento", indica Mario Martínez. El pago de las familias puede llegar a corresponder el 50% del sueldo de los carteros. Un monto que a veces cuesta conseguir, debido a la reticencia de los usuarios.

Manuel Díaz (52), quien reparte cartas en Peñaflor, señala que "a veces no nos quieren pagar, pero le mostramos el decreto y acceden. Depende mucho, porque tengo usuarios que no me cancelan sólo los $ 30, si no que por cariño me pagan mucho más. Otras veces no, claro".

Para evitar malos ratos, los trabajadores deben mostrar la ley a los vecinos y una credencial que los acredite como trabajadores de Correos de Chile. "Cuando hacemos eso, la gente entiende y nos cancela, pero generalmente no tenemos tantos problemas, ya que los conocemos desde hace años", cuenta Martínez.

Ambos carteros admiten que el trabajo ha ido cambiando con el tiempo. Ahora ya "no se ven cartas de saludos. Cada vez más repartimos paquetes, cuentas de bancos y muchos envíos del extranjeros, sobre todo de China", explica el cartero de Ñuñoa.

Según la empresa, esta es la nueva forma de trabajo que hacen los repartidores 2.0: "si bien la carta ha ido disminuyendo levemente, el negocio de la paquetería ha crecido exponencialmente. (...) Los últimos años nos hemos enfocado en desarrollar las capacidades necesarias para hacernos cargo de este gran desafío. En 2014 terminamos de completar nuestra red de trazabilidad online, hoy nuestros 2.300 carteros y 450 camionetas cuenta con dispositivos que nos permiten transmitir en línea el estado de los paquetes".

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