Casa Nacional del Niño se trasladará a nueva sede en Ñuñoa

<P>Tras 70 años, funcionarios y 80 niños dejarán las instalaciones ubicadas al interior del Hospital Calvo Mackenna.</P>




Los pasillos de la actual Casa Nacional del Niño, ubicada al interior del Hospital Calvo Mackenna, se han transformado en los únicos lugares a los que pueden acceder los familiares de los niños que se encuentran bajo el cuidado y protección del Sename. En zonas estrechas y antiguas, con poca iluminación y con atochamiento de gente, se realizan las visitas, debido al reducido espacio de las instalaciones, lo que impide contar con zonas especializadas.

Esta dinámica se ve reflejada en otros espacios del recinto: solo nueve salas albergan a cerca de 80 niños de entre cero y cinco años, existiendo un déficit de baños, zonas de recreación, salas de aislamiento y ausencia de patios. Todos espacios insuficientes para cubrir las necesidades de los menores.

Sin embargo, a contar del segundo semestre de este año, esta realidad cambiará: los menores se trasladarán a un centro construido y diseñado especialmente para ellos en Ñuñoa. La nueva Casa Nacional del Niño contará con 2.729 m2 construidos, en una superficie de 5.822 m2, aumentando un 105% y 328%, respectivamente.

"Queríamos una edificación creada de manera más inteligente y amigable, con un concepto de familia y de hogar, donde los niños se pudieran sentir acogidos y también les permitiera desarrollar mejor sus procesos", señaló la ministra de Justicia, Patricia Pérez, quien agregó que "la inversión superará los $ 2.500 millones".

De esta forma, 11 dormitorios, que suman 749 m2 -108% más que en la actual casa-, con solo ocho camas o cunas por habitación y cada una con salas de baño y clóset, albergarán a los menores. Asimismo, se consideran dos salas de aislamiento para niños que ingresen enfermos, cinco párvulos, patios, salas de recreación, cuatro box de atención pediátrica y tecnología de más alto nivel, todo ambientado acorde a la edad de los menores.

Además, se implementarán comedores de niños y de funcionarios, biblioteca, salas de estudios y de juegos, salas de atención terapéutica y de descanso para educadoras de trato directo, sectores exclusivos para las visitas y áreas administrativas. En su mayoría, implementación que el antiguo edificio no poseía.

"Diferencia radical"

"La diferencia entre los centros es radical", comentó el director nacional de Sename, Rolando Melo. Agregó además que "el edificio antiguo es un sector del hospital, infraestructura inadecuada para el desarrollo de los niños. Acá tenemos espacios amplios con jardines, áreas verdes y luz natural".

La directora de la Casa Nacional del Niño, María Cristina Rojas, explicó que existe un alto grado de ansiedad por el cambio, señalando que "esto es un sueño hecho realidad. Conseguirlo fue un camino difícil y largo".

Agregó que "la nueva casa reúne todas las condiciones para que un niño sea feliz en un lugar que no es su casa definitiva, sino que un lugar transitorio".

Los menores ingresan a esta residencia luego de que un tribunal resuelve que sus derechos han sido vulnerados, ya sea por abandono, negligencia, maltrato o drogadicción, esperando que puedan volver a ser reintegrados a sus familias u optar a la adopción.

Por su parte, la antigua infraestructura, que albergó durante 70 años a la institución, quedará a cargo del Hospital Calvo Mackenna.

Así, este año la Casa Nacional del Niño cumplirá 252 años de existencia, celebrados en una nueva sede, la nueva casa de protección al menor.

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