Casa Royal busca llegar a la zona oriente de Santiago
<P>La cadena, que factura unos US$ 23 millones anuales, espera que sus ventas crezcan hasta 7% este año.</P>
Ya han pasado casi 76 años desde que Bautista Baldrich abrió la primera sucursal de Casa Royal en la Alameda. Fue en los años 30, cuando el medio de comunicación más novedoso era la radio y Casa Royal importaba aparatos de Estados Unidos.
Hoy esta empresa familiar vende $ 11.000 millones al año -unos US$ 23 millones-, tiene cerca de 300 empleados, casi dos millones de clientes y ocho locales. "Nuestro objetivo es seguir creciendo, pero no en forma explosiva, sino pausada. Ir viendo, abrimos un local y nos interesa que esté bien consolidado", explica Marcelo Mir Baldrich, gerente de administración y finanzas de la tienda y sobrino bisnieto del fundador.
A principios de la década pasada, Casa Royal decidió expandir su negocio e incursionar en centros comerciales del grupo Plaza, donde ha abierto cinco tiendas. Ninguno de ellos, sin embargo, está en la zona oriente de Santiago, adonde les interesa expandirse, para, dice Mir, tratar de recuperar la antigua clientela que antes trabajaba en el centro de la ciudad y que hoy se ha trasladado a Providencia y Las Condes.
La llegada a esa zona no ha sido fácil: aunque han tenido conversaciones con algunos malls, no han podido concretarla. "No siempre se logra lo que uno quiere", concluye Mir.
La facturación de la compañía creció menos de 1% el año pasado -como muchas empresas, por la crisis- y para este ejercicio espera un repunte de entre 5% y 7%. El reimpulso se origina en el terremoto y el Mundial de Sudáfrica, que reactivaron el área de electrónica en el país.
El negocio de Casa Royal ha evolucionado desde que Baldrich la fundó en 1934. "Antiguamente, uno traía repuestos, artículos que servían para reparar productos finales. Hoy, los repuestos han disminuido en demanda. Hoy uno compra un artículo y, si se echa a perder, lo repone, no lo repara, sale más caro reparar que comprar uno nuevo", cuenta.
Por lo mismo, la variedad es distinta según la sucursal. El único lugar donde se siguen vendiendo repuestos es en la casa matriz, en la Alameda, donde capacitan a sus vendedores para instalar, configurar y utilizar productos. "No es como un supermercado, donde tomas la caja y te la llevas" explica.
Ir a regiones no está aún entre sus planes. "Nos cambiaría un poco el negocio (...). Aquí en Santiago todavía nos falta", explica Mir. En 15 años, calcula, podrían terminar su expansión en Santiago y recién pensar en crecer fuera de la capital.
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