Cascanueces: un príncipe de madera en La Moneda

<P> El popular ballet navideño se presenta en la Plaza de la Constitución el próximo sábado con 120 bailarines y la más reciente tecnología en proyección de imágenes.</P>




Jaime Pinto, el coreógrafo de Cascanueces, escarba entre sus recuerdos y se da cuenta de que conoció el ballet de Tchaikovsky ya de grande. En su infancia no hay príncipes de madera ni ejércitos de ratones. Tampoco hadas del azúcar, gnomos ni conejos tambores, todos personajes de la obra estrenada en San Petersburgo en 1892. Por el contrario, es probable que lo haya conocido cuando lo bailó en alguna compañía de danza europea, interpretando el rol del misterioso mago Drosselmeyer. "En Chile, Cascanueces no es una tradición de las navidades tan antigua como se cree. En mis tiempos, al menos, no se conocía mucho", dice Pinto, quien comenzó a bailar en los 60 y lleva una década al frente de la exitosa coreografía.

La propuesta del Ballet de Santiago del Teatro Municipal se presenta a partir de mañana en el recinto capitalino ( a las 16 y a las 20 horas) y se repite desde el viernes 18 hasta el miércoles 30. Entre estas funciones a puertas cerradas se realizará una gran puesta en escena al aire libre el próximo sábado 12 a las 20.30 horas, consistente en la misma coreografía de Jaime Pinto acompañada de un show de luces y mapping que se proyectará sobre el frontis norte del Palacio de La Moneda. El espectáculo, presentado por Banco Santander, con apoyo de La Tercera, convocará a 120 bailarines en escena: es decir, más que en cualquier otra oportunidad. Si en la presentación del año 2010 el sistema de mapping sólo iluminó 25 metros de la fachada del palacio de gobierno, en esta oportunidad cubrirá los 40 metros de todo su ancho. El show está programado para las 20.30 h y es gratuito.

"No solo necesitamos a todos los bailarines de la compañía, sino que tenemos que recurrir a los muchachos de la Escuela de Ballet del Teatro. Hay que hacerlo en forma muy sutil, sin que se note demasiado que hay más bailarines en el centro del escenario. Además Cascanueces tiene la particularidad de contar con niños. Por suerte, los chicos de ahora son bastante despiertos, entienden de inmediato y tienen iniciativa", comenta el coreógrafo, que en esta versión le da especial protagonismo al personaje de Drosselmeyer.

"Ha sido como darme un gusto. Durante muchos años me tocó hacer el personaje de este tío misterioso, pero siempre en segundo plano. Así es que cuando tuve la oportunidad de hacer mi propia coreografía, decidí darle a Drosselmeyer el rol protagónico", cuenta acerca de su concepción del ballet. Basado en un cuento del escritor romántico alemán E.T.A. Hoffmann, adaptado a su vez por el francés Alexandre Dumas, Cascanueces es en grandes términos la historia de un sueño de Navidad: la pequeña Clara recibe de regalo un Cascanueces con aspecto de príncipe, quien cobra vida durante la noche.

"Sin embargo, para mí el origen de todo es Drosselmeyer. Sin él no sucedería nada. Cuando él aparece en casa, el árbol se viste de Navidad y llegan los regalos, los ratones encantados, el Cascanueces. El es el mago que hace dormir a los niños y los transporta en sus sueños a lugares fantásticos. El los vuelve a la realidad también", explica.

Para Luis Ortigoza, al que se le hace difícil recordar la cantidad de veces que ha estado en Cascanueces en su vida, uno de los principales retos en la interpretación de Drosselmeyer es la interacción con los niños. "Eso no es lo habitual en un ballet. Los niños siempre le otorgan algo de sorpresa a las presentaciones", dice el primer bailarín del Ballet de Santiago, que enfrenta a Drosselmeyer como un personaje que juega constantemente al misterio.

Para la producción de este sábado 12 una de los principales innovaciones es una proyección que muestra a Drosselmeyer bajando de los cielos en su trineo. El efecto sólo es posible gracias a la utilización de la más reciente tecnología de mapping o proyección de imágenes, que en este caso incluye dos proyectores de 35 k y otros dos de 27 k. También a través de esta técnica se proyectarán los tradicionales ratones del ballet, que en este caso se escabullen a través de las ventanas y las cornisas del edificio de gobierno.

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