Catherine David: "Existe una conexión incestuosa entre arte y mercado"

<P>La curadora francesa dio una charla ayer en el Centro Gabriela Mistral, junto a la crítica Nelly Richard.</P>




En 1997 había grandes expectativas sobre la mirada crítica que tendría Documenta X, en Kassel, uno de los eventos de arte contemporáneo más importantes del mundo. Era sabido el gran interés que tenía su nueva directora y curadora francesa, Catherine David, por el arte producido en territorios fuera de EE.UU. y Europa. La mayoría esperaba que el encuentro estuviese lleno de artistas latinos, africanos y asiáticos. Nada de eso pasó: David se resistió a incluir muestras multiculturales, apelando a que eso hubiese sido otra "farsa colonial" y se negó a ser parte del nuevo "exotismo".

El hecho confirmó la personalidad crítica y provocadora de la curadora, que de paso por Chile conversó con la teórica Nelly Richard en un encuentro abierto realizado ayer, en el Centro Gabriela Mistral.

La curadora se inició, en los 80, como conservadora del Centro Pompidou de París, organizó exposiciones de artistas como Eva Hesse, Gordon Matta-Clark y Moholy Nagy, y en lo últimos años se ha interesado en comprender los procesos artísticos del mundo árabe. "En 1999 hice un viaje a Beirut, para conocer el arte de esa parte del mundo. Aún no hay ninguna colección que tenga un artista árabe bien presentado y hoy se hace aún más complicado. Hay una conexión incestuosa entre el arte y el mundo financiero, donde los que invierten en arte son los mismos que invierten en edificios. Eso hace que haya artistas que conscientemente exotizan su trabajo para provocar interés, para dar al público lo esperado. A mí no me interesa el arte hecho con clichés, fetichista, eso me parece simple y mediocre. A esos artistas simplemente no los invito", dice David, a quien tampoco le gusta hablar de arte, sino de prácticas artísticas: "Lo importante es examinar si los procesos son buenos y tienen densidad".

En 2009, David estuvo a cargo del pabellón de Abu Dhabi en la Bienal de Venecia, lo que marcó un hito en la presencia de los países árabes en esta muestra de arte. Sin embargo, la francesa es dura para referirse al trabajo de sus colegas: "Hay confusión entre ser curador y tener autoridad crítica y en ser promotor de arte. Hace 15 años que cualquier imbécil que cuelga tres obras en la pared se cree curador". Tampoco es muy benevolente con los eventos de arte: "Hoy hay bienales y exposiciones en todos lados. Bienal es una palabra mágica para que políticos puedan atraer dinero, pero en ningín lado dice que una bienal tenga que tener 300 artistas y gastar el dinero en dos meses. En esto, Documenta es un caso especial, que en sus años simbolizó la reintroducción de Alemania al mundo del arte, tras la guerra. Funciona con un presupuesto modesto, no mayor que el de la Bienal de Sao Paulo, pero tiene una libertad que no tiene ninguna bienal. Eso hay que saber manternerlo", remata.

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