Cecilia Bolocco bailó en pleno Paseo Ahumada desde Madonna a Jennifer López

<P>La diva salió de repente, hizo piruetas a lo Raffaella Carrá y terminó elevada por sus bailarines. En medio de unos 500 transeúntes que siguieron el breve show de no más de cinco minutos que la ex Miss Universo grabó durante la tarde de ayer para el nuevo estelar de Luis Jara en Mega.</P>




"¡Se ve más linda que en la tele!", gritaba uno de los peatones que se encontró de repente y en pleno Paseo Ahumada con Cecilia Bolocco haciendo piruetas y bailando a lo Raffaella Carrá, elevada por un grupo de danzarines al son de los éxitos de Jennifer López, Madonna e incluso de las Spice Girls. Porque la diva ayer sorprendió a centenares de curiosos en el centro de Santiago con un show flash. Una aparición repentina. Un breve espectáculo realizado para el nuevo estelar de Luis Jara, que parte a fin de mes y se llama Un Golpe de Lucho.

La producción preparó cuidadosamente la escena. Frente al local de la Feria del Disco cerca de la esquina de Ahumada con Huérfanos instalaron las cámaras. Los bailarines con trajes de escolar, oficinista, rapero y peatón común y corriente se mezclaron con la gente. Un grupo de fotógrafos y camarógrafos de matinal de farándula armaron un círculo en plena calle. A las 16.40 comenzó la música. Desde Let get loud de la López hasta Girls just wanna have fun de Cindy Lauper. El cuerpo de baile empieza a moverse y aparece Bolocco con una chaquetita de motociclista, leggins negras muy ceñidas, botas y peinado salvaje: con más extensiones, escarmenado y algunas trencitas a lo Bo Derek. Dio vueltas, brincó, se agitó como si estuviera en Flashdance y terminó elevada por sus acompañantes. Saludando y mirando al cielo.

Todo duró unos cinco minutos a lo más y dos guardias con porte de ropero se la llevaron y la condujeron en medio de una batahola hasta una van que la esperaba en calle Bandera. "¡Sentí mucha energía!", contaba la ex Miss Universo. "Quería que la gente lo pasara bien", agregó, quejándose eso sí de que "me dejaron un espacio muy pequeño para bailar" y que con tanto apuro "no tuve mucho tiempo para ensayar". Alguien le preguntó por qué no hacía el baile del caño. Ella arrugó un poco las cejas y manteniendo la compostura simplemente observó que "no, no... el caño no hace falta". Y partió.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.