Chileno va al concurso de ópera más importante del mundo

<P>El barítono Javier Arrey es apadrinado por Plácido Domingo y está hoy en dos óperas en España. </P>




El templo se llama Catedral de Alabanza y queda en el paradero 20 de Vicuña Mackenna, en plena comunda de La Florida. Durante varios años uno de sus feligreses más fieles fue Javier Arrey, el barítono chileno de 28 años que cultivando con entusiasmo su fe evangélica aprovechó de templar su voz en los coros religiosos. Arrey ya venía cantando desde su infancia en las iglesias de Valdivia -su ciudad natal- y a los 25 años tuvo el encuentro que definió su vida profesional: a esa edad, en el 2007, conoció a Plácido Domingo, su padrino musical.

"Domingo vino a cantar a la Plaza de Armas, en un concierto al aire libre. Después de uno de sus ensayos me acerqué con un CD de canciones que le había preparado. Le pedí que tuviera la deferencia de escucharlo algún día. Nada más. Pero él me dijo que no confiaba en los discos y me pidió que improvisara ahí mismo, en frío, a capella. Poco tiempo después me invitó al concurso de ópera Operalia, que él mismo organiza, y en junio del 2007 estaba cantando en la competencia en París", cuenta Arrey.

Desde aquella experiencia su carrera sólo ha subido de peldaño en peldaño, siempre bajo la mirada de Domingo. Hoy da un paso grande: cantará los roles principales de dos óperas en el prestigioso Palacio de las Artes de Valencia, en España. Lo dirigirá desde la orquesta el propio Plácido Domingo. "El programa se repite mañana y canto dos obras seguidas: El teléfono y Amelia al ballo, ambas del estadounidense Giancarlo Menotti, de quien se cumplen 100 años de su nacimiento. Es un repertorio moderno, algo más difícil que lo tradicional", dice Arrey sobre estas óperas en un sólo acto.

En las obras -que duran menos que una ópera tradicional- Arrey interpreta respectivamente al esposo celoso de una mujer y al amigo de una chica que durante toda la historia sólo habla por el auricular. Luego de estas presentaciones, Arrey hará una gira por varias ciudades en Estados Unidos, también con Plácido Domingo en el foso a cargo de la orquesta. Pero antes, entre el 18 y el 24 de julio estará otra vez participando en Operalia, uno de los concursos de ópera más importantes del mundo. "Es como el Mundial de Fútbol, pero en ópera. Llegan de todas partes del mundo. Una competencia inmensa", explica sobre el concurso que este año se realiza en Moscú.

Operalia es una prueba creada por el propio Domingo hace 18 años y entre sus ilustres ganadores están cantantes como el mexicano Rolando Vilazón y el argentino José Cura.

Made in Chile

A diferencia de otras voces líricas locales como Verónica Villarroel o Cristina Gallardo-Domas, Arrey se formó en Santiago. "Estudié en la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, bajo la guía del profesor Hans Stein. A él le debo mucho", explica el músico, que se pagó sus estudios trabajando como apuntador (ayudante de cantantes) en el Teatro Municipal.

Arrey es habitual de la Opera de Washington -donde ha destacado en Madama Butterfly, entre otras óperas- y estudia en esa ciudad con apoyo del Consejo Nacional de la Cultura de Chile. "Para mí el modelo es Domingo. Canta, conduce ópera, dirige teatros y maneja concursos. Y todo lo hace bien. No sé de dónde saca fuerzas. Es una máquina. Una vez se lo pregunté y me dijo que para él no se trataba de trabajos, sino que de hobby. Que le gustaba. Y bueno, yo pienso o trato de pensar igual: que lo que hago lo hago por amor", dice. "Y otra cosa, nunca me olvido de Dios. Mi voz es un regalo de él".

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