Científicos australianos logran crear embriones de rana extinta hace más de 30 años

<P>Expertos traspasaron información genética de ejemplar congelado por cuatro décadas a otra especie de rana viva.</P>




Según la Biblia, Lázaro era un amigo de Jesús que tras cuatro días muerto resucitó por la acción de Cristo.

Siguiendo esta metáfora bíblica, científicos de la U. de Nueva Gales del Sur (Australia) bautizaron Proyecto Lázaro una iniciativa por revivir a la Rheobatrachus silus, una especie de rana extinta en los 80.

Y los expertos ya dieron un decisivo paso: Mike Archer, líder del proyecto, anunció el viernes en una conferencia TED, que usando ingeniería genética obtuvieron embriones de la especie, los que contenían información genética de la desaparecida Rheobatrachus silus.

Para conseguirlo, los expertos tomaron muestras de una rana que permanecía congelada hace 40 años en un refrigerador del doctor Mike Tyler, de la U. de Adelaida. "El fue la última persona que tuvo una colonia de estas ranas en su laboratorio y le dije: '¿tendrías por casualidad tejidos de esta rana?'. Y él fue a su refrigerador y tenía un frasco con tejidos de la rana a -20 °C", contó Archer en la misma conferencia.

Pese a que la rana no había sido protegida, sino simplemente puesta en un congelador doméstico, fue posible obtener muestras de las que se pudo extraer ADN e insertarlo en huevos de otra rana australiana, la Mixophyes fasciolatus. Realizado el proceso, algunos huevos comenzaron espontáneamente a dividirse y crecer, hasta convertirse en embriones que murieron pocos días después. Cuando realizaron las pruebas genéticas a estas células, confirmaron que se trataba del material genético de la rana extinta.

Por la boca

La importancia de este animal -que habitaba la zona de Queensland, al este de Australia, y que desapareció por la pérdida de hábitat, aparición de hierbas invasoras y un hongo llevado por los humanos- radica en que era el único ser vivo capaz de incubar huevos en su estómago. La rana podía desconectar la segregación de enzimas digestivas, evitando dañar los huevos. Así, el órgano se transformaba en la incubadora perfecta, segura y libre de depredadores hasta que los huevos eclosionan como renacuajos y se transforman en ranas pequeñas que emergen de la boca de sus progenitores.

A juicio de Archer, el experimento fue como el proyecto de clonación de Dolly, aunque con matices. "Con Dolly se trataba de células vivas dentro de células vivas. En cambio, nosotros tomamos un núcleo muerto de una especie extinta y la pusimos dentro de otra especie viva". Probaron varias veces la técnica, hasta que en febrero pasado funcionó y ocurrió el milagro.

El líder del proyecto aclaró que lo que obtuvieron no es un renacuajo, ni una rana, pero aún así, representa "un gran avance para traer de nuevo una especie extinta".

"Hemos reactivado las células muertas en los vivos y revivido el genoma de la rana. Ahora tenemos nuevas células criopreservadas de la rana para usarlas en experimentos de clonación futuros", agregó.

Según el experto, los obstáculos que hoy existen para conseguir la hazaña son tecnológicos, no biológicos.

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