Científicos descubren proteína clave para eliminar grasa del cuerpo
<P>Proteína convierte a las células de grasa blanca en grasa parda, que es más fácil de eliminar. </P>
Desde que se supo, hace casi tres años, que las personas adultas también tenían grasa parda acumulada en su cuerpo, se abrió un nuevo flanco de investigación en la lucha contra la obesidad. Antes se pensaba que sólo los ratones y los bebés humanos formaban este tipo de grasa, encargada de mantener la temperatura corporal.
Esta grasa, también llamada marrón, a diferencia de la grasa blanca, que se acumula por exceso de calorías, se elimina rápidamente del cuerpo.
Desde este hallazgo, se han sumado nuevos antecedentes: sometido a bajas temperaturas, el cuerpo es capaz de generar más grasa parda y hasta se descubrió un gen, que si se activa, es capaz de crear grasa parda en lugar de blanca.
Ahora, una nueva investigación realizada por la U. de California en San Francisco (EE.UU.) logró que una proteína "encienda" un mecanismo que permite a las grasas blancas transformarse en grasas pardas.
Todo comenzó cuando en el laboratorio del Centro de Diabetes de esta universidad, probaron en ratones un nuevo medicamento para diabetes tipo II, con resistencia a la insulina. Los investigadores descubrieron que la proteína PRDM16 que ellos mismos habían descubierto antes, y que está presente en hombres y ratones, era capaz de crear un interruptor en las células de grasa, transformando la grasa acumulada por exceso de calorías (blanca) en células grasas que queman calorías (parda o marrón). "No todas las células grasas son malas. Hay dos tipos con distintas funciones. La marrón usa energía para producir calor y así los animales pueden regular su temperatura", explicó Shingo Kajimura, líder del estudio.
El descubrimiento hace que esta proteína sirva para crear un potencial fármaco contra la obesidad en el futuro, que permita una quema rápida de calorías.
Hasta ahora, todos los tratamientos para tratar la obesidad se centran en limitar la ingesta de calorías (con la absorción directa de grasas desde el estómago) y la disminución del apetito.
Proteína activadora
Según Kajimura, esta proteína es considerada como un macromodulador necesario para la activación de la grasa parda y sería una nueva manera de luchar contra la obesidad, a través de una reprogramación del gasto energético.
En su trabajo, publicado esta semana en la revista Cell Metabolism, se explica que esta transformación es posible también en los seres humanos, pero la obtención de un medicamento que la contenga puede tomar varios años aún. "La pregunta ya no es cómo hacemos para transformar grasa blanca en grasa marrón. Ahora, la pregunta es más específica: ¿Podemos simplemente estabilizar esta proteína?", dijo Kajimura, en alusión a que estabilizando la proteína, se puede desarrollar un fármaco seguro.
Por ahora, el equipo que dirige mantiene dos preocupaciones. Según Kajimura, una vez que logren estabilizar la proteína y esta se mantenga constante en un fármaco, deberán controlar dos efectos secundarios: la retención de líquido y la posibilidad de riesgo cardiovascular.
Ratones con gen extra
También en la revista Cell Metabolism se destacó otro descubrimiento realizado por el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) en España.
En un trabajo realizado con ratones de laboratorio, comprobaron que aquellos individuos que tenían una copia extra del gen Pten, un conocido supresor de tumores, no sólo no tenían cáncer, sino que además se veían más jóvenes y delgados que los otros ejemplares, aun cuando consumían una mayor cantidad de calorías.
Manuel Serrano jefe del equipo, señaló que los ratones con la dosis de gen extra son un 28% más delgados que la media, pese a una dieta hipercalórica, y un 12% más longevos.
Al parecer, el organismo de estos ratones tolera de mejor forma el exceso de grasa en el hígado y también tienen menos posibilidades de desarrollar diabetes.
En el estudio, la respuesta también está en la grasa parda: los ratones con gen extra tienen grasa parda más densa que los ratones sin el agregado. Así, en lugar de acumular como grasa el exceso de calorías de la dieta a la que estaban sometidos, los ratones eran capaces de quemar toda esa grasa.
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