Cirugía pionera en el país permite controlar reflujo con un dispositivo similar a un marcapasos

<P>Varios ya lo usan en un plan experimental, pero chileno es el primero en usarlo como tratamiento.</P> <P>R Aparato dura 12 años, se injerta con cirugía poco invasiva y paciente está de alta en 24 horas.</P>




Hace poco más de un año y medio, un aviso en el diario llamó la atención de Rosa Castillo. Por décadas había sufrido de reflujo gastroesofágico, condición causada por una alteración en los sistemas de cierre de la parte alta del estómago, justo en la zona en la que se une con el esófago, cuadro que le provocaba ardor y molestias.

El aviso buscaba pacientes con reflujo severo que estuvieran dispuestos a probar un dispositivo implantable que decía funcionar igual que un marcapasos de corazón. "Fui a la reunión y quedé entre las seleccionadas. En ese tiempo, hasta el agua me provocaba ardor y mucho dolor. Me pusieron el dispositivo hace un año y medio y estoy muy contenta con los resultados. Puedo comer de todo, hacer mi vida normal y sin medicamentos. Hasta puedo comer ají. De todo, pero sin excesos".

Ella es una de los 34 chilenos que fueron parte de los estudios experimentales que probaron la eficacia de este tratamiento y que permitieron que este lunes se realizara por primera vez en el mundo esta cirugía, en un paciente chileno, como parte de su terapia clínica, fuera de los protocolos de investigación.

La operación del implante, bautizado EndoStim, creado por una empresa estadounidense y en la que participan médicos, ingenieros y empresarios de Chile, Brasil, Uruguay, Estados Unidos, Europa, Israel e India, se realizó ayer a las siete de la mañana, en la clínica Indisa. En menos de 45 minutos, el contador auditor Claudio Moraga (47) ya tenía instalado el dispositivo. Treinta horas después del procedimiento, ya estaba de alta en su casa y comiendo papillas. "Por años tuve molestias. Tenía que tomar medicamentos en la mañana y en la noche. Si se me olvidaban volvían las molestias. Había muchos alimentos y aliños que no podía comer. El café, por ejemplo, estaba absolutamente prohibido", dice. Para evitarse todas estas molestias y los riesgos de osteoporosis que implica el consumo prolongado de los fármacos comúnmente utilizados en estos cuadros, decidió consultar. Así llegó a la consulta del cirujano de la Clínica Indisa Leonardo Rodríguez y se convirtió en el primer paciente en el mundo en usar el dispositivo como indicación médica.

Síntomas y tratamiento

Según Rodríguez, uno de los especialistas que inició esta investigación en Chile hace más de cuatro años con pruebas en animales, el reflujo es una condición más frecuente en hombres sobre los 40 años. Para su tratamiento, el paciente requiere cambios de hábitos, que van desde dieta (que excluye alimentos flatulentos, ácidos, grasas y muy irritantes), hasta dormir en una cama reclinada que eleve la cabeza.

A estas medidas se suman medicamentos que disminuyen la secreción de ácidos gástricos (ácido clorhídrico) como el omeprazol, pero no pueden indicarse por mucho tiempo porque aumentan el riesgo de osteoporosis, debido a que impiden la absorción de calcio.

Además, "con los medicamentos se impide el reflujo de ácidos, pero no de bilis y eso también daña enormemente al esófago", dice Rodríguez.

También existe una cirugía que refuerza en forma externa la unión del estómago y el esófago, apretando la zona con el mismo estómago como si fuera una bufanda, pero que no siempre tiene buenos resultados porque el esfínter sigue sin contraerse y por el tipo de tejido, puede volver a distenderse.

"La respuesta del implante es más fisiológica, porque restituye la función perdida del esfínter que es la contracción", indica el experto.

El dispositivo ya fue aprobado en Europa, mientras en EE.UU. la FDA afina los últimos detalles para autorizarlo.

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