"Cisne negro y El luchador son películas hermanas"

<P>El realizador estadounidense se refiere a Cisne negro, película nominada a cinco premios Oscar, incluyendo Mejor Director.</P>




Hubo un tiempo en que la vida no le sonreía demasiado a Darren Aronofsky. Fue entre los años 2000 y 2006, cuando tras el éxito fulminante de Réquiem por un sueño (2000) decidió hacer un filme que transcurriera en tres épocas diferentes y durante un período de mil años. Se llamó The fountain (2006), mezclaba a mayas y conquistadores españoles, tardó seis años en hacerla, no recuperó ni un tercio de su costo y fue masacrada por los críticos de EEUU. Lo único bueno de The fountain fue que el director conoció a la actriz Rachel Weisz, la futura madre de su hijo.

Cuatro años más tarde, Aronofsky luce bastante más relajado y los éxitos de El luchador (León de Oro en Venecia) y Cisne negro (nominada a cinco Oscar) le dan el aire de un hombre que tiene las cosas más en control. En el pasado Festival de Venecia Aronofsky presentó el filme que además le significó el Globo de Oro a Natalie Portman y que cuenta en clave de suspenso y fantasía alucinada la historia de una bailarina de ballet con trastornos de personalidad. A medida que transcurre la historia, Nina Sayers (Natalie Portman) va perdiendo los estribos al mismo tiempo que lucha por lograr la perfección artística.

¿Cuáles son las referencias fílmicas de Cisne negro?

"Hay bastante influencia de Roman Polanski, sobre todo de películas como Repulsión (1965) y El inquilino (1976). También de La mosca (1986), de David Cronenberg. Por otro lado, tiene mucho del mito del hombre lobo, considerando que en la historia original el personaje femenino es de día humana y de noche un cisne. Por supuesto, la música de Tchaikovsky para el ballet es una gran inspiración y la escuché una y otra vez. En relación al tópico de los celos y las competencias profesionales, también hay una gran presencia de La malvada (1950), el clásico con Bette Davis de Joseph L. Mankiewicz

¿Cómo nace la película?

La idea viene en un momento en que quería llevar al cine El doble (1846), una narración corta de Fiodor Dostoievski que me intriga por el tema de la doble personalidad. Al mismo tiempo, siempre me llamó la atención el mundo del ballet, la poca vida útil de los bailarines y los tremendos sacrificios que tienen que enfrentar para estar en forma. Mi hermana mayor fue bailarina y yo conocía ese universo.

¿Hay semejanzas con otras de sus cintas?

Sí. Así como en Pi (1998) muestro una lucha por lograr la perfección mental, en El cisne negro me interesa mostrar un esfuerzo similar para conseguir la perfección física. Son increíbles las privaciones que los bailarines deben sufrir para parecer más ligeros que el aire. Quise mostrar la lucha que hay detrás de aquella supuesta facilidad con que se mueven en el escenario. Eso es fascinante.

¿Da la impresión que Cisne negro es una continuación de El luchador?

Son hermanas. Hay muchas similitudes y de hecho uno de mis sueños es exhibir ambas películas en un programa doble. Ambos personajes usan sus cuerpos en el mundo del espectáculo y tienen luchas similares. Hay diferencias, por supuesto: una es mujer y el otro hombre, ella es la estrella más grande de su disciplina y él está en el peor de sus momentos. Pero hacia el desenlace de ambas películas, los dos lo dan todo por su oficio.

¿Le interesan las situaciones límite en el cine?

Sí, siempre al borde de algo. El mundo del ballet en El cisne negro y el mundo de la lucha libre en El luchador se prestaban para eso. Pero los trabajos de Natalie Portman y Mickey Rourke en ambas cintas son diferentes: Natalie hizo una gran labor y se sacrificó mucho, pero Mickey se transformó en el personaje. Era un auténtico luchador. Son dos estilos diferentes de trabajo.

¿Cree que el ballet es uno de los oficios más duros del mundo?

Es muy exigente, pero no mucho más que otros. Hacer películas es muy difícil también. Ser profesor es increíblemente complicado y lo sé, pues mis dos padres lo eran. Quizás ser periodista, ir a festivales de cine y ver películas sea una de las pocas profesionales fáciles del mundo (risas).

¿Qué puede decir acerca del trabajo con las actrices Winona Ryder y Barbara Hershey, que tienen roles más pequeños en la película?

Barbara Hershey es una verdadera profesional, ha trabajado con los grandes (Scorsese, Allen) y fue capaz de darle varias dimensiones y caras al personaje de la madre de Natalie Portman, que en principio parecía muy unidimensional en el guión. Winona Ryder, por otro lado, demostró tener un espíritu de equipo y nivel de esfuerzo increíbles: fue muy dulce y no soltó ni un solo reclamo cuando la hice repetir hasta 30 veces una misma toma.

¿Y con Natalie Portman?

Natalie es una chica muy respetuosa. Es curiosa la comparación con Mickey Rourke. Ella no hizo ningún reparo al guión, en cambio Mickey intervino cada vez que pudo con sus líneas y cambió mucho. A su favor debo decir que es un muy buen escritor e incluso tiene un par de guiones. A mi favor, que soy totalmente responsable por haber reflotado su carrera (risas).

Usted tiene fama de exigente en los rodajes…

Trato de dirigir con claridad y en una forma muy directa. Algunos dicen que soy duro y otros no. Lo único que puedo comentar es que cuando empezamos a trabajar en El luchador le dije a Mickey Rourke que había destruido su carrera y que ahora lo iba a hacer trabajar como un perro. Captó el mensaje y todo salió bien.

Tras los Globos de Oro y el León de Venecia debería haberle resultado más fácil hacer Cisne negro.

Pensé erróneamente lo mismo. Dos semanas antes del inicio de rodaje se acabó el dinero y básicamente tuve que rogar a Fox Searchlight para que nos financiaran el proyecto. Apenas tuvimos 14 días de rodaje.Cuando en Hollywood tratas de hacer una película rara o diferente, da lo mismo que te hayas ganado mil premios Oscar. Solo quieren financiar sobre seguro.

¿Alguna vez se ha sentido al límite en su profesión?

No me encuentro en una fase profesional de delirio equiparable a la de los personajes de Cisne negro o El luchador, pero reconozco que he pasado por períodos donde el frenesí del trabajo me ha consumido. Cuando hice Pi o Réquiem por un sueño era así. Hace unos días estaba viendo por primera vez el blu-ray de Réquiem por un sueño y no podía reconocer al tipo que hizo la película. Me resultó tan ruda: una auténtica pesadilla. Ahora trato de hacer un buen balance entre mi trabajo y mi pareja e hijo.

Aronofsky es un animal del trabajo: poco después de esta entrevista, el director se separó oficialmente de su pareja, la conocida actriz Rachel Weisz.b

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