Coleccionista sureño ha restaurado más de 100 autos clásicos
<P>Teddy Rivas Pratt vive en Cholchol, en la IX Región, y tiene una decena de vehículos de todas las épocas, pero ha vendido muchos más a aficionados del automovilismo. El coleccionista recupera las piezas originales y es invitado a exponer sus antigüedades en exhibiciones.</P>
Son vehículos que rinden siete kilómetros por litro y alcanzan 70 kilómetros por hora en promedio. Y aunque parecen poco convenientes para un automovilista común, todo coleccionista "tuerca" los quiere tener: se trata de modelos de Ford, Chrysler o Chevrolet, que en su época eran bólidos deportivos, carros policiales o autos de lujo cuando llegaron a Chile los años 60. Uno de los mayores impulsores del rubro es Teddy Rivas Pratt, quien dejó la agricultura en segundo plano y hoy pasa su tiempo restaurando lo que él llama una "joya": un Ford 5 de 1927, que descubrió en Molina transformado en camioneta, pero que pretende llevarlo a su estado original.
Su afición por los vehículos lo ha llevado a tener más de 100 autos. De ellos, 16 están en su casa ubicada a unos ocho kilómetros al norte de Cholchol, en la Región de La Araucanía. La mitad de sus restauraciones están vendidas actualmente. En promedio, compra los autos en unos $ 2 millones y los vende entre $ 4 millones y $ 6 millones.
Recuerda que su pasatiempo empezó hace 45 años, cuando quiso recuperar un Ford T de 1921 que su padre le había regalado a un mecánico. Lo consiguió, restauró y vendió en Santiago. "Desde entonces no ha parado mi aprecio por las antigüedades", cuenta.
"Un auto antiguo se transforma en pasión, cuando uno sabe reconocer lo que la historia le ha entregado", dice.
Por eso cuenta que al Ford de 1927 "le mandé a hacer a un carpintero todos los rayos en madera de luma (que es la más resistente). Traer los originales desde EE.UU. (eran de Hickory) era muy complicado por el precio y por el tema de los trámites del Servicio Agrícola y Ganadero". El resto del vehículo es original, incluyendo los neumáticos, la cámara, la capota y los accesorios, los que fueron importados desde Estados Unidos. Aclara que "esta joya ya está vendida y la entrega dentro de los próximos meses".
Debido a su labor, Rivas tiene variadas anécdotas. Sostiene que hace algunos años vendió un Pontiac de 1939 a un holandés, "andando y con todos los papeles al día. Él nunca hizo la transferencia y no sé si lo pudo sacar del país", dice.
Actual colección
En su colección de vehículos, Rivas hoy posee un Ford T-27 de 1927, como el modelo más antiguo (fue el primer modelo construido en serie por esa empresa) y el más "nuevo" es un Chevrolet Impala de 1960. El resto corresponde a distintos tipos que incluyen desde autos de lujo con neumáticos de repuestos en los costados (como los que usaban la mafia italiana), pasando por los primeros taxis que llegaron a Temuco y modelos que arribaron como carros policiales al país.
El 60% de sus vehículos están funcionando y las patentes cuestan unos $ 18 mil.
Rivas también colecciona otros objetos antiguos. Entre ellos están máquinas de escribir, cámaras fotográficas y vitrolas. También posee objetos exclusivos, como una placa de vidrio original (o negativo de la época) con imágenes del histórico barco Titanic, cuando fue remolcado a su primer y único viaje realizado en 1912.
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