College de U. Adolfo Ibáñez cierra dos de tres licenciaturas

<P>La falta de interés de los alumnos es la principal razón que llevó al plantel a dejar sólo una de las tres licenciaturas que existían en el área de Humanidades: sólo queda Historia. Mientras, la UC saca sus primeros balances positivos y la U. Central anuncia la llegada del primer modelo que ofrece títulos técnicos.</P>




Cuando el año pasado la UC anunció su college para la admisión 2009, el mundo académico no quedó indiferente. Algunos argumentaron que tenían el sistema hace tiempo y otros, que sólo se trataba de un cambio de nombre del Bachillerato. Ha pasado un año y las universidades han seguido distintos caminos.

Mientras la UC hace sus primeros balances y la U. Central anuncia la creación de su propio modelo (ver recuadro), la vía que ha seguido la U. Adolfo Ibáñez ha tenido ajustes. Sobre todo en el área de Humanidades, donde se suprimieron dos de las tres licenciaturas de un comienzo. Hoy, en esa área, después de los cuatro primeros años de estudio, los alumnos sólo tienen la opción de licenciarse en Historia. Ya no pueden hacer lo propio en Literatura y Filosofía. Luego de la licenciatura existía la posibilidad de obtener una Pedagogía, carrera que también fue cancelada.

Según explica el vicerrector académico Rafael Macherone, el motivo fue la falta de alumnos. "Al parecer, la filosofía en Chile hoy tiene más cabida en estudios de posgrado que de pregrado". De ahí que las opciones de estudiar Literatura o Filosofía hayan pasado a ser parte de la oferta de magíster. En el caso de la Pedagogía las razones son similares: pocos alumnos, que impedían mantener un staff de profesores. "El bajo número de alumnos no nos permitía tener una Facultad de Educación", agrega.

En la UAI el modelo de College plantea que un alumno elige su carrera y a la par puede optar por menciones diversas.

La excepción eran Periodismo y Pedagogía, a las que sólo se podía acceder después de estudiar Historia, Filosofía o Literatura. Hoy, en cambio, el ingreso a Periodismo es directo.

Angélica Lozano entró a Literatura en el plantel en 2003. "Me enamoré de las humanidades que se ofrecían, los docentes invitaban a participar en sus investigaciones, se organizaban comidas en la casa del decano. Todo fue decayendo a medida que se cerraban las carreras", cuenta. Ahora, ella tiene congelados sus estudios, pero recuerda, incluso, haber tenido clases con sólo cinco compañeros. "Con los cambios me fui desencantando con el proyecto, porque sentí que ellos se desencantaron con nosotros".

Sin embargo, Macherone asegura que "son muchas más las opciones que se han abierto que las que se han cerrado". Un ejemplo de esto es Ingeniería Comercial. Si en 2001 sólo tenía la opción de obtener un magíster en Finanzas o en Marketing, hoy el espectro se ha ampliado a cuatro opciones más, incluyendo un magíster en políticas públicas o en ventas.

Cuentas alegres

Un modelo más apegado a la experiencia norteamericana es el de la UC. Y su primer balance es positivo. Los estudiantes promediaron 10 puntos en la PSU por sobre lo que se esperaba y, además, consiguieron reducir su deserción en el primer semestre con respecto al bachillerato, bajando de 15% a 5%.

Entre los alumnos, hay tres perfiles bien definidos: los que querían una carrera cotizada como Medicina o Ingeniería pero no les alcanzó el puntaje, los que no saben lo que quieren y un grupo pequeño que está dispuesto a armar su propia carrera. En el de Ciencias se concentra la mayor cantidad de jóvenes decididos: el 64% quiere ser médico o ingeniero. La tendencia es al revés en el caso de Humanidades, donde la mayoría no sabe qué carrera desea estudiar. "En esta área los jóvenes son más propensos a estudiar por el placer de aprender, más que por una profesión específica", dice Paulina Rodríguez, directora ejecutiva del College UC.

La próxima meta es que los alumnos no se vayan en masa a las carreras tradicionales. Según las estimaciones, unos 150 estudiantes (de un total de 700) podrían decidir quedarse los cuatro años del programa y obtener una licenciatura. Juan José Ugarte, vicerrector académico, señala que están optimistas, pero que la prueba de fuego será el próximo semestre. "Ahí los jóvenes comenzarán a elegir sus major, y veremos si toman opciones tradicionales o innovadoras".

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