Comercial Chrysler: la reinvención de una marca demora 20 años

Fue en 1993 cuando el grupo Sigdo Koppers decidió importar las marcas Chrysler, Dodge y Jeep, del grupo norteamericano Chrysler. Hasta entonces, algunas se conocían en Chile, ya que habían sido fabricadas en Arica, en la época dorada de la industria nacional (Dodge Dart), o eran comercializadas por otro importador.

La apuesta de entonces liderada por Roberto Maristany, director de Comercial Itala (importador de Fiat), era ampliar el portafolio de marcas del grupo SK con autos diferenciadores, de gran tamaño y marcado ADN americano.

Así llegaron la minivan Dodge Caravan, los todoterrenos Jeep Cherokee y Wrangler, los sedanes Chrysler Neon y Dodge Stratus, y la pick-up de gran tamaño Dodge Ram, por nombrar a los más llamativos. También se implementó una agresiva estrategia de marketing para reposicionar a las marcas, como la exhibición de vehículos conceptuales en los primeros salones del automóvil de Santiago.

Y el éxito se alcanzó con relativa velocidad. Si en ese primer ejercicio se colocaron 80 autos, un año después se entregaron 1.036 unidades, para superar las 2.000 en 1996, barrera que se mantuvo por casi una década, coincidiendo con el período en que Daimler controlaba al grupo americano.

Fue en 2005 cuando Comercial Chrysler marcó un punto de inflexión, al colocar 3.200 unidades, y desde entonces no ha parado de crecer, hasta llegar a los 8.803 autos vendidos en 2011, cuando el grupo facturó US$ 264 millones, récord de ventas para el grupo.

Problemas de stock, así como un recambio de productos a nivel global, han estancado esa cifra en los últimos ejercicios, pero Chrysler proyecta vender 8.600 autos este año, 9.000 el próximo y llegar en 2015 a 1.000 unidades mensuales, siendo el mayor mercado regional y uno de los más relevantes a nivel mundial para la marca.

Estas proyecciones se sustentan en una red de 43 puntos de venta a nivel nacional, en la mantención de la estrategia de ofrecer valor por sobre volumen, y en consolidar un posicionamiento premium y aspiracional, pero también en una ampliación de la gama, con la llegada programada para los próximos meses de versiones diésel en el Jeep Grand Cherokee y en los Dodge Journey y Ram, así como el estreno del totalmente nuevo Jeep Cherokee en marzo.

Chrysler proyecta así consolidarse con la gran marca americana en Chile, y seguir ofreciendo productos deseables, innovadores y de corte premium.