Concesión de áreas verdes: una idea en la que se debe avanzar
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El ministro de Obras Públicas dio a conocer la semana pasada que su repartición, dentro del plan de concesiones 2010-2014, está estudiando la posibilidad de concesionar la construcción y administración de parques urbanos, centros deportivos y centros cívicos.
Aunque la cartera de Obras Públicas aún no ha dado a conocer los detalles técnicos del proyecto ni cuáles serían las comunas favorecidas, esta iniciativa da un paso interesante, pues la participación de privados en la gestión y mantención de áreas verdes de propiedad pública parece una alternativa viable para enfrentar tanto la escasez de parques en la ciudad como la condición deteriorada de muchos de los que hoy dependen de la administración de los municipios.
Es evidente que las áreas verdes son parte fundamental del tramado urbano e inciden fuertemente en la calidad de vida de los habitantes de una ciudad: cuando están bien planificadas y mantenidas, ofrecen lugares de convivencia seguros y promueven la práctica de actividades saludables y de expresiones culturales, y, junto con cumplir una función de esparcimiento, aportan al embellecimiento del paisaje.
También es claro que nuestra capital tiene un déficit en esta materia. Según cifras del Ministerio de Vivienda de 2009, las 34 comunas del Gran Santiago tienen en promedio 4,7 metros cuadrados de áreas verdes consolidadas por habitante, cerca de la mitad de lo que sugiere la Organización Mundial de la Salud como óptimo para el desarrollo urbano. Asimismo, Santiago cuenta con cerca de 6,3 millones de árboles y, según estudios de universidades y empresas relacionadas con el desarrollo urbano, la capital necesitaría 18 ó 20 millones.
El déficit está concentrado, principalmente, en las zonas periféricas de la capital o donde los municipios cuentan con escasos recursos para solventar los altos costos de mantención que muchas veces implica un parque (mientras Vitacura tiene 40 metros cuadrados de áreas verdes por habitante, Cerro Navia -en un reflejo de la situación en el sector poniente- registra 0,6 metro cuadrado por habitante). Por eso, el MOP pretende que las nuevas áreas verdes que serán licitadas favorezcan a las comunas con mayor déficit de ellas, por ejemplo, Pedro Aguirre Cerda, Quinta Normal, Pudahuel e Independencia.
Lo anterior implica que el MOP debe hacer esfuerzos especiales por diseñar bases de licitación que resulten atractivas para los privados que deseen incursionar en este ámbito.
Así, el modelo de negocios que se determine debe incluir, junto con la mantención del espacio en buenas condiciones, la seguridad al interior de los parques y el buen funcionamiento de su infraestructura de servicios. A la vez, la inversión debe tener posibilidades reales de rentabilidad que incentiven a los privados a postular por adjudicarse la concesión de un parque.
Ello será un desafío especial en las comunas que más se beneficiarían de este modelo, pues en ellas, muchas plazas y parques se han transformado -por falta de atención y recursos de sus respectivos municipios- en sitios baldíos o bien, carecen de la mantención y la infraestructura adecuadas. Los habitantes de las zonas aledañas, por ende, no suelen identificarlos como propios ni tampoco los integran a sus barrios como zonas de uso cotidiano e intensivo. Más bien, son vistos a menudo como polos que atraen a la delincuencia y la drogadicción, por lo que los vecinos, comprensiblemente, prefieren mantenerse alejados. Esto alimenta un círculo vicioso en el que las personas para quienes fueron pensadas esas áreas verdes no las usan, mientras que quienes encarnan los problemas que se quería evitar las hacen suyas. Situación similares se pueden constatar en multicanchas y otros centros deportivos emplazados en estas comunas.
Junto con construir nuevos parques y áreas verdes, el negocio de los privados será convertirlos en espacios públicos que los vecinos sientan deseos de utilizar y que perciban como parte de la vida cotidiana de sus barrios.
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