Conductores perderán la licencia de por vida la segunda vez que sean controlados ebrios
<P>En la nueva normativa de tránsito, se endurecen las sanciones a quienes conducen bajo los efectos del alcohol y en estado de ebriedad.</P>
Tolerancia cero. Esa es la consigna que fija la nueva Ley de Tránsito para los conductores que sean sorprendidos una segunda vez bajo estado de ebriedad. A ellos se les quitará la licencia de por vida.
La nueva ley endurece los límites de la alcoholemia. De un gramo de alcohol por litro, definido para la conducción en estado de ebriedad, se rebaja a 0,8 gramos por litro, que equivale a tres vasos de cerveza.
En tanto, para la conducción bajo la influencia del alcohol, los límites se reducen de los actuales 0,5 gramos por litro a 0,3, lo que equivale a una copa de vino. "No se deja completamente en cero, porque incluso una manzana puede marcar alcohol en la sangre, pero bajo los 0,3 que establece la infracción", explicó el ministro de Transportes, Pedro Pablo Errázuriz.
Según el daño que provoque el conductor bajo la influencia del alcohol, la pena puede oscilar entre uno y dos años de suspensión de la licencia e, incluso, una pena de presidio menor en su grado medio. En este caso, la suspensión definitiva de la licencia es a la tercera reincidencia. Además, se contemplan multas de hasta 12 UTM ($ 458 mil).
Sin embargo, un cambio no había sido conocido hasta ahora. La nueva normativa propone que los conductores en estado de ebriedad tendrán una sola oportunidad: si son sorprendidos una segunda vez, perderán de por vida su licencia de conducir.
"La idea es tolerancia cero, porque no se puede tomar y conducir. El proyecto señala que la primera vez se quita la licencia por dos años y en una nueva oportunidad, se quita de por vida. La segunda es la vencida", agregó Errázuriz.
Alcoholemias móviles
Según el ministro de Salud, Jaime Mañalich, la normativa pondrá en marcha un modelo que flexibilizará las alcoholemias, que actualmente se realizan de forma obligatoria en los servicios de urgencia. "El problema que tenemos hoy es que los sitios donde se hace la alcoholemia son básicamente los servicios de urgencia, que están atochados y dedicados a otras tareas. También hay que movilizar fuerzas de policías, a veces por horas, esperando el examen", dijo Mañalich.
Para mejorar el sistema, se crearán las alcoholemias móviles, buses con carabineros y paramédicos, equipados para tomar muestras de sangre en el mismo lugar. La idea es que el próximo año operen las cinco primeras en Santiago, Concepción, Valparaíso, Viña del Mar e Iquique.
Lo anterior será complementado por refuerzos de fiscalización: de los actuales 397 equipos de alcotest que tiene Carabineros a lo largo del país, se pasará a más de 900.
Según la secretaria ejecutiva de Conace, Francisca Florenzano, estos "puntos de sobriedad" mejorarán los procesos de control. "Se evita lo de hoy: el carabinero debe hacer el alcotest y luego debe llevar al infractor a la urgencia de un hospital para hacer un test de sangre. Y así se pierden tres horas por una persona. Por lo tanto, es tremendamente poco efectivo. Con estos buses se hace todo in situ y se levanta la evidencia que se necesita para los juzgados de Policía Local", indicó.
Esta iniciativa también se relaciona con el sistema de licencia con puntajes que se discute en el Parlamento, debido a que genera un castigo en el historial de cada conductor. Así, cuando una persona sea fiscalizada y se verifique que conduce bajo influencia de alcohol, se expondrá a nuevas sanciones. Este proyecto, según Errázuriz, tendrá urgencia para que se apruebe este año.
Respecto de la medida, el experto Luis Rizzi postula que es necesario reforzar los mecanismos de fiscalización: "Se debe controlar con intensidad a fin de que se perciba que conducir bajo efecto del alcohol, tarde o temprano, es comprarse un problema", señaló el especialista.
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