Contra la corrupción: llega nuevo libro juvenil de John Grisham

Maneja como pocos el sistema procesal penal de Estados Unidos. Desde niño asistía a salas de tribunales. Theodore Boone, a sus 13 años, ha logrado hacer dudar a jueces y tiene el olfato para rastrear el origen del mal.

Hijo de abogados, Theodore Boone es el protagonista de la saga juvenil creada por el escritor estadounidense John Grisham (60), en 2010.

"Theo no pasaba mucho tiempo en las gradas de los campos de deporte animando a sus compañeros. Prefería ir a las salas de los tribunales para ver las batallas judiciales que los abogados libraban delante de jueces y jurados. Algún día Theo sería un gran abogado", se lee en las primeras páginas de El activista, cuarta novela de la saga que ahora llega a Chile publicada por editorial Montena. La serie se completa con los títulos Joven abogado (2010), El secuestro (2011) y El acusado (2012), y es el intento de Grisham por conquistar lectores adolescentes.

Theo Boone vive en la pequeña ciudad de Strattenburg. Un territorio acogedor, de muchas áreas verdes, que podría ser intervenido por la construcción de una carretera. El llamado Proyecto del Cinturón de Red Creek.

Decenas de casas, granjas, una ruta de trekking y una vieja iglesia serían destruidas por el proyecto impulsado por políticos, empresarios y grandes compañías de transporte.

Es la historia que desarrolla John Grisham en El activista, donde los conocimientos y el liderazgo de Theo lo volverán la estrella de la población de Strattenburg. No será fácil. Debe dar una ardua pelea, porque algo huele mal tras el negocio: ecos de corrupción entre empresarios y políticos, frente a los US$ 200 millones que cuesta hacer la carretera.

Armas de la ley

Su hijo leía con pasión y sin pausa un grueso ejemplar. John Grisham le preguntó qué leía: era Harry Potter. La popularidad del mago creado por J. K. Rowling había llegado a su casa.

"Theodore es realmente un esfuerzo por atrapar a Harry Potter", dijo en broma y en serio Grisham, en 2010, al diario británico The Telegraph. Era la presentación en sociedad de Theo Boone con la primera entrega de la serie del elocuente aspirante a abogado.

En los 80, Grisham también fue uno de ellos. "Nunca fui un muy buen abogado. Me convertí en un abogado indiferente porque quería ser escritor", dijo el autor de El informe pelícano, que también incursionó en la política como parte de las filas demócratas. Hoy es uno de los autores más vendidos en el mundo: con más de 20 novelas publicadas supera los 270 millones de copias.

En EE.UU. el debut de Theo Boone en Joven abogado estuvo varios meses en la lista de los bestsellers del diario The New York Times.

Allí Boone contó con un testigo clave para acusar a un millonario golfista por el asesinato de su esposa. Mientras, en El secuestro ayuda a encontrar a su amiga April, y en El acusado deberá defenderse judicialmente tras haber sido culpado de un robo.

Sin embargo, se volverá prácticamente un héroe en El activista tras liderar el movimiento social que está en contra de la construcción de la carretera en Strattenburg.

"Un video viral sacude el conflicto del cinturón", tituló un diario local luego que Boone y sus amigos grabaran un provocativo mensaje llamado Carretera a ninguna parte, difundido a través de YouTube y Facebook.

El conflicto llegará a tribunales y Boone, quien antes redactará una serie de cartas, terminará gesticulando sobre el estrado representando a gran parte de los ciudadanos.

"Una estruendosa ovación estalló en toda la sala, y al momento muchos de los presentes estaban en pie aplaudiendo", anota el narrador de El activista sobre la proeza del adolescente ante la justicia.

Si la contingencia ha motivado los últimos libros de Grisham, no será la excepción su próxima novela para adultos. Libro que está inspirado en la serie de muertes de jóvenes negros por policías blancos en EE.UU. El sistema de justicia penal "trata a los adolescentes negros y los adolescentes blancos de manera diferente por los mismos delitos", dijo Grisham, quien siempre está con un pie en la calle atento a las historias por escribir.