Control sicológico de los padres puede provocar depresión en adolescentes

<P>Una investigación chilena que encuestó a más de dos mil adolescentes determina que cuando los padres utilizan un control sicológico que condiciona los afectos hacia sus hijos para conseguir ciertas conductas de ellos puede acarrearles depresión. El estudio describe tres estilos de crianza y establece sus implicancias en el comportamiento de los jóvenes.</P>




Dos días sin hablarle estuvo Alberto con su hijo Felipe (15). ¿La razón? La entrega de notas parciales del semestre estuvo lejos de las expectativas del padre.

Segundo medio no ha sido fácil y en la planilla de notas quedó más que claro. Pero la reacción de su papá lo desalentó al máximo.

Las consecuencias de este aparentemente pasivo castigo son mayores de las que creen los padres, explica Macarena Valdés, académica de la Universidad de Chile y una de las autoras de un estudio que analiza los efectos de tres estilos de parentalidad en los adolescentes, descritos por el profesor de Psicología de la Universidad de Tennessee, Brian Barber: el control sicológico, el control conductual y el apoyo social.

Para este estudio se aplicó un cuestionario a 2.347 adolescentes escolarizados de las regiones de Antofagasta, Biobío y Metropolitana y se buscó si estos tres estilos parentales se relacionaban con depresión, comportamiento antisocial e iniciativa social de los adolescentes.

La conclusión más importante del estudio muestra una relación positiva entre control sicológico y sintomatología depresiva. "Me sorprendieron las consecuencias negativas de depresión en los adolescentes con el control sicológico", dice Macarena Valdés. La profesional lo explica porque se trata de un control coercitivo que invalida al adolescente en su condición de persona. "Lo desconoce, lo descalifica, lo castiga", dice Valdés. El adolescente empieza a tener muy mala autoestima y se cuestiona si se merece el cariño de sus padres.

Modelo aprendido

Valdés dice que culturalmente se transmitió un modelo de crianza basado en la firmeza con los hijos, modelo que los padres muchas veces criticaron y dijeron "yo nunca haría eso con mis hijos", pero de pronto se sorprenden repitiendo los mismos esquemas, porque no conocen otros.

"El control sicológico se podría entender como esa firmeza para criar a los hijos. Y uno puede estar de acuerdo con la necesidad de ser firmes y claros con los hijos, pero este control entendido como una forma de descalificarlo o invalidarlo es muy inconveniente".

Un ejemplo de control sicológico negativo en el que caen los padres es el que condiciona el cariño a ciertas conductas: si te sacas buenas notas te voy a querer o te voy a dejar de hablar. Tal como en el ejemplo anterior, el mensaje que recibe el adolescente es "si no cumplo, no merezco tener ese cariño". Y el mensaje debería ir por "aunque tengas malas notas, me puedo enojar, pero no te voy a dejar de querer". El control sicológico puesto en positivo, en cambio, sería el reforzamiento de la individualidad del adolescente.

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