Convivir con mascotas protege a niños de infecciones respiratorias
<P>Dos estudios mostraron que reduce incidencia de males como el virus sincicial, tos y otitis.</P>
Tener un perro o un gato en la casa puede hacer la diferencia entre tener un niño enfermo y uno sano. Así lo demostraron dos investigaciones que, por separado, vieron cómo una mascota puede ser un factor protector contra enfermedades respiratorias y auditivas en menores de un año.
En el primer caso, investigadores de la U. de California en San Francisco (EE.UU.) y la U. de Michigan (EE.UU.) mostraron que los microbios que habitan en las casas en las que existe un perro o un gato que transita constantemente entre el hogar y el exterior son diferentes a las casas sin mascota, diferencia que precisamente, según los investigadores, ayudaría a crear una inmunidad en los niños frente a bacterias y virus como el sincicial (VRS), bastante común en esta época del año y que provoca bronquitis y neumonías. Incluso se cree que puede desencadenar asma. El estudio, presentado en la reunión de la Sociedad Americana de Microbiología, analizó a un grupo de ratones. A uno se le dio de comer su alimento habitual mezclado con polvo sacado de una casa en que hubiera una mascota. Un segundo grupo, en cambio, fue alimentado con una mezcla que incluyó polvo de una casa sin mascota. Los ratones fueron posteriormente infectados con VRS.
Los ratones alimentados con comida y polvo expuesto a perros eran inmunes al virus sincicial y no presentaron síntomas, a diferencia del otro, que sí se enfermó. "La clave estaría en la mayor diversidad o composición de microbios que los niños generan en la zona gastrointestinal", explica a La Tercera Susan Lynch, una de las autoras del estudio. Según las expertas, estos microorganismos provocarían una protección extra a estos menores contra este tipo de virus.
Aún queda por determinar, dice Lynch, qué tipo de bacterias son, y cómo y cuánta protección dan a los menores.
Sistema más fuerte
Otro estudio del Hospital Universitario de Kuopio (Finlandia) reveló que los niños que pasan constantemente cerca de gatos o perros son 30% menos propensos a tener síntomas respiratorios infecciosos, como tos, rinitis (congestión o secreción nasal), fiebre, además de bajar a la mitad las probabilidades de tener otitis (infecciones del oído).
El estudio tomó datos del registro de salud de 397 niños finlandeses, monitoreados por sus padres entre las nueve y 52 semanas de edad.
Según los investigadores, si bien no hay una respuesta clara, creen que el contacto con animales podría ayudar a madurar el sistema inmune de los menores.
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