Coquimbo y La Araucanía fomentan visitas a circuitos de etnoturismo
<P>Antakari, en la IV Región, es un antiguo camino indígena de la cultura diaguita.</P>
Fabricar alfarería típica en una villa diaguita, vivir en una ruca y tejer telares mapuches. Todas estas son actividades de los pueblos originarios de Chile y hoy, gracias al etnoturismo, se han convertido en un panorama para disfrutar en vacaciones. El etnoturismo es una rama que invita a conocer la vida cotidiana de las culturas de un lugar específico, según explican coincidentemente distintos operadores turísticos. Estas expediciones tienen un alto valor cultural, artístico y espiritual. Las regiones de Coquimbo y La Araucanía son algunos de los lugares donde se ofrecen.
Los habitantes del Norte Chico
Hace más de 500 años, la cultura Molle solía usar un corredor que unía las actuales comunas de Vicuña, Río Hurtado y Andacollo, ubicadas en la Región de Coquimbo. Allí habitaron, posteriormente, los diaguitas y luego los incas, quienes durante siglos explotaron el oro y el cobre.
De este oficio minero surgió el nombre de la antigua ruta "Antakari", que en quechua significa "Gran hombre del cobre". En español suelen llamarla, simplemente, "Ruta ancestral".
Dinosaurios, estrellas y pueblos indígenas. La ruta turística Antakari ofrece la oportunidad de viajar desde la prehistoria al siglo XIX.
El Monumento Nacional Pichasca se encuentra ubicado en una zona protegida por el Sistema Nacional de Areas Silvestres, en la comuna de Río Hurtado, debido a que guarda las réplicas de los únicos restos de dinosaurios encontrados en Chile. Hacia el sureste, pasando Samo Alto, se puede seguir el rastro de las figuras antropomorfas pintadas en milenarias rocas.
Por su parte, en Vicuña, el pueblo Diaguitas invita a conocer la antigua forma de vida de esta etnia. Museos con réplicas exactas de alfarería indígena son parte de la oferta.
Una vez en Andacollo, se puede descubrir los sistemas manuales de la explotación minera. La comuna, sus iglesias y coloridos carnavales revelan los vestigios del sincretismo religioso entre indígenas y católicos. Para completar la experiencia, en la zona existen diversos centros astronómicos para observar el privilegiado cielo de la región.
Un miembro más
En Nueva Imperial, Región de La Araucanía, el turista puede convertirse en un miembro más del pueblo mapuche. Por eso, parte del panorama es convivir con familias indígenas en sus rucas, compartir sus comidas y participar en fiestas ancestrales y juegos típicos.
Por otra parte, en la Ruta de la Lana se puede aprender cómo funciona el arte de la textilería mapuche, conocer sus fábricas artesanales e intentar una obra propia. Una opción para los aventureros es recorrer los bosques de araucarias y conocer las ancestrales prácticas mapuches de recolección del piñón.
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