Cormac McCarthy y Hollywood: la dispar suerte del escritor en el cine

El escritor Cormac McCarthy tiene un enemigo público número uno en Hollywood y su nombre es Harvey Weinstein, el productor que creó los estudios Miramax, dio vida a la carrera de Quentin Tarantino y obligó a Martin Scorsese a podar su película Pandillas de Nueva York en más de una hora. El más reciente caso de prepotencia artística de Weinstein ocurrió con La carretera, la cinta basada en la novela homónima de McCarthy que se exhibe desde la próxima semana en Chile.

El estreno de la película en Estados Unidos fue dilatado en más de un año, desde octubre del 2008 a noviembre del 2009, siempre con la excusa de que había que encontrar la fecha adecuada. En el intertanto, Weinstein se preocupó de invertir en la promoción de producciones que incluso habían empezado a rodarse después de La carretera: son los casos de The reader (basada en la novela de Bernhard Schlink) y el musical Nine.

Así es como La carretera llega al país precedida de una fama anómala: era el filme que muchos esperaban fuera el gran candidato al Oscar 2010 y ni siquiera alcanzó una sola nominación por el desdén de su propio productor. Tras lograr buenas críticas en el último Festival de Venecia (septiembre del 2009), la lógica indicaba que La carretera repitiera la ecuación de Sin lugar para los débiles, la cinta de los hermanos Coen basada en No es país para viejos (otro libro de Cormac McCarthy) que dos años atrás se llevó cuatro Oscar. Nada de eso estuvo cerca de ocurrir y los medios especializados no tardaron en echarle la culpa a Weinstein.

De acuerdo al sitio especializado ScreenRant, Dimension Films (compañía de los hermanos Weinstein) llegó a presentar un trailer promocional que tenía bastante poco que ver con la concepción del director John Hillcoat. Y de acuerdo al editor de la revista Esquire, Paul Chiarella, Harvey Weinstein jamás pudo explicarle con claridad cuál era su opinión sobre la película. Invitado a una función exclusiva en mayo del 2009, Chiarella vio la cinta junto a Weinstein y no dudó en llamarla "la película más importante del año" en el número de Esquire de junio del 2009. Weinstein, al parecer, no compartía tal entusiasmo y así es como Chiarella cuenta sus impresiones: "Primero la llamó 'una película de acción para intelectuales', pero luego sostuvo que en realidad era 'de zombies'".

A pesar de que probablemente La carretera no estuvo respaldada por el estudio correcto (Dimension Films se especializa en el horror y productos como Halloween y Scream y no en adaptaciones de premios Pulitzer), el trabajo de Hillcoat encontró en general muy buenas críticas en Estados Unidos.

La película es protagonizada por Viggo Mortensen en el rol del padre y Kodi Smit-McFee como su hijo. La acción transcurre en un sombrío futuro no muy lejano donde la humanidad sobrevive en calidad de manadas semisalvajes tras un desastre ecológico. El padre y su hijo hacen lo que pueden para sobrevivir en este ambiente hostil.

La adaptación tuvo en cualquier caso el respaldo del propio McCarthy, quien asistió a una proyección junto al director y su guionista. "Amó la película. Sólo echó de menos cuatro líneas que aparecían en la novela y que por suerte habíamos filmado. Rápidamente las restituimos", escribió a principios de año el director John Hillcoat en el diario británico The Telegraph.

Harvey manos de tijera

Ocho años atrás se estrenó una adaptación de McCarthy que corrió peor suerte. Se trata de Espíritu salvaje, filme de Billy Bob Thornton basado en Todos los hermosos caballos. Aquel western con Matt Damon y Penélope Cruz tenía una duración de tres horas y Harvey Weinstein obligó a Thornton a cortar más de una hora. En el camino también despidió a Daniel Lanois, compositor de la banda sonora y reconocido productor de U2, Peter Gabriel y Bob Dylan.

La cinta tuvo una mala respuesta de taquilla y crítica e incluso Matt Damon atacó públicamente la decisión de Weinstein. "Es difícil que una película siga siendo la misma si le cortan el 35 por ciento" afirmó a Entertainment Weekly.

Reconocida como una de las grandes voces literarias de su país, McCarthy es un pesimista en sus retratos. Esta sensibilidad pagó buenos dividendos en Sin lugar para los débiles, la mencionada cinta dirigida por los Coen y financiada por Scott Rudin. Este productor, tan megalómano y poderoso que Weinstein, es quien está detrás de la futura adaptación fílmica de Meridiano de sangre, considerada la obra maestra de McCarthy.

La novela ambientada en el Viejo Oeste será dirigida por Todd Field (Secretos íntimos) y se espera su estreno para el próximo año. Si Rudin tiene el mismo tacto de promoción y sensibilidad que mostró hacia Sin lugar para los débiles no sería de extrañar que en un par de años otra vez una cinta inspirada en McCarthy se transforme en favorito del Oscar y consentido de los festivales del mundo.