Crece número de chilenos que quieren volver desde España por crisis económica
<P>Mientras en los 90 había 70 mil chilenos inscritos en el consulado de Madrid, hoy no pasan de los 40 mil los connacionales registrados.</P>
España se había convertido en las últimas décadas en El Dorado para los latinoamericanos -esa ciudad mítica que trajo a los españoles al nuevo mundo en busca de riquezas- llegando incluso a desplazar a Estados Unidos. Pero para muchos ese sueño es hoy una pesadilla a causa de la crisis económica que sacude a ese país.
"Nosotros siempre pensamos que la corrupción era algo latinoamericano, que no la veríamos en Europa. Jamás nos imaginamos que en un país tan desarrollado como España nos engañarían de esta manera", afirma con amargura la ecuatoriana Hipatia Condor, de 42 años. Ella y su marido han pagado durante 10 años la hipoteca del departamento que compraron con un crédito del 100%. Ahora están por evacuarlos, sin haber capitalizado casi nada de la deuda. Volver con las manos vacías, tras años de invertir esfuerzos y ahorros, es duro. "Es muy triste para nosotros, pues vivimos 14 años aquí. Nos vamos con las manos vacías", agrega y mira el sobre en la mano. El banco le informa que si paga otros 10 mil euros se les perdonará la deuda. Eso sí, el departamento será propiedad del banco.
Inmigrar a España era una decisión lógica. Se podía entrar sin visa y se habla el mismo idioma. Los chilenos, argentinos y uruguayos fueron los primeros en llegar en las décadas del 70 y del 80. Muchos huían de las condiciones sociopolíticas en sus países. El consulado chileno en Madrid llegó a tener unos 70 mil chilenos inscritos a principios de los 90. Ahora no pasan de 40 mil. La reducción tan drástica, que comenzó a notarse en el 2000, se debe en parte a que algunos se nacionalizaron y, por lo tanto, dejaron de ser parte de la estadística, pero la tendencia ha sido más marcada en los últimos tres años tras el inicio de la crisis. Muchos han regresado o perdido su status legal. La OIM (Organización Internacional de Migraciones) recibió el año pasado 60 solicitudes de chilenos que quieren regresar a su país. En lo que va de este año, la cifra ya subió a 172.
"Yo me hacía un buen ingreso con "chapucitas" (pitutos), unos viejitos me daban cinco euros al día por ir a comprarles el pan. Así de cómodos eran. Equivalía a lo que ganaba en una hora de trabajo y me costaba unos minutos. Ahora eso se acabó. Ya nadie tiene dinero", dijo Patricio Bernal, quillotano de 55 años que hace 12 años vive en Madrid.
"Llegué hasta aquí porque me quedé sin dinero en Chile. Fue difícil por el tema de la edad. A los 43 años era considerado un viejo. Pero en los 90 aquí se vivía una verdadera bonanza. A los cuatro meses estaba trabajando lavando vidrios, limpiando escaleras, lo que fuera. Me fui haciendo una reputación y empecé a trabajar como chofer para un español, quien luego me vendió una furgoneta. Así empecé a ganar mi propio dinero", dijo.
Con lo ahorrado compró una parcela de 10 mil metros en Quillota, donde viven su padre y su hijo. Para allá volverá en febrero. "Yo tenía la experiencia chilena, por eso no creí los cuentos que nos decían. Si a nosotros prácticamente nos tiraban los créditos", dijo.
A partir del pasado 1 de septiembre entró en vigencia el nuevo plan de austeridad del gobierno español, que entre otras cosas subió el IVA del 18% al 21%, eliminó subsidios a muchos de los beneficios que daba el gobierno y aumentó la edad de jubilación de los 65 a los 67 años al año 2015, entre otras medidas destinadas a ahorrar 65 mil millones de euros. Ese es el último plan de muchos que viene intentando España tras el derrumbe del sector inmobiliario hace tres años, cuando estalló la burbuja y los bancos quedaron con miles de millones de euros en activos tóxicos.
El restaurante Gorencia está situado al costado de una iglesia en el centro de La Coruña, Galicia. No servía ni comida española ni gallega, hasta ahora. "Ahora se trata de atender la necesidad, no el lujo", dice el chileno Fernán Díaz. "El público pide un plato y cinco tenedores. He adaptado el menú a la crisis. Si quieren pulpo, pues haré pulpo. Trabajo más por menos. En estos tres años nos hemos literalmente comido los ahorros", agrega.
Angélica Rojas, de 50 años, llegó de Chile a España hace tres décadas siguiendo a su pareja. Su relación se acabó, pero ella se quedó y aquí se tituló de profesora de música. Hoy enseña flauta. "Trabajo tengo, pero con la crisis nos están cambiando las reglas del juego constantemente. Ahora no sé cuál irá a ser mi jubilación, pues siguen aumentando las horas mínimas de trabajo necesarias para tener una pensión decente", dice. En los últimos recortes el gobierno acabó con las subvenciones a las escuelas de música municipales y los niños se encontraron al regresar de las vacaciones que los cursos que costaban 50 euros al mes, hoy cuestan 150 euros. "Estuve en Chile hace poco y quedé sorprendida con lo caro que está todo. Pero si la situación aquí sigue empeorando quizás deba regresar allá en mi vejez", agregó.
El tema de la repatriación ya preocupa a los gobiernos latinoamericanos y al de España, que lo pusieron en la agenda de la próxima Cumbre Iberoamericana que tendrá lugar en noviembre en la ciudad de Cádiz.
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