Crisis económica impulsa movimientos separatistas en Europa Occidental
<P>Cataluña, Escocia y Baviera son algunas de las regiones que quieren más autonomía.</P>
Bajo el lema "Cataluña, nuevo Estado de Europa", al menos 1,5 millón de personas salieron el martes a las calles en Barcelona, en la mayor manifestación independentista de la historia catalana, que exigía al gobierno español un pacto que ayude a mejorar el financiamiento de las arcas regionales. Mientras el mes pasado en Berlín, un periodista y militante de la Unión Social Cristiana (CSU), Wilfried Scharnagl, hizo un llamado por la autonomía de Baviera y en Escocia, un 39% de la población espera votar a favor de la independencia -según un sondeo realizado por YouGov en enero de este año- en el referendo que se realizará en 2014. Los movimientos ciudadanos que expresan su respaldo a partidos que buscan una mayor autodeterminación están floreciendo en Europa, alentados, en gran parte, por la complicada situación económica del Viejo Continente.
Según el analista norteamericano Daniel Wagner, en su artículo de la publicación norteamericana International Policy Digest, señala que los movimientos separatistas florecen normalmente durante los períodos de crisis económica o política. "El crecimiento de estos movimientos en Europa es una indicación del impacto del aumento de la desigualdad en el ingreso, una tendencia que es natural a nivel global. Por lo que se puede esperar que aumente en el mundo a mediano o largo plazo", añadió.
Así, a juicio del corresponsal de la BBC en Madrid, Tom Burridge, la crisis económica que afecta a España, pero que se ha sentido "duramente" en Cataluña, ha "impulsado a quienes hacen campaña por la independencia" en esa región. De hecho, esa comunidad autónoma española -con sus 7,5 millones de habitantes- es la que tiene el mayor PIB del país. Según una encuesta del Centro de Estudios de Opinión, un 51,1% de los catalanes votaría a favor de la independencia. Sin embargo, pese a que los separatistas defienden que una Cataluña independiente sería una potencia económica de Europa, la región es la más endeudada de España -con 42 mil millones de euros, es decir, unos US$ 54 mil millones- e incluso sus autoridades solicitaron en agosto ayuda financiera de emergencia al gobierno central de Madrid por unos cinco mil millones de euros para pagar la deuda.
Flandes y el País Vasco
Otra situación ocurre en Baviera, ya que -según el semanario Der Spiegel- es más grande que la mayoría de los países europeos en términos económicos. Posee 12 millones de personas (el total de Alemania es de 82 millones) y una producción económica anual de US$ 550 mil millones. "Baviera no tiene el lugar (que merece) en el mundo, el rango ni el rol que sería apropiado debido a su historia, tamaño y población", dijo Scharnagl, quien fue editor de un semanario publicado por el CSU y que en agosto lanzó el libro Bavaria Can Go It Alone (Baviera puede hacerlo sola). Así, muchos movimientos regionales que piden autonomía o independencia se desarrollan en las zonas más ricas al interior de sus países, como es el caso de los flamencos en Bélgica, cuyos deseos por gozar de una mayor autonomía en Flandes siempre han estado en el centro del debate de ese país.
Uno de los casos más emblemáticos es lo que ocurre en el País Vasco, en España. Esa región posee 2,1 millones de habitantes, un PIB de US$ 82 mil millones anuales y un desempleo de 13,3% en el primer trimestre de este año, una cifra muy por debajo del promedio nacional de 25%.
"Considerando que la desigualdad de ingreso es una tendencia arraigada en Europa, se debe tratar primero eso antes de esperar que la tendencia del separatismo se reduzca", dijo Wagner.
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