Crisis en Libia

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Señor director:
La libertad de expresión y organización política es uno de los grandes logros de las democracias modernas. Estos mismos valores hacen a Occidente dudar antes de intervenir en dictaduras, que a pesar de entregar orden en una región estratégica para la economía mundial, coartan el desarrollo pleno de los individuos que las conforman. Los hechos acontecidos en Egipto, Bahrein y sobre todo en Libia muestran que los ciudadanos de estas naciones ansían mayor participación en el devenir de sus sociedades, dando a Occidente una excelente oportunidad para ayudar en este proceso.
Por otro lado, nuestro globalizado sistema económico depende cada vez más de sus distintos actores. En particular, el precio del petróleo interviene fuertemente en el desarrollo de la economía y su alza pone en aprietos la creación de trabajo, de empresas y las pagamos todos de manera directa cuando llenamos el estanque del auto.
Nuestras economías no pueden depender de la intrínsecamente frágil situación de gobiernos que niegan a sus ciudadanos sus derechos más básicos. El más que justificado apoyo directo a la lucha contra Gaddafi podría ser sólo el primer paso para dar una estabilidad más duradera a la situación política de Medio Oriente.
Andrés Anabalón
Profesor Facultad de Artes Liberales, U. Adolfo Ibáñez

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