Cuiabá, corazón de Sudamérica




SI DEBIERAMOS escoger la ciudad más tropical de Brasil, sin lugar a dudas que la respuesta sería Cuiabá. Durante gran parte del año la capital del estado de Mato Grosso posee días tan calurosos que sus habitantes aseguran que se pueden freír huevos sobre el asfalto de sus calles. No por nada los termómetros marcan hasta 48° C en los días de verano. Por eso el calor comanda la vida en ciudad del interior de Brasil, ubicada casi en la frontera con Bolivia y que gracias a su destacada producción de azúcar, arroz y maíz es un importante polo agroindustrial en la región.

Pese a ser una de las ciudades sedes del Mundial menos conocidas, la capital matogrossense es una de las que más ha dado que hablar en los últimos meses, ello debido a que la infraestructura hotelera no estaría a la altura de las expectativas de los organizadores y a los retrasos que, a la fecha, presenta el estadio que se está reconstruyendo especialmente para la ocasión. Coliseo que además ha sido enjuiciado por el hecho de que no existirían clubes de fútbol profesional que pudieran aprovechar este recinto una vez terminado el Mundial, al punto que se destinaría a encuentros de fútbol americano.

* Imperdibles

Aunque Cuiabá estéticamente no presente los atractivos de otras capitales brasileñas, sin duda cuenta con rincones que vale la pena conocer. Aunque, claro está, ellos se deben visitar cuando el sol ya comience a caer, pues de lo contrario el paseo será inolvidable y no precisamente por lo amigable.

Entre sus principales puntos turísticos sobresale su centro histórico, el lugar que aglomera a mayor cantidad de visitantes. El barrio fue fundado en 1719, inmediatamente después de que fueron descubiertas las grandes minas de oro de la región, período en que Cuiabá se convierte en una de las mayores ciudades de Brasil. En estos años fue que se construyeron las enormes casonas al estilo barroco que se pueden apreciar, las que recientemente han sido sometidas a ambiciosos procesos de restauración.

En la plaza Pascoal Moreira destaca el Marco Geodésico, monumento que nos indica que estamos en el punto exacto donde se ubica el corazón de Sudamérica. Allí fue erguido un obelisco de 20 metros de altura, el cual cobija al marco original que se instaló en sus inicios para identificar estas coordenadas geográficas, ya en 1909.

Para quienes deseen disfrutar de la vegetación de la región, o bien sólo resguardarse bajo la sombra de un árbol para sortear el calor, se deben visitar algunos de los muchos parques que ofrece la ciudad. Siendo el llamado Mãe Bonifacia ideal para tomar fotografías gracias a sus atractivos senderos donde se pueden apreciar la flora y la fauna típica de la zona. El parque se ubica en la avenida Miguel Sutil y abre diariamente entre las 06.00 y las 19.00 horas.

* Vida nocturna

La noche brilla por sus agradables temperaturas. Si desea saber cómo se divierten los cuiabanos debe acudir al punto de encuentro más tradicional, la Plaza Popular, ubicada en el centro mismo de la ciudad y donde hay una amplia oferta de bares y locales que florecen con animadas fiestas callejeras.

Entre ellos el que más destaca es el Ditado Popular (Presidente Dutra 11), un bar donde sus clientes se mueven al ritmo de la sertaneja y el pagode, ritmos musicales que surgieron en los campos de Brasil y Salvador de Bahía, respectivamente, para cantar las alegrías y problemas del día a día. Para los amantes del rock también hay buenas alternativas, pues Democrata Pub es un bar con mucho prestigio en esa categoría (Presidente Dutra 27).

El Clube da Esquina (Marechal Floriano Peixoto 244), en cambio, ofrece una fusión de diversas alternativas musicales, creando un ambiente distendido, alegre y relajado. Otra buena opción nocturna es Agua Doce (Senador Vilas Boas 48), una cachaçaria donde se ofrece una amplia variedad de aguardientes de caña, la bebida alcohólica más popular de Brasil.

* Dónde comer

Una de las mejores opciones para saborear las delicias gastronómicas pantaneiras es el Biba’s e Lelis, donde sus menús se ofrecen en carritos que transitan incansablemente con los peces típicos de la región, como el pintado y el pacu. Entre la fila de carritos el que más se detiene es el que lleva la preparación de la popular mojica de pintado, donde el pescado se sirve en cubitos o como milanesa y no faltan los acompañamientos tradicionales como el arroz, la mandioca, la harina de plátano y otras delicias brasileñas.

En el Regionalíssimo también se ofrecen todos los frutos regionales, siendo una enciclopedia viva de las raíces gastronómicas del estado de Mato Grosso. El renombrado restaurante se encuentra al interior del Museo do Rio y tiene una capacidad para 130 personas, aunque para fechas conmemorativas, anote, siempre es mejor reservar con anticipación.

* Paseos en los alrededores

Como todas las ciudades de Brasil, Cuiabá también puede jactarse de contar, a unos cuantos kilómetros, con paisajes naturales hermosos. Y una de las maravillas que nos ofrece la región es Pantanal, considerada la planicie navegable más grande del mundo. El mítico destino, que se inmortalizó en 1990 gracias a Yuma Marruá (protagonista en una de las más populares teleseries brasileñas: Pantanal), mantiene intactos sus paisajes de ensueño y una diversa y fascinante fauna silvestre.

Para llegar a Pantanal desde Cuiabá hay varias opciones, siendo la más directa a través de la localidad de Poconé, distante sólo a 108 kilómetros de la capital. La oferta de servicios turísticos para quien desee introducirse en sus parajes es completísima, existiendo diversas opciones de hoteles ecoturísticos y muchos paseos por uno o más días.

Otro de los paseos imperdibles que ofrece la capital de Mato Grosso es al Parque Nacional Chapada dos Guimarães, un área de conservación creada en 1989 y que ocupa una superficie de 330 kilómetros cuadrados. A sólo una hora de Cuiabá es posible deleitarse con ríos, miradores y cascadas y, ciertamente, con las peculiares formaciones rocosas, de un fuerte color anaranjado, en las cuales uno aprecia inmemoriales representaciones de arte rupestre.

Calor, fútbol y naturaleza son las invitaciones que el corazón del continente promete a sus visitantes.

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