Cumbre de Copenhague apuesta a promover modelo de eficiencia energética danés

<P>El país nórdico comenzó hace tres décadas una profunda transformación de su matriz energética. Hoy es líder mundial en energía eólica y el país energéticamente más eficiente de Europa. </P>




En Dinamarca aún recuerdan el invierno de 1973. Y no por buenas razones. "Fue el más frío y duro de los últimos 40 años", dice un empresario danés hoy dedicado al negocio de la eficiencia energética.

El país dependía entonces en un 98% del petróleo y el embargo de los países árabes debido a la guerra de Yom Kippur entre Israel y sus vecinos, quintuplicó el precio del barril, generando un shock que enfrentó al país a su vulnerabilidad y del cual los daneses supieron sacar lecciones. La apuesta fue entonces disminuir la dependencia externa y mejorar el uso de la energía. A 36 años Dinamarca es el país más eficiente de Europa, energéticamente hablando.

Si en algo la cumbre de Copenhague apuesta ahora a tener éxito -luego de que China y EEUU descartaran un acuerdo vinculante- es en promover el modelo danés como ejemplo de transformación de la matriz energética y de los hábitos de vida para reducir las emisiones de CO2. La crisis del 73 llevó a muchos a cambiar el automóvil por la bicicleta. }

Hoy Copenhague tiene una de las más extensas redes de ciclovías del mundo y más del 50% del tránsito en la ciudad son bicicletas. Las vías exclusivas se extienden hasta la periferia e incluso hay una vía que llega al aeropuerto. Según las cifras que maneja la alcaldía de la capital danesa, los 600 mil habitantes de Copenhague en su conjunto recorren 1,2 millón de kilómetros a la semana en bicicleta.

Esa, sin embargo, es sólo la transformación más visible para el visitante y está muy lejos de ser la más importante. La verdadera revolución de Dinamarca se dio en otro ámbito, el de la energía. La primera estrategia nacional energética del país se lanzó en 1976. Inicialmente se apostó a forzar un cambio en la dependencia del petróleo. Para ello se fijó un impuesto a la gasolina y el diésel, se crearon incentivos para elevar la eficiencia en el uso de la energía y se promovió una industria de energías limpias. Hoy el 20% de su matriz está cubierta por la energía eólica y su apuesta es que sea el 45% en el 2030. A ello se suma el perfeccionamiento de la biomasa y la mayor eficiencia de las casas y edificios. El 2020 todas las casas nuevas deberán consumir un 85% menos de energía.

Así, Dinamarca redujo a menos del 40% el consumo de petróleo y las energías renovables superan el 35%. "En 1973 el 98% de nuestra energía venía de Medio Oriente. Hoy es cero", dice la ministra de clima y energía, Connie Hedegaard. Una transformación que, sin embargo, no afectó su crecimiento. Entre 1990 y 2007 la actividad económica danesa creció un 45%, mientras que las emisiones de CO2 cayeron 13%.

En este escenario, el sector de la tecnología "verde" ha sido el que más ha avanzado. En la última década las exportaciones de ese sector se triplicaron y mientras en 2007 las exportaciones generales crecieron un 2%, las de tecnología energética lo hizo en un 8%. La empresa danesa Vestas es la mayor fabricante de turbinas eólicas del mundo. Para el primer ministro danés Lars Lokke Rasmussen el aumento del precio del petróleo y el debate energético no es un problema, sino un beneficio. "La solución no es reducir el precio del petróleo, sino al contrario, subirlo aún más para romper nuestra dependencia", dijo a The New York Times.

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