Curiosity envía primeras imágenes y confirma aterrizaje exitoso en Marte
<P>Tras el descenso, Nasa ratificó que los 10 instrumentos del robot responden, aunque serán calibrados durante cuatro días.</P>
"La ruedas ya tocaron Marte". El científico a cargo de verificar el aterrizaje del Curiosity confirmaba al resto de sus colegas del centro de comando del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL por sus siglas en inglés) de la Nasa, que el rover más grande y complejo que el hombre haya enviado a Marte se había posado en suelo marciano según lo planificado.
El hito espacial no sólo fue celebrado por los miles de científicos que trabajaron durante 8 años en la fabricación y diseño del robot, sino que fue reconocido incluso por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, como un hito de la tecnología sin precedentes que demuestra que "aún con todas las apuestas en contra nada puede vencer a la mezcla de ingenio y determinación". Obama reflexionaba sobre las frías estadísticas: 25 de las 39 misiones al planeta habían fracasado.
Pero el rover más costoso, más pesado y con el mayor número de instrumentos que se ha enviado a Marte, y que sorteó un viaje de 567 millones de kilómetros, comenzó victorioso su delicada misión marciana.
Sólo algunos minutos después de su aterrizaje, el rover daba muestras de un completo y correcto funcionamiento y ya enviaba su primera imagen del cráter Gale, donde pasará los dos próximos años para estudiar el clima del planeta y analizar su historia a través de los sedimentos acumulados por miles de millones de años y encontrar rastros de las moléculas esenciales para la formación de vida, como carbono y oxígeno, todo para preparar una futura misión tripulada al planeta.
La imagen en blanco y negro fue capturada por la HazardCam, un sistema de reconocimiento de caminos que en realidad fue diseñado para saber si hay obstáculos en la ruta del robot. Fue la primera en funcionar y debido a su menor resolución, fue posible enviarla rápidamente y verla apenas cinco minutos después del aterrizaje.
Toda la instrumentación del rover comenzó a dar signos de un correcto funcionamiento, equipamiento que por ahora está en un lento proceso de testeo y calibración, que durará cuatro días.
Complejo laboratorio
Alojados en su interior se encuentran diez tipos de instrumentos distintos (ver infografía) con los que se realizarán estudios del suelo, clima y posibilidades de habitabilidad en el planeta.
Pero ese es sólo el comienzo. Ahora el rover y toda su instrumentación se encuentra en proceso de configuración, trabajo necesario para comenzar a operar remotamente desde el centro de mando en la Tierra, tal como fue configurado.
Por eso, y pese a ya haber enviado sus primeras imágenes, el calendario del Curiosity establece que su primera foto de alta resolución será enviada en un par de semanas y su primer recorrido controlado remotamente desde la Tierra y la recolección de las primera muestra de tierra sólo se harán en septiembre. Para octubre o noviembre se espera la primera perforación de las rocas del planeta. Y todo hecho por una máquina menos potente que un celular: sólo 256 MB de memoria RAM y 2 GB de espacio de almacenamiento son parte del "cerebro" del robot.
La comunicación
Uno de los elementos que más llamó la atención de la transmisión de su aterrizaje (durante la madrugada del lunes en Chile), que duró siete minutos y que la Nasa bautizó como "siete minutos del terror", fue relatado minuto a minuto, gracias a la intervención de Odissey, una sonda de la Nasa que desde el 2001 orbita el planeta y que sirvió de puente comunicacional para enviar lo que iba pasando con la llegada de la sonda. De otra forma, los expertos de la Nasa sólo se habrían enterado de la llegada del rover una vez que éste activara sus sistemas de comunicación, lo que podría haber tardado desde horas hasta días.
Odissey también fue la responsable de la recepción de las primeras imágenes tomadas por el robot en Marte.
El método con el cual se enviará el material desde Marte a la Tierra será similar: antes de guardar cada foto, una vista previa pequeña será enviada a la Tierra para decidir si se transmite en mejor resolución o esperar por mejor material.
El Odissey será sólo uno de los tres métodos de contacto que tendrá el rover en Marte para comunicarse con la Tierra: además de su sistema interno, contará con una antena UHF con la que se conectará al sistema Deep Space Network, una serie de antenas que ya tiene más de cuatro décadas funcionando pero que sigue siendo hasta ahora lo más utilizado para comunicarse en el espacio.
Viaje tripulado a Marte
"La Nasa ha vuelto a Marte", dijo, lleno de alegría, el administrador de la agencia espacial, Charles Bolden. Y no es para menos. El éxito del aterrizaje del Curiosity vuelve a poner a la Nasa no sólo como un referente espacial global, sino que mantiene a la agencia con sus compromisos y ambiciones intactas.
En un blog publicado en el sitio oficial de la Nasa, Bolden aseguró que la llegada del Curiosity era un hecho esencial y necesario para seguir manteniendo en pie la promesa hecha por el presidente Obama de llegar con una misión tripulada al planeta rojo en la década del 2030.
"Con el retiro de los transbordadores muchos pensaron que el liderazgo de la Nasa estaba terminando. Pero nada puede estar más alejado de la realidad", señaló en el mismo escrito.
Bolden aprovechó la misma bitácora para reafirmar los plazos de sus próximos proyectos en vista a un posible viaje tripulado al planeta rojo: para el 2014 se realizará la primera prueba de la sonda Orion, que albergará a los astronautas que pisarán suelo marciano en el futuro, y el 2017 debería realizarse el primer lanzamiento del nuevo cohete SLS junto con la sonda Orion para hacer el primer viaje tripulado fuera de la baja órbita desde el co- mienzo de la era de los transbordadores.
Y mientras tanto, Marte tampoco dejará de estar solo: para el próximo año se espera el lanzamiento de una nueva sonda llamada MAVEN, además de estudiar la posibilidad de enviar un nuevo robot a Marte dentro de la próxima década. Todo, mientras por otro lado se esperan recortes en su presupuesto, obligando a la Nasa a que, tal como con el Curiosity, en el futuro no haya margen para el error.
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