De Clarín a Fortín Mapocho: las aventuras periodísticas del "Gato" Gamboa

<P>En <I>Las siete vidas del Gato Gamboa</I>, Francisco Mouat indaga en la carrera del reportero.</P>




Es el titular periodístico nacional más famoso del último cuarto de siglo. Tan certero y atronador que, simbólicamente, inauguró la transición a la democracia, tras la derrota de Pinochet en el plebiscito del 5 de octubre de 1988. "¡Corrió solo y llegó segundo!" llevó a todo su ancho de página Fortín Mapocho en su edición del martes 11 de ese mes. Un acierto que dio la vuelta al mundo y le brindó notoriedad a su director, Alberto "Gato" Gamboa, quien por su cargo era el responsable de la primera plana.

En efecto, era el mismo periodista que había comandado a Clarín entre 1961 y 1973, el mismo que fue torturado en el Estadio Nacional y luego hecho preso político en Chacabuco, hasta fines de 1974. De modo que con ese titular Gamboa no sólo demostraba su ingenio, sino que también una forma de ver la contingencia y, por qué no, la historia nacional.

Pero aquello es apenas el dato. Muy pocos saben que ese título fue una manera de compensar lo tibio que fue el matutino en la edición del día después del triunfo del No. Cuando todos esperaban algo a la altura de las circunstancias, la primera plana ofrecía un tímido "Adiós general, adiós carnaval". Por eso, Gamboa no se quedó tranquilo hasta dar con uno mejor. "Nuestro primer titular había sido débil. Y en una reunión, días después, tiré el nuevo sobre la mesa".

La confesión es parte de las conversaciones que el periodista sostuvo con Francisco Mouat y que dan forma a Las siete vidas del Gato Gamboa. "Verifiqué a poco andar que él era ahora un caballero cariñoso y paternal, diferente al director de Clarín, al que con frecuencia metían preso en Capuchinos, acusado de injurias por los enemigos políticos", advierte el autor en la introducción sobre quien sería uno de los fundadores del diario La Cuarta.

Emotivo, reposado y otras veces lleno de episodios jocosos, el libro está dedicado a una de las últimas leyendas de la prensa escrita nacional, sobre todo porque durante la UP Gamboa transformó Clarín en un diario peligroso, incendiario, pero con un gran sentido del humor. Allí están, por ejemplo, las cartas que día a día llegaban al consultorio amoroso que tuvo tanto en ese diario (firmando como Profesor Jean de Fremisse) como luego en La Cuarta (Doctor Cariño).

"La burla estaba a flor de boca. Cuando tú haces diarios populares, diarios chispeantes y alegres, en lo único que piensas en verdad es en ser gracioso. Festinas todo. Entonces, no te alcanzas a dar ni cuenta de las cagadas que te vas mandando en otro plano. Después viene la reflexión", precisa en diálogo con Mouat. "Pero insisto: cuando haces diarios populares y estás frente a una noticia que de por sí es fuerte, no puedes detenerte. La chispa necesaria exige no ser muy considerado".

Gamboa repasa las portadas de las últimas ediciones de Clarín y también el ambiente alborotado en que estaba envuelto Chile. "Nos dábamos cuenta de que el clima estaba desatado, pero teníamos la peregrina idea de que nuestra estrategia podía terminar impidiendo que se impusiera el golpismo. Nos equivocamos rotundamente, como puedes ver".

El periodista, hoy de 91 años, tuvo la muerte cerca y, sin embargo, nunca pensó abandonar Chile ni siquiera en los peores momentos. "Yo estaba involucrado en la idea de luchar contra la dictadura desde acá, además de sobrevivir, por supuesto. Y me sentí mejor conmigo mismo quedándome. No quería perder el vínculo con los que peleaban acá adentro, me gustaba el merengue, me gustaba la lucha, aunque fuera silenciosa y en un sentido completamente eficaz".

Las siete vidas del Gato Gamboa son los recuerdos de un hombre lúcido que, más allá de las consideraciones políticas, vivió su vocación como pocos en estos tiempos.

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