De Dama y Obrero a Soltera Otra Vez: Las razones del nuevo boom de las teleseries

<P>Como no ocurría hace años, tres teleseries en pantalla se han convertido en fenómenos, con dos superando los 25 puntos de rating.</P>




Desde Cómplices (2006) no había una teleserie vespertina que superara los 25 puntos de rating promedio. Y con una nocturna, desde ¿Dónde está Elisa?, el fenómeno de 2009. Y que dos teleseries consigan esas cifras emitiéndose al mismo tiempo -pero no en el mismo horario-, es un fenómeno casi inédito. Pero por estos días, Soltera otra vez (Canal 13) -con 25,3- y Pobre rico (TVN)- con 25,1-, según datos de Time Ibope, consiguen precisamente eso. Ambas producciones, junto a Dama y obrero (TVN) -que a las 15 horas consiguió triplicar la audiencia que obtenía en ese horario con 15,8 unidades-, configuran un nuevo boom del género, que está comenzando a restaurar a los productos dramáticos al sitial que ocupaban en su época de oro.

"Hay un reencantamiento, luego de seis o siete años malos, en que el género pareció agotado", resume Valerio Fuenzalida, académico de la Universidad Católica, que además realiza el informe anual Obitel, sobre la ficción en Chile. Y sigue: "Efectivamente, el género está progresando, hay mayor madurez, mejor realización. Se han ido incorporando temáticas nuevas, apartándose de los modelos más antiguos. La audiencia está interesada y valora la introducción de nuevas temáticas y horarios, como la de la hora de almuerzo".

Alberto Gesswein, director del área de ficción de Canal 13, coincide en que hay un factor de renovación. "Hay productos innovadores que probablemente están cambiando el hábito de consumo, como también están ofreciendo temáticas y formas de contar que son un poco distintas a las tradicionales. Creo que eso es lo que la gente está premiando, un cambio de giro dentro de un género que ya conoce, pero que naturalmente tiene una mirada refrescante".

Y José Ignacio Valenzuela, guionista de Dama y obrero, opina que "hay que probar para saber si gusta o no. Por lo tanto, yo nunca pienso que una exploración es una pérdida de brújula; por el contrario, me parece que es una instancia necesaria para volver a identificar a las audiencias".

Pero no todo es innovación, porque los cambios van acompañados de tramas familiares. Así, cuentos de pobres versus ricos, de mujeres engañadas que buscan recomponer sus vidas, de amores imposibles y guaguas cambiadas, son parte de la oferta actual. "Las historias son más bien clásicas; la diferencias está en cómo son contadas; con más preocupación por la imagen", apunta Marcelo Castañón, guionista de Soltera otra vez. Y Fuenzalida complementa: "Había un famoso productor chileno que después se fue a trabajar a México y que estudiaba mucho el género y tenía la teoría de que las buenas teleseries tenían un remake cada 10 años. Y tiene razón. Son temáticas reiterativas que después se pueden reintroducir, con algunos giros. Eso muestra como, tras el agotamiento de ciertas temáticas, vuelven a resurgir".

Por estos días, cuatro de los 10 programas más vistos del día son teleseries, incluyendo Reserva de familia que, aunque no logra cifras tan altas como su competencia, sí promedia respetables 15,2 puntos de rating. En términos financieros, las teleseries también suben sus bonos. Un episodio de Dama y obrero cuesta entre $ 8 y $ 10 millones, pero recauda $ 18 millones. Mientras que Pobre rico fue alargada hasta fin de año y actualmente tiene las tarifas de avisos más altas del canal, con un máximo de $ 2,9 millones por un spot de 30 segundos. Soltera otra vez, en tanto, llega a cobrar $ 5.625.000 por un aviso de 30 segundos, sólo $ 100 mil menos de lo que costaba la recta final de Mundos opuestos. Y un auspicio vale ocho millones por episodio.

Otro elemento en el que existe consenso es la presencia de roles y lugares más reconocibles. "Soltera otra vez potencia ciertos aspectos de la comedia, pero también muestra ciertos personajes que son reales, que son cotidianos, y que son normales, en mundos relativamente normales", detalla Gesswein. Y María Eugenia Rencoret, directora del área dramática de TVN, detalla: "Hay personajes más reales, sin demasiados estereotipos, con los que te puedes encontrar en la vida diaria. Eso se une a tramas en lugares habituales y a contenidos que son relevantes. Temas que la gente los reconoce".

Mientras que Daniella Castagno, responsable de Aquí mando yo, subraya la relevancia de haber vuelto a la comedia dentro de esa mayor cercanía. "Las grandes teleseries que han marcado la historia han tenido mucho de comedia: Amores de mercado, Sucupira. Creo que hubo un error al tratar de hacer cosas que son inverosímiles. Al perder la verosimilitud se pierde un poco al público; nuestro público es muy realista".

A todo eso se unen historias que apuntan derechamente a lo masivo, familiar. "Lo que tiene Pobre rico es que es transversal en todo sentido. Todos se sienten cercanos a la teleserie, tiene contingencia, es reconocible y tiene comedia", dice Rencoret. Y Castagno rescata: "volver al encanto de las teleserie de reunir a la familia, de no hacer una telenovela muy de nicho, o abocada a unos poquitos, tratar de abarcar una mayor cantidad de público".

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