De la ribera del Aconcagua al corazón del pueblo azul
<P>Ya a los 12 años anotaba de mitad de cancha y regalaba pases largos. Un tipo amado en Quillota, donde nació como defensa central para convertirse en un volante de clase internacional. Es la historia de Marco Estrada, el crack de la zurda más temida de Chile. Hoy, su desafío apunta al extranjero, donde pretende extender su carrera.</P>
La página web de San Luis de Quillota tiene como primera imagen una formación en especial. En cuclillas y serio, reluce la calva cabeza de Humberto Suazo. Un homenaje y un motivo de orgullo para un equipo que vio nacer a otras estrellas, como Patricio Yáñez y... Marco Estrada.
En el barrio de El Bajío, un sector ubicado en la ribera del río Aconcagua, recuerdan con cariño al seleccionado nacional. En el club Juventud El Bajío lo vieron crecer y defender sus colores como defensa central, aunque la posición de líbero fue en la que mejor se sentía.
De niño le pegó fuerte
El entrenador Leonel Gatica, encargado hoy de la Sub 15 y 16 de San Luis, fue uno de sus primeros formadores y recalca el hecho de que es un jugador que nunca olvidó a su familia. "Por la Escuela de Fútbol Municipal de Quillota lo llevamos (en 1995) a un torneo internacional a Argentina. Y Marco se lució, haciendo goles de todas partes, incluso de mitad de cancha... Ahí se me acercaron dirigentes de Talleres de Córdoba, que querían quedarse con él. Su padre, al final, no quiso".
Pasaría poco tiempo para que San Luis se fijara en él. A su fuerte remate, Estrada fue sumando pases en profundidad, dos de las marcas características del volante y que en la actualidad lo tienen como nombre fijo en la oncena de Marcelo Bielsa... "Tengo grandes recuerdos de mi formación en Quillota, buenos profesores que me ayudaron a crecer", comenta Estrada.
De la mano de otro de sus "descubridores", Belisario Leiva, en 2000 dio un salto a Everton, donde se perfiló como lateral izquierdo, una posición que terminó por llevarlo a firmar por la "U", en 2007.
En Viña del Mar obtuvo mayor consistencia, y ganó en el DT Jorge "Chicho" García a un amigo y un suegro... "En Everton siempre fui por la banda izquierda, aunque al final terminé jugando dos partidos como central. Yo me acomodé y no tuve problemas en el cambio", sostiene el jugador, quien, tal como lo hizo como cadete, no se desacomoda mucho cuando Bielsa lo pone de stopper.
Todo por el equipo
En la actualidad, es uno de los máximos referentes azules y, por algo, sus propios compañeros confían fecha a fecha en que sea una de las cartas de triunfo, a la par de Emilio Hernández y de Walter Montillo, dos piezas fundamentales en la creación.
Su balance resulta, a la vez, sincero, en un año en que terminó por consolidarse para ser recordado como el hombre de los goles clave y los pases certeros. "Uno se traza metas. Lo primero era ser titular en la 'U', estar en la Selección y ser campeón con la 'U'. Así se cumplen objetivos".
Con el título en su poder, hoy quiere partir al extranjero, pero con la base de tener un confeso corazón azul. "Siempre fui de la 'U'. Es espectacular estar acá y recibir el apoyo de los hinchas".
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