Debuta en Chile Argo, el elogiado filme de Ben Affleck sobre la crisis de rehenes en Irán
<P>La película se basa en la toma de la embajada de EE.UU. en Teherán en 1979. Narra un curioso plan de rescate de la CIA.</P>
Quemaron banderas de EE.UU. y fotografías del Sha. Era el 4 de noviembre de 1979. Una turba de exaltados manifestantes islámicos llegó a la embajada norteamericana en Teherán. Exigían la extradición del ex dictador iraní, que se sometía a un tratamiento contra el cáncer en Nueva York. En medio de las protestas, irrumpieron en la embajada y tomaron 52 rehenes. Seis ciudadanos norteamericanos huyeron y se refugiaron en la casa del embajador de Canadá. El desafío de la CIA sería sacarlos vivos de allí.
El hombre a cargo de la misión fue Tony Méndez, agente de operaciones encubiertas con contactos en Hollywood. Su plan fue tan audaz como delirante: camuflarlos como parte de un equipo de filmación canadiense que llega a rodar una falsa película de ciencia ficción.
Fue real. Lo contó el propio Méndez en su libro The Master of Disguise: My Secret Life in the CIA. Y ahora es el argumento de Argo, el tercer filme de Ben Affleck como director. Estrenada con elogios en Toronto y San Sebastián, la película llega el 18 de octubre a salas chilenas.
"Un thriller político hecho con inteligencia, gran detalle del período y una cantidad sorprendente de humor para dar una mirada seria a la crisis de rehenes en Irán", comentó The Hollywood Reporter. Para Vanity Fair, lo muestra como un "experto cineasta de Hollywood".
Interpretado por Ben Affleck, el agente Méndez se hace pasar por productor de Hollywood. Arma un estudio en Los Angeles y con un grupo de especialistas en efectos especiales y expertos falsificadores llega a Irán para buscar supuestas locaciones a un filme titulado Argo. Bajo cuerda, planea cómo sacar a los seis americanos.
Alan Arkin y John Good- man acompañan a Affleck. El primero encarna a un cínico productor cinematográfico, el segundo es John Chambers, un veterano maquillador que efectivamente existió y que fue premiado por haber diseñado las prótesis faciales de El planeta de los simios. Junto a Méndez, ambos delinearon la que sería la "mejor mala idea" que la CIA pudo haber ideado para llevar a cabo aquella operación de rescate.
"En esencia, la película está concebida como un homenaje a los diplomáticos", explicó Affleck en San Sebastián. "Son gente que tiene un trabajo bastante peligroso, aunque no se vea o no seamos conscientes de ello, pero muchas veces ponen en riesgo su vida". Y aludiendo al reciente asesinato del embajador de EE.UU. en Siria, comentó: "Ese es el tipo de diplomáticos héroes a los que quiero dedicar el filme".
El actor y director sabe que se mueve en terreno minado. Que las operaciones de la CIA fuera de EE.UU. son resistidas en el mundo. "Yo sólo puedo decir que creo en los esfuerzos de Barack Obama por ayudar al resto del mundo y su labor porque entiendan que no somos sólo una superpotencia militar. En anteriores décadas no hemos estado acertados, y por poner un ejemplo fuera de Oriente Próximo pienso en el apoyo otorgado a Mobutu. Por eso la película se inicia con la explicación de tres décadas de historia iraní, en la que desagraciadamente Estados Unidos tuvo mucho que ver".
Con los elogios recibidos de la crítica, que la ubica entre los mejores filmes del año, Argo es mencionada también para el Oscar. "No puedo pararme a pensar en eso. De verdad. Estoy ahora muy concentrado en promocionar este estreno. Los premios son cosas incontrolables que decide gente que tú no conoces", dijo.
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