Declaran zona típica a barrio de ex operadores de tranvías

<P>Ubicada en Independencia, la población Manuel Montt fue construida en los años 20 para los trabajadores de los tranvías y taxis. </P>




El trazado original de la Costanera Norte atravesaba un antiguo conjunto de viviendas ubicado en la zona sur de Independencia. Cuando sus vecinos se enteraron, se organizaron y formaron la Asociación de Propietarios Manuel Montt. Durante seis años realizaron gestiones para evitar que la población desapareciera. Finalmente, en 1999, el Ministerio de Obras Públicas anunció que la autopista se movía hacia el Mapocho y que ninguna de estas casas sería expropiada.

Fue la primera gran batalla que ganaron los vecinos de la población Manuel Montt. Ahora acaban de obtener una nueva victoria. El miércoles, el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) aprobó la declaración de zona típica de este lugar. Esto significa que cualquier modificación que ahí se realice deberá ser autorizada por este organismo.

El conjunto lo componen 365 viviendas de un piso, construidas de ladrillos y que ocupan 14 manzanas. "Son casas sencillas, pero conforman un conjunto urbano coherente y singular. También tienen un valor histórico, porque están ligadas a gremios que fueron reflejo de una época", explica el secretario ejecutivo del CMN, Emilio de la Fuente.

Vecino ilustre

La familia Alessandri tenía un terreno al norte del río Mapocho, conocido como chacra El Pino. En este lugar se comenzaron a levantar en 1925 dos conjuntos habitacionales: uno para los operadores de la red de tranvías de Santiago y otro para los choferes de taxis. Fueron diseñados por el arquitecto alemán Albert Humpich -quien más tarde fue vecino de este sector- y construidos a través de la Ley de Habitaciones Baratas, que buscaba enfrentar la escasez de viviendas para obreros. Con el tiempo, ambos conjuntos se fusionaron y pasaron a ser conocidos como población Manuel Montt.

Pese a ser sencillas, las casas tienen una superficie que bordea los 200 m2, poseen grandes patios y algunas antejardín. "Eso era una novedad para la época, pero los choferes necesitaban el antejardín para guardar sus autos. En ese sentido, fue una población moderna", explica el arquitecto Enrique Barba, quien asesoró a los vecinos en el proceso de declaración.

Según De la Fuente, "el conjunto ha sufrido pocas modificaciones y todavía se mantiene como una unidad coherente". En el barrio aún quedan algunos de los habitantes originales, que cuando se construyó eran hijos de los operadores de tranvías y taxistas. También muchos de los nietos. "Nadie se quiere ir . Estas casas son tan sólidas que, pese a los terremotos, se mantienen incólumes", afirma José Soto, presidente de los propietarios.

El dirigente cuenta que hasta hace una década, la población tuvo un vecino ilustre: el premio nacional de Historia 2006, Gabriel Salazar. "Vivía en la calle Cuatro Norte y siempre nos aportó mucho sobre la historia de nuestro barrio", concluye.

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