Deuda pública y burbujas son los mayores riesgos a nivel mundial
<P>En una reunión que tuvieron en Washington, los principales banqueros centrales y ministros de hacienda de las distintas regiones del mundo, quedó en evidencia el temor que existe por los riesgos de insolvencia de los países desarrollados, en el pago de sus deudas soberanas.</P>
Un default sobre deuda pública en los países desarrollados podría ser el próximo capítulo de la gran crisis iniciada en 2007. Asimismo, a partir de las actuales condiciones financieras internacionales, podrían formarse nuevas burbujas en los mercados emergentes. Estos son los temores que las principales autoridades económicas del mundo analizaron la semana pasada en las Reuniones de Primavera del FMI en Washington.
Delegaciones de la banca central desde Rusia hasta Chile, incluyendo a EEUU y a la Unión Europea, discutieron hasta el domingo el exiguo set de políticas de que ahora dispone el mundo para hacer frente a nuevas turbulencias.
"Las economías desarrolladas tienen problemas más allá de que crezcan menos en el largo plazo. Tienen restricciones macro de corto plazo, porque han sufrido una recesión y un ajuste bastante severos, y eso puede generar ciertas asimetrías en la recuperación global que cree tensiones en materia de flujos de capital, de tasas de interés y de tipos de cambio", resume el presidente del Banco Central de Chile, José de Gregorio.
Riesgo soberano
Para los países desarrollados, los próximos años serán de una lenta recuperación, hasta poder recomponer sus equilibrios fiscales. La posición deficitaria de sus cuentas y la multiplicación de sus deudas han dado paso a un renovado riesgo de insolvencia en el pago de las deudas soberanas.
"El deterioro de los déficits en la eurozona continúa avanzando, con los rojos presupuestarios de Grecia (13,6% del PIB) e Irlanda mucho más altos que lo esperado", dice Julian Callow, un economista de Barclays, citando cifras oficiales de la unión monetaria.
La deuda de los países del G7 ha alcanzado hoy su mayor nivel en seis décadas. "Estos niveles más altos de deuda tienen el potencial de distribuirse a través de los sistemas financieros e impactar su estabilidad. Algunos países incluso tienen presiones de refinanciamiento en el corto plazo", escribe Peter Dattels, economista del FMI.
Aun si un default soberano no llegase a materializarse, el mayor riesgo de estos emisores de deuda tendrá un impacto notorio en el sector privado. El FMI calcula que un punto porcentual de aumento en el déficit fiscal de los países desarrollados repercute con un alza de entre 0,1% y 0,6% en las tasas de interés de largo plazo, encareciendo el crédito para todos. Y el académico de Harvard, Kenneth Rogoff, estima que un alza de 30% en la deuda de los países desarrollados generalmente redunda en una caída a la mitad de la tasa de crecimiento económico.
Dilema emergentes
Mientras eso pasa, las economías de mercados emergentes crecerán sobre 6% este año y el próximo, cree el FMI, razón por la cual tendrán que iniciar un proceso de restricción monetaria. Los países desarrollados lo harían en poco más de 2%, lo cual les permitiría mantener tasas de interés menores.
Esta asimetría del crecimiento y condiciones de liquidez puede tener serias implicancias. El capital extranjero iría hacia los mercados emergentes, lo que apreciará las monedas de dichos países. A la vez, los flujos de capital "podrían dificultar la capacidad de algunos países de restringir su política monetaria y mantener una moneda estable", dice Pierre-Olivier Gourinchas, economista de la Universidad de California en Berkeley y coautor en varios estudios del chileno Ricardo Caballero.
Mayor volatilidad
También se anticipa mayor volatilidad y, en ese cuadro, las distorsiones "podrían ser la fuente de nuevas burbujas financieras", explica Gourinchas. Tales burbujas pueden estar en los precios de commodities y de activos financieros (e inmobiliarios) en China, aunque sólo podrían requerir una corrección de precios y no incubar una burbuja de deuda como la que afectó a EEUU en 2007, dice el economista.
Como herramientas para enfrentar dicha situación, volvieron a surgir en la discusión los controles a los flujos de capital, como también la "acumulación de reservas en países que quieran evitar una detención súbita de estos flujos o la apreciación de sus monedas", señala Gourinchas.
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