Dichato: el mar dañó casas, movió contenedor y revivió el 27/F
<P>Una quincena de casas de caleta Villarrica y seis locales de comida fueron dañados ayer tras la ola que llegó a las 2.50 al balneario.</P>
A las 6.30 de ayer persistía la oscuridad en Dichato. En uno de los balnearios más golpeados por el tsunami del 27 de febrero de 2010, solo se veía un grupo de carabineros patrullando las calles, evitando que los vecinos se acercaran a la costa. El pescador Pedro Fuentes bajó de todos modos desde un cerro del sector, donde había pernoctado. Quería ver el estado de su embarcación. La había dejado detrás de un quiosco, por precaución, antes de ser evacuado a los cerros. Recibió buenas y malas noticias.
Su bote no tenía daños, pero el escenario en la playa le recordó al del maremoto de un año atrás: a las 2.50, el agua entró cerca de 100 metros por la costanera hasta avenida Daniel Vera. En ese sector la ola no superó los 50 centímetros, pero tuvo fuerza suficiente para arrastrar un contenedor de dos toneladas que estaba frente al restaurante "Don Mino", e impactar la terraza del local.
"Muchas veces pedí que sacaran ese contenedor, porque podía ocurrir algo así", se lamentaba ayer el dueño del local, Belarmino Mora. En total, fueron seis los restaurantes dañados ayer.
La costanera, sin embargo, no fue el sector que más daños sufrió. En caleta Villarrica, el agua -que alcanzó poco más de un metro- inundó 15 viviendas de emergencia. Se trata de un sector afectado por el tsunami del 27/F, pero donde sus habitantes decidieron reconstruir. "Acá en la casa el agua nos entró cerca de 1,20 metro y afectó, principalmente, la cocina, pero me gusta vivir acá. Lo he hecho toda la vida, y por lo mismo hay que aceptar lo que traiga la naturaleza", comentó Juan Letelier, quien pretende continuar ahí.
Una opinión similar tiene Teresa Contreras, dueña de otra casa afectada y quien había tomado la precaución de llevarse algunos bienes del lugar: "Nosotros nacimos acá y es un lugar mucho más tranquilo que las otras aldeas donde está la gente. Por eso no queremos irnos y esperamos que se siga respetando esa decisión".
Menos tranquilo estaba el pescador Sebastián Henríquez, quien el año pasado perdió su casa en el sector bajo de Dichato y que hoy vive en un campamento. Ayer, poco antes de las ocho de la mañana, se atrevió a bajar con su familia para ver qué había ocurrido en el sector donde está el puente mecano, de unos 50 metros, que permite ir desde Dichato a Pingueral.
Este había sufrido daños por la gran cantidad de agua que ingresó en la madrugada a través del estero de la localidad, quedando temporalmente inutilizable para el tránsito vehicular.
Mientras daba ese paseo, Henríquez aprovechó de contar que no tuvo una buena noche porque, "como llovió el día anterior, hizo mucho frío y había demasiada humedad. Más encima hubo muchas personas, sobre todo mujeres, que pasaron llorando toda la noche por el miedo".
Sorprendido todavía por los efectos del maremoto en Japón, añadió que "vivo esto como una pesadilla, porque no parece real que todo nos vuelva a pasar en tan poco tiempo. Creo que es mucho y no lo merecemos".
Por la tarde, el Presidente Sebastián Piñera y el ministro de OOPP, Hernán de Solminihac, anunciaron que habían concluido las labores de emergencia y recuperado la conectividad.
Otro pescador, Cristián Parra, veía ayer lo ocurrido con más optimismo: "Esta vez hubo tiempo para reaccionar, porque apenas el gobierno avisó que podía pasar esto, nosotros amarramos o guardamos nuestros botes para no tener problemas".
Daños en embarcaciones
Dichato no fue el único sector afectado por el maremoto de 2010 donde ayer también hubo daños. "Fue algo similar a lo del tsunami del año pasado. La única diferencia fue que esta vez el agua solo pasó por el río y no inundó casas", explicó Teodoro Leal, presidente de la asociación gremial de pescadores de la caleta de Tubul, en la comuna de Arauco.
En el municipio explicaron que fueron cerca de 20 botes (de un total de 250), los que tuvieron problemas, entre daños en equipamientos y de motores.
Allí la serie de olas comenzó a llegar a las 4.00 de la madrugada y a las 4.30 impactó la que causó el daño mayor. "Al menos esta vez no se perdieron tantos botes como para el terremoto, porque esa vez perdimos cerca de 170", dijo ayer Leal.
En la localidad de Constitución en la VII Región, la ola no causó daños materiales ni personales. Tras el levantamiento de la alerta se permitió el acceso vehicular a las zonas bajas, y se normalizó la afluencia a supermercados y bombas de bencina.
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