Diez éxitos del teatro chileno que retratan la identidad local

<P>En septiembre, el teatro se reviste de patria, costumbrismo y memoria. La cartelera tendrá varios clásicos de la chilenidad. </P>




Analfabetismo, discriminación, la búsqueda incansable de la felicidad y el rol imperante de la Iglesia sobre un pueblo dormido. Los griegos no sólo heredaron al teatro universal las diferencias entre tragedia y comedia; además, dieron un tono y color popular a sus escenas. Con temáticas como las anteriores, la relación entre el teatro, la sociedad y su historia se convirtió en una unión perpetua e indisociable. Chile no fue ni es la excepción.

Llegado el noveno mes del año, cuando el fervor patrio despierta en el país, la oferta teatral se adhiere a las celebraciones de Fiestas Patrias, llevando a los escenarios algunos de los hitos de la dramaturgia local que de alguna manera reflejan nuestra identidad. Son historias crudas, simples, de rutinas cíclicas. También relatos de amor y desamor, de ideas utópicas, de descontento social y desazón política. Entre algunos de esos hitos del repertorio popular se pueden contar La negra Ester, Animas de día claro y Mama Rosa.

"Era necesario que alguien revisara el registro literario de Chile, y no sólo en septiembre. Afortunadamente, las nuevas generaciones lo estamos haciendo, llevando montajes a recorrer el país durante todo el año y cautivando a cientos de personas, que ven reflejadas sus costumbres más íntimas en escena", afirma el dramaturgo Gopal Ibarra, quien acaba de reestrenar la más elogiada de sus obras: Víctor sin Víctor Jara. La cantata escrita en décimas, con 40 actores en escena, rememora la figura y el legado artístico del cantautor chileno, asesinado en 1973.

Pero no todo es costumbrismo, dice Gustavo Meza. En el año en que el Teatro Imagen cumple cuatro décadas, el Centro Mori organizó para este mes el reestreno de dos de sus obras insignes: La reina Isabel cantaba rancheras (1997) y Osorno 1897: Murmuraciones acerca de la muerte de un juez, de 1995, dirigida por la actriz Elsa Poblete. "No, no todo debe ser costumbrismo para entender la chilenidad", alega Meza. "La identidad se ve reflejada cuando una obra logra provocar lo que en ningún otro lugar del planeta podría. Tienen una musicalidad y un color característicos que llegan al espectador", agrega el director, quien encabezará el redebut teatral de la novela de Hernán Rivera Letelier, escrita hace exactamente 20 años. "Cuando Roberto Poblete llegó con el libro a mi casa, no tenía idea de quién era Rivera Letelier. Pero él insistió en que era de un imaginario único, pues retrata un mundo que está albergado sólo en su memoria y en la de quienes estuvieron allí. Sin embargo, ese lugar -con sus pampas y salitreras- y esa gente ansiosa de felicidad ya no existen. Ese imaginario y las reacciones que provoca podrían tildarse de chilenidad, pues remueven lo que hemos olvidado, pero que sabemos que sigue allí", explica.

El actor Alejandro Castillo concuerda. El director de Coronación, inspirada en la novela de José Donoso de 1957, señala: "Hoy, los jóvenes hacen lo que nosotros hicimos hace años, reconstruir la memoria e identidad nacional sobre la base de lo que se ha ido diluyendo con los años. La tarea, por tanto, es eterna; por eso hay aún tanto teatro popular".

Este año, y sólo en Santiago, nueve clásicos saldrán a escena a conmemorar y desmenuzar el Chile íntimo en el mes de sus festejos, que apenas comienza.

Coronación de Donoso

En la mansión de la familia Avalos, Andrés (Francisco Melo), un introvertido cincuentón, visita constantemente a su abuela, misia Elisa (Bélgica Castro), quien padece demencia senil y hace insostenible su cuidado, a cargo de las empleadas Lourdes (Diana Sanz) y Rosario (Mabel Farías). Para asumir esta última tarea, llega desde el campo la sobrina de Lourdes, Estela (Carolina Arredondo), una ingenua muchacha de 17 años que se convertirá en la oscura obsesión de Andrés. Sin embargo, la joven está enamorada de Mario (Nicolás Brown), un pobre diablo influenciado por su hermano René (Víctor Montero). Coronación, basada en la primera novela del premio nacional de Literatura de 1990, José Donoso, sitúa al espectador en un Chile oscuro, apartado y desconocido para las generaciones actuales. "Es un aporte cultural muy importante, pues retrata una excelencia de escritura y el intrincado laberinto de pasiones que propone el autor, dentro de un formato sencillo, casi de telenovela", explica el director, Alejandro Castillo. Mi. a sá., 20.30; do., 19.30, hasta el 14 de septiembre (excepto el 11). Sala A2 del GAM. Miércoles $ 8.000, estudiantes y tercera edad $ 4.000.

El retorno de Víctor Jara

Es el elenco más numeroso del teatro chileno de los últimos años y uno de los éxitos de la temporada pasada. Víctor sin Víctor Jara, la cantata escrita por Gopal Ibarra y dirigida por Visnu Ibarra, Pierre Sauré y el mismo dramaturgo, acaba de integrar un nuevo participante. Tomás Vidiella, ex compañero de Víctor Jara durante su paso por la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile, se suma al grupo de 40 actores, encabezados por Alejandro Sieveking, Norma-Norma Ortiz y Regildo Castro. En el montaje participan músicos y familiares de ejecutados políticos. Creada con el apoyo de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos, la obra en décimas, verso y prosa aborda tres inquietudes artísticas del cantautor: música, teatro y política. Diez canciones y episodios inspirados en su vida salen a escena en la producción. "Víctor no queda ni como protagonista ni como héroe, porque nunca quiso serlo. Despersonaliza su historia al servicio de representar la de muchos otros, a veces anónimos", dice Visnu Ibarra. Ju. a sá., 20.00; do., 19.00. Hasta el 21 de septiembre, sala A1 del GAM. $ 7.000, estudiantes y tercera edad $ 4.000.

Historias de pueblo

Un hecho verídico, ocurrido en Osorno en 1897, impulsó a Gustavo Meza a escribir Murmuraciones acerca de la muerte de un juez, en 1993. El juez Abelardo Contreras es asesinado por un misterioso jinete embozado de negro. El crimen deja a la vista las costumbres, traumas y mitos de un pueblo en el que coexisten mapuches, irlandeses y alemanes. Dirigido por Elsa Poblete en Mori Bellavista, este clásico del Teatro Imagen está de vuelta de ju. a sá. a las 20.30, y do. a las 20.00. En la misma sala, desde el 25 de septiembre regresa La reina Isabel cantaba rancheras, la historia sobre la muerte de la puta más querida de la salitrera y la desaparición de la última oficina del desierto. La novela de Hernán Rivera Letelier es dirigida por Gustavo Meza. Vi. y sá., 20.30; do., 20.00. Para ambos montajes, los valores son $ 8.000 entrada general, $ 6.000 estudiantes y tercera edad.

Un clásico de Cariola

Periodista, abogado y libretista, Carlos Cariola (1895-1960) escribió en 1919 Entre gallos y medianoche. Dicen que lo hizo en dos semanas y que se presentó durante 197 noches consecutivas. Este sainete criollo, jocoso y burlesco narra las desventuras de un ex coronel de la Guerra del Pacífico. Dirige Hernán Vallejo. Del 18 al 21 de septiembre, Mori Parque Arauco. Ju. a sá., 20.30, y domingo, 20.00. $ 10.000 y $ 7.000.

La pérgola más actual

Es, probablemente, uno de los títulos más populares de la escena local. Escrita por Isidora Aguirre y musicalizada por Francisco Flores del Campo en 1960, La pérgola de las flores regresa bajo la mirada de la compañía de teatro Alcalá, dirigida por Gustavo Becerra. Renovada, más cómica y con música en vivo. El remontaje se presentará en Mori Vitacura, con Paloma Labra, Diego Echeverría y Germán Durán. Desde el 11 de septiembre al 4 de octubre. Ju. a sá., 20.30. General $ 10.000, y $ 7.000 estudiantes y tercera edad.

Fantasmas enamorados

En aquella cantina ya no existe el tiempo. Ocho seres luminosos y fantasmagóricos transitan entre la vida y la muerte, unidos por los amores inconclusos, la pena, el vino y la necesidad de recordar para convertir sus relatos en música. Pero todo cambia con la llegada de un desconocido para saldar cuentas y desatar la tormenta. Mariana Muñoz dirige Amores de cantina, de Juan Radrigán, con María Izquierdo, Luis Dubó y Ema Pinto en escena. 25, 26 y 28 de septiembre, 20.30, sala A1 del GAM. $ 8.000, preventa $ 6.000, est. $ 4.000.

El gran relato obrero

Escrita en 1937 por Antonio Acevedo Hernández, Chañarcillo vuelve con 21 actores, música en vivo y bailes folclóricos. Asesorada por Margot Loyola y Osvaldo Cádiz, quienes participaron en las primeras versiones. La historia transcurre en 1842, en pleno auge de la explotación de plata en el norte. En la taberna del pueblo, los obreros buscan consuelo para sus miserables vidas, queriendo torcerlo todo. Dirigen Carolina Araya, Carola Rebolledo y Nelda Muray. Matucana 100. Ju. a do., 20 h. Hasta el 14 de septiembre. $ 5.000 y $ 3.000.

Volver a La Remolienda

Tras años viviendo en un enclave cordillerano al sur de Chile, Nicolasa decide llevar a sus tres hijos al pueblo más grande de la zona. Deslumbrados con el lugar y el anhelo de encontrar novias, dan con el prostíbulo de doña Rebeca, donde conocen y se enamoran de tres mujeres. Desde su estreno, en 1965, dirigido por Víctor Jara, La remolienda, de Alejandro Sieveking, es una de las obras más remontadas del teatro chileno. Dirige Hernán Vallejo, en el Teatro Nescafé de las Artes. Del 26 al 28 de septiembre. Vi., 20.30; sá., 21 h, y do., 19 h. $ 5.000 y $ 15.000.

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