Discovery, a la conquista desde y hacia chile
<P>Uno de los grupos televisivos más grandes del orbe ha sabido de cambios y también de golpes, en especial tras el arribo de Netflix. La compañía, sin embargo, ha logrado recuperarse y hoy espera pasar la ola, surfeando en los medios online.</P>
Arribó en junio de 1985 como Discovery Channel, un pequeño canal de cable dedicado a describir la vida salvaje e ilustrar el mundo a través de la observación y los hallazgos científicos. Hoy, ya no es una estación televisiva de nicho, sino un holding dueño de 29 redes de televisión que operan más de 100 canales, en 220 países y 33 idiomas distintos. Tiene 1.500 millones de abonados en el mundo.
Lo de Discovery Communications Inc., hoy uno de los mayores conglomerados televisivos del mundo, no es una historia de emprendimiento individual o del lado B de la economía. Lo suyo es resultado de una apuesta comercial que sus gestores visualizaron con envidiable claridad en una industria competitiva y en constante cambio.
No eran novatos: fue una idea conjunta de un grupo de empresas de medios y de inversiones, entre las que estaban la BBC, Allen & Company y Venture América. Con un capital inicial de US$ 5 millones, levantaron Discovery Channel como una señal que partió llegando a 156 mil hogares con programas de la Unión Soviética y a los cinco años sumaba 50 millones de viviendas.
Con una estrategia de crecimiento cimentada en crear su propia programación original y adquirir aquella que captaba el interés del televidente en su respectivo país, expandieron la marca y el formato a diferentes versiones e idiomas.
Fue rápido. Bajo la estructura de un conglomerado, en 1991 adquirieron la señal entonces llamada The Learning Channel (hoy TLC) y cinco años después lanzaron al mercado tres canales, hoy referentes en sus respectivos nichos. Discovery Kids, Animal Planet e Investigation Discovery siguen entre las principales líneas de negocios del grupo.
Con una lógica de audiencia especializada fiel a las marcas del grupo, en 2000 sumó Discovery Home & Health. Catorce años después compró el canal deportivo Euro- sport y siguió entrando a mercados de diverso tamaño y perfil.
Este año, el turno fue para la industria chilena. En mayo pasado, el grupo adquirió en casi US$ 60 millones el 27,5% de Bethia Comunicaciones, filial del holding Bethia que controla a Mega, Etc TV, radio Candela y Cingo. La operación fortalecerá la expansión regional de Discovery y diversificará aún más sus audiencias, llegando a un nuevo grupo de televidentes.
Con sede en la localidad estadounidense de Silver Spring, en el estado de Maryland, el grupo tiene un patrimonio bursátil de US$ 16.182,9 millones. En 2015, sus utilidades aumentaron 2% o US$ 129 millones respecto de 2014, con ganancias por US$ 6.394 millones al cierre de año.
Cada paso de Discovery Communications se ha enfocado en invertir y ganar la batalla a la competencia. Convencidos de la ley del más fuerte en televisión, desde el inicio los ejecutivos del grupo no dudaron en apuestas comerciales no siempre bien vistas: cambios en la parrilla programática de cada señal se hicieron tan notorios para quienes comenzaron desde el primer día con Discovery, que muchas veces la industria pensó que no sabían hacia dónde dirigir el negocio.
Pasaron sin miramientos desde documentales científicos a shows que buscaban derribar mitos, probar comidas y viajes exóticos, vivir experiencias televisivas -entonces originales- como aprender del negocio de la moda y entrar de lleno en docurrealities de todo tipo (animales, sobrevivencia, construcción, subastas, diseño, etc.). Tampoco evitaron propuestas fáciles, como programas de rankings de las especies más grandes o impresionantes.
Pero no sólo respondieron -y siguen haciéndolo- a la competencia de otras señales y redes de medios. En sus decisiones también responden a un actor que en los últimos años ha revolucionado al negocio y presionado a la televisión pagada a una dura competencia: la era digital y la democratización de los contenidos y acceso a entretención.
Plataformas como Netflix, YouTube y las versiones Go le han pegado al negocio, pero Discovery ha respondido con cambios sin complejos en su parrilla de contenidos, con riesgos y también fracasos. Entre éstos, la compra conjunta con Liberty Global, en 2014, de la distribuidora independiente All3Media, lo que derrumbó su valor en Bolsa. El éxito de Netflix algo influyó.
Pese a eso, avalado en mejores resultados en 2015, aunque aún leves, y un repunte de sus acciones, el grupo decidió un cambio clave en su estrategia comercial y ahora está abocado a los medios online. Este giro, han dicho sus ejecutivos, busca compensar la baja de espectadores que está afectando a las versiones por cable.
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