"Don Draper no ha cambiado"
<P><span style="text-transform:uppercase">[despedida] </span>Jon Hamm habla con <B>La Tercera</B> sobre el rol que transformó su carrera y los desafíos de la grabación de la última temporada de <I>Mad men</I>, que debuta mañana por HBO. </P>
Al teléfono desde su casa en Los Angeles, Jon Hamm habla con un evidente dejo de nostalgia que funciona como un paralelo perfecto de lo que ocurre con su rol en Mad men. Hamm está reacomodando su vida después de pasar nueve años interpretando a Don Draper y si bien asegura no estar preocupado de encontrar proyectos de forma inmediata, su personaje también está a la deriva, aunque más profunda, luego de que en la sexta temporada fuera suspendido de sus obligaciones como director creativo de la agencia Sterling Cooper and Partners, tras una serie de comportamientos erráticos que esta vez colmaron la paciencia de sus socios. Es con esa interrogante que comienza la primera parte del séptimo ciclo de Mad men, que debuta mañana, a las 21 horas, por HBO (señal 34 VTR y 630 Movistar), dando inicio al fin de la historia de una de las series más aclamadas de la televisión de la última década.
"Voy a trabajar cada día con la misma dedicación de siempre, pero la gran diferencia que existe hoy es que no vamos a volver para una nueva temporada y eso presenta una serie de desafíos emocionales que son completamente opuestos al de interpretar a este personaje", explica Hamm a La Tercera sobre la mayor dificultad que ha implicado la grabación del séptimo ciclo, que estará dividido en dos partes, de siete episodios cada una, dando fin al programa en 2015.
Y como preparación para lo que enfrentará al terminar la serie, ya ha hablado con sus amigos en Breaking bad y 30 Rock en busca de consejo: "Les he preguntado si fue difícil, si estaban tristes o sentían que ya habían cerrado el ciclo y se concentraban en la siguiente etapa de sus carreras. Ellos me respondieron que 'apestaba', pero que seguir adelante es la manera en que la vida funciona".
El final de Mad men coincide con el término de lo que los críticos han llamado la era de oro de la televisión", que comenzó a fines de los 90 con programas como Oz y Los Soprano. Aunque Hamm no coincide del todo -"hemos visto con el nuevo programa favorito de todos True detective que los antihéroes siguen apareciendo"- sí cree que es el momento perfecto para que la serie concluyera. "No quiero ser parte de un programa que no sabe cuál es el momento correcto para retirarse y tampoco me interesa estar en uno que permanece al aire para siempre, al menos no por ahora. Por eso creo que estamos terminando en el momento perfecto. Todos los programas que me gustan han sido exitosos en su tercer acto, que es el final y espero que el nuestro sea así también", explica.
Hamm pone énfasis en el uso de la palabra "suspensión" para describir la situación de Draper, pues como la serie nos enseñó en la primera temporada con el caso de Freddy Rumsen (Joel Murray), es un eufemismo utilizado cuando se quiere despedir a alguien. "El hecho de que lo despidieran puede funcionar como una llamada de alerta, pero la pregunta es si va a lograr el efecto deseado. Conozco la respuesta porque ya filmamos la primera parte de la temporada, pero como no lo puedo contar creo que es bueno concentrarse en el patrón que tiene Don Draper, pues lo que ha mostrado hasta ahora es capaz de superar los desafíos que se le imponen", comenta el actor sobre el futuro del personaje.
Y sobre la evolución que el mismo ha tenido durante las seis temporadas anteriores, Hamm es reacio a creer que en verdad ha ocurrido una: "No creo que Don haya cambiado mucho, nuestro tigre favorito jamás cambiará sus rayas". Pero sí lo describe como "un complejo personaje que combina al mismo tiempo lo trágico con lo fascinante".
Y es esta mezcla lo que ha generado que Don Draper se transformara en una suerte de objeto de culto, que para Hamm trasciende de quienes puede empatizar con él sólo por su trabajo o vida. "Todos podemos entender lo que es sentirse insatisfecho o anhelar algo en lo profesional o personal porque existe un descontento en nosotros. De alguna forma en el programa lidiamos con cosas que le ocurren a las personas, ese drama diario de nuestras existencias y a veces eso es tan dramático como resolver un crimen, vender drogas o matar a un tipo malo", remata el actor.
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