Donde se reúne la fauna urbana de Tokio
<P>Ya sean adolescentes que dictan cátedra en lo último de la moda callejera, rockeros independientes, fanáticos del "manga" o comunidades de extranjeros de todo el mundo, la capital nipona cuenta con un universo en miniatura para cada grupo con sólo unas pocas estaciones de metro entre cada uno. </P>
Con un área metropolitana que supera los 35 millones de habitantes, la capital nipona se ha destacado siempre por la variedad de los grupos urbanos que circulan por sus calles cada día. Ya sea de la moda, los famosos "geek" o aquellos que forman parte de la cultura más antigua del país como las geishas, ha llamado la atención por décadas en lo que a grupos sociales se refiere. Mientras que en una de sus calles se puede apreciar a fanáticos del reggaetón o de la cultura afroamericana, un par de estaciones de metro de distancia pueden llevar a filas interminables para comprar el último videojuego de simulación de citas (un género popular en el país) o apreciar una demostración de baile rockabilly, en donde imitan la estética de las pandillas norteamericanas de los años 50.
La estación de Shinjuku, que carga con el título de ser la con más tráfico de todo el mundo, es un punto de partida para muchos en su primer día en la capital de Japón. Ubicada en un punto estratégico de la capital, rodeado de centros comerciales de lujo, bares y restaurantes, el sector reconstruido tras el bombardeo aéreo de Tokio en la Segunda Guerra marcó uno de los hitos del boom económico japonés durante el siglo XX. Ahora aloja a una de las colecciones de publicidad callejera más notables del mundo, con neón, pantallas de video gigantes y carteles que cubren casi cada centímetro.
Un punto de encuentro para todo tipo de grupos jóvenes es la tienda de departamentos Isetan, cónclave para los más fashionistas y que aloja algunas de las marcas de lujo más reconocidas del mundo. Para quienes busquen una opción más cercana a la de los mall norteamericanos, tiendas como Marui (escrito OIOI) o Lumine están a pasos de distancia y cuentan con precios para todos los gustos. Un paraíso de los compradores compulsivos es la tienda Don Quijote, abierta las 24 horas y donde se pueden encontrar desde videojuegos hasta licores internacionales, lentes, electrodomésticos y maquillaje. Para los fanáticos de los vinilos: la tienda Disk Union, especializada en todo tipo de géneros, locales y extranjeros, está ubicada al lado de la estación Shinjuku-Sanchome.
A sólo una estación de distancia se encuentra Shibuya, otro de los puntos de encuentro más conocidos de la capital, en parte por ser el hogar de la estatua de Hachiko, la legendaria mascota fiel que incluso inspiró una película protagonizada por Richard Gere. Cuenta la historia que tras la muerte de su amo, el profesor Hidesaburo Ueno, el perro regresó cada día al lugar de la estación por los próximos nueve años a esperarlo como solía hacer cada día. Hoy su estatua es referente a la hora de encontrarse entre las miles de personas que circulan cada día, donde se pueden encontrar gals -chicas extremadamente maquilladas, bronceadas y de pelo teñido intensamente rubio, como imitando a las californianas-, así como también lolitas, inspiradas en la estética victoriana y de las cuales se desprenden diferentes subcategorías, como las góticas, punk, dulces y "clásicas".
Diez minutos caminando desde Shibuya llevan a Harajuku, el paraíso de todos los fanáticos de la moda callejera. Combinando tiendas de diseñadores independientes con ropa de segunda mano y accesorios estrafalarios este pequeño barrio se ha convertido en el favorito de estrellas occidentales como Madonna y Lady Gaga. Allí se encuentra la mayoría de los jóvenes "trendhunters" que tanta fama de estilo le han dado a la capital nipona. De entre 15 a 25 años, sus lugares favoritos son tiendas como Chicago, que cuenta con ropa de segunda mano de EE.UU y Europa, así como los malls Omotesando Hills y Laforet, enfocados especialmente en el público de ese rango de edad. El parque Yoyogi, ubicado en las cercanías, también da lugar a todo tipo de reuniones de grupos específicos durante los fines de semanas, donde se mezclan cantantes callejeros, vendedores y familias.
El reino de los "geek"
Fuera del mundo del estilo y el lujo, a unos 15 minutos en metro desde Shinjuku está la estación Akihabara, uno de los centros mundiales de la cultura "geek" por sus calles pobladas de tiendas de los más variados gustos: juegos de cartas, videojuegos, computadores, electrónica DIY (Do-it-Yourself, hágalo usted mismo), figuras de colección y kilómetros de cómics y libros de arte que deleitan a cualquiera que comparta estos gustos. Llaman la atención los Maid Café, especialmente dedicados para un público predominantemente masculino en el que chicas vestidas como sirvientas de series de animé los atienden con una actitud extremadamente servicial y sumisa, lo que vendría a convertirlas en una suerte de geishas de la nueva generación. Los fanáticos de los "manga" (cómic japonés) pueden encontrarse rondando tiendas como K-Books, mientras que los de los videojuegos en tiendas como Super Potato (especializada en títulos antiguos y desconocidos) y Trader, que cuenta con títulos "usados" que a veces no superan las dos semanas desde su lanzamiento.
Como buena ciudad que no duerme, a Tokio tampoco le falta fiesta: distritos como Ikebukuro están formados por una gran variedad de Izakaya -bares tradicionales japoneses-, salones de karaoke y restaurantes abiertos las 24 horas. Mientras que este es un sector más tradicional y usualmente visitado por los japoneses, aquellos que busquen una experiencia más internacional pueden dirigirse al barrio de Roppongi, favorito de los residentes y visitantes extranjeros, aunque también un poco más peligroso. No es extraño encontrar algunas peleas entre pasados de copas, pero los locales son baratos y si extraña el ambiente de una discoteca local aquí se podrá encontrar. Ambos distritos son alcanzados vía las estaciones de metro de sus mismos nombres, a menos de 15 minutos desde Shinjuku. ¿Los precios? entre 800 a 1.000 yen (4.000 a 5.000 pesos) por cada trago, aunque como en cualquier otro lugar del mundo vale la pena aprovechar los happy hours y otras promociones que alivianen un poco la carga sobre el bolsillo.
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