Eber Ludueña: El "futbolista" que hace reír a América
<P>El personaje de Luis Rubio, autodenominado el "jugador más violento de la historia", analiza, en su estilo, la Copa y su "carrera".</P>
"Yo solía llegar tarde. Llegaba tarde a los relevos, llegaba tarde a los entrenamientos, hasta llegaba tarde a casa cuando salía... Y una vez, por llegar tarde a una jugada, emboqué a un delantero y lo levanté para arriba; él hizo una finta en el minuto 38 y yo lo atendí a los 13 del segundo tiempo... Miren si habré llegado tarde". Con esa explicación, Eber Carlos Ludueña busca reflejar buena parte de su lamentable carrera como futbolista: nunca ir a la pelota, pero sí a la pierna del rival.
Con esa firma, el personaje interpretado por Luis Rubio ha alcanzado la fama no sólo al otro lado de la cordillera, sino que en toda Latinoamérica. Si en Chile existió "Peter Veneno", en Argentina tienen a Eber. Pero con varias diferencias: el bigotudo lateral no habla de Europa ni de la Selección, sino que de su experiencia en el ascenso argentino.
Comenzó en el fútbol a los 26 años, y en 17 temporadas sólo sumó 230 minutos en cancha. Pocas veces cruzó el círculo central y su ex mujer lo engañó con un preparador físico. Todo eso lo cuenta en sus dos libros (ver recuadro), en donde, además, narra todas las anécdotas de su carrera y enseña cómo hacer lo que mejor sabe: sacar laterales, pegar patadas y jugar pool. Recuerda, entre otras cosas, que una vez tiró una bicicleta -efectivamente tomó una bicicleta y la lanzó- y "se le llenan los ojos de lágrimas" cuando relata el llamado de Carlos Bilardo a mediados de los 80: le quería comprar electrodomésticos.
Gracias a todo esto, ha tenido apariciones constantes en programas de televisión, almorzó con Mirtha Legrand e, incluso, grabó un comercial junto a Carlos Tevez. Hoy, y desde su puesto como comentarista del "Lado B" de la Copa América en Fox Sports y MSN, conversó con La Tercera sobre el torneo continental y su glamorosa y tormentosa vida como futbolista.
Eber, si tuviera que explicarle a la gente de Chile su historia, tanto personal como futbolística, ¿qué elementos no podría dejar afuera?
Primero, mi récord: 111 partidos en primera, 25 tarjetas amarillas y 37 rojas; tres pases gol, dos tiros en el palo y uno que se fue a 20 centímetros del travesaño. Mi único tanto lo convertí en el partido de despedida, de penal, no sin antes haber marrado otro. Desafío a cualquier futbolista, transandino de cualquiera de los dos lados de los Andes, a comparar. Tengo, además, un premio único: la Asociación Argentina de Arbitros me confirió la Gran Tarjeta Roja en mérito a mi condición de "jugador más violento de la historia".
Usted es experto en ver los partidos desde la banca, ¿qué les puedes decir a los jóvenes que juegan al fútbol, pero que no cuentan con la confianza del director técnico?
Hay que llevar el momento con hidalguía. No está bien para la imagen del jugador llorar, rogar, arrodillarse… Nada de eso deja bien parado al jugador para el momento de renegociar el contrato. Si el jugador no goza de la confianza del entrenador, hay que trabajar en la semana para revertirlo: prometer que le va a lavar el auto al técnico con doble capa de cera, ofrecerse para hacer trámites engorrosos y, si es necesario, pasarles la pelota a los compañeros de equipo. Eso ayuda mucho también.
¿Quién cree que es el equipo favorito para ganar la Copa América? ¿Le pesa a Argentina la localía o va a ser una ayuda?
Sí, Argentina y Brasil siempre son candidatos. Pero no hay que olvidarse de Uruguay, que fue cuarto en el Mundial, ni de Chile, que está pasando un buen momento. Ojo con Colombia, que puede dar la sorpresa, y Paraguay, que con Martino está trabajando muy bien. Ecuador, Venezuela y Bolivia, que no tienen nada que perder, y pueden soltarse y jugar bien. Pero creo que el campeón no sale de estos que te nombré. Y la localía, la verdad, no tengo idea. Yo siempre jugué igual de local y de visitante: de más o menos para abajo.
¿Es muy lejano el nivel de juego que vemos en la Copa América con el que le tocaba ver a usted en sus días de lateral?
En el nuevo estadio de La Plata, sí, porque las plateas están como alejadas, así que en algunos lugares, sí, está muy alejado. Igual, será difícil ver a un arquero como el "Gato" Osbén, un Letelier, un Jorge Spedaletti.
¿Qué sabe del fútbol chileno? ¿Algún jugador en especial que le guste?
Sigo mucho al Deportivo Ñublense, desde que me enteré que tenían un entrenador, Nelson Oyarzún, que les hacía comer consomé a los jugadores después de los partidos. Me pareció un detalle de consideración. Yo tuve un entrenador que después de los partidos nos dejaba una bolsa de alimento balanceado, porque decía que éramos unos perros. Fue lo más cercano a lo de Oyarzún que viví en mi carrera deportiva. Y me gusta mucho Carlos Caszely. Pocos jugadores usaban el bigote con la elegancia y la personalidad del "Rey del metro cuadrado".
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.