Educación Superior Técnica

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LA EDUCACION técnico-profesional se relaciona directamente con la formación para el trabajo, con la capacidad de aprender y de adquirir las herramientas que permitirán a los futuros profesionales impulsar el desarrollo social y económico del país. El gobierno ha anunciado medidas que buscan aumentar sustancialmente el número y la proporción de estudiantes en esta modalidad educativa, incluyendo aspectos relativos a la calidad y pertinencia, al financiamiento, a la eficiencia y a la articulación de estudios, entre otros. La concreción de estos anuncios significará un salto histórico en el desarrollo de este sector.  

En Chile, casi la mitad de los alumnos que acceden a la educación media y a la educación superior lo hacen en la modalidad técnico-profesional. En el caso de la educación superior, en los últimos cinco años, el número de alumnos nuevos de los Centros de Formación Técnica y de los Institutos Profesionales ha crecido tres veces más rápido que el de las universidades.

Sin embargo, históricamente ha existido un doble discurso. Por una parte, se sostiene que el país necesita más y mejores técnicos y profesionales, y no necesariamente más carreras universitarias tradicionales. En la práctica, sin embargo, las políticas públicas discriminan sistemáticamente en contra de esta modalidad. Ejemplos hay muchos. La Beca de Excelencia Académica entrega un máximo de $ 1.150.000 a una persona que ingrese a la universidad, pero sólo $ 500.000 si lo hace en un instituto, aunque la persona y la carrera sean la misma. La PSU mide contenidos que no necesariamente son cubiertos por el currículum de la educación media técnico-profesional, dejando a sus egresados, a priori, en desventaja. A su vez, los puntajes de la PSU son utilizados para discriminar el acceso a instituciones y a fuentes de financiamiento.

El Congreso ha aumentando las carreras exclusivamente universitarias, restringiendo el campo de acción de los institutos. Asimismo, la nueva Ley de Presupuesto impide a los Institutos Profesionales y los Centros de Formación Técnica acceder en igualdad de condiciones a los fondos competitivos que promueven la calidad y la equidad.
El Presidente de la República, junto al ministro de Educación, han manifestado públicamente su compromiso de cambiar esta realidad, apuntando especialmente al aumento de la cobertura, la eficiencia y la calidad, poniendo a la educación técnico-profesional en el centro de la estrategia de desarrollo nacional, que busca superar la pobreza y alcanzar el desarrollo antes de finalizar esta década.

Ello permitirá  aumentar sustancialmente el acceso de las personas a la educación superior, pasando desde el actual 40 por ciento, a niveles del 70 por ciento, propios de países más desarrollados; y no sólo aumentar el acceso, sino los porcentajes de egreso y titulación, que hoy se ven disminuidos por una importante deserción.
Esto significará que la mayoría de los chilenos contará con títulos técnicos y profesionales, cambiando radicalmente las condiciones de equidad y competitividad del país. Eso es desarrollo.

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