El 34% de alumnos de primera generación demora más de un año en acceder a la universidad

<P>Encuesta de universidades Diego Portales y Católica de Valparaíso y <B>La Tercera</B> a 3.500 estudiantes.</P>




La educación superior es una realidad hoy para la mayoría de los jóvenes, según determinó una encuesta realizada por la Universidad Diego Portales, la Universidad Católica de Valparaíso y La Tercera. Sin embargo, el camino es más difícil para algunos y uno de los principales factores parece ser la escolaridad de los padres. Mientras el 80% de los jóvenes, con al menos uno de sus padres graduados de la educación terciaria, ingresó a ésta al año inmediatamente después de salir del colegio, sólo lo hizo el 63% de hijos cuyos padres no tienen un título profesional.

El 20% de quienes constituyen la primera generación en su familia en acceder a la educación superior ingresó a ella un año después de terminar su enseñanza media y al 13% le demoró más de dos años en conseguirlo. En cambio, entre los hijos de profesionales, el 13% demoró un año y sólo el 3% más.

La encuesta es la primera que analizó la trayectoria académica de una generación cinco años después de haber dado la PSU. Más de 3.500 personas, que rindieron la prueba en 2006, contestaron el cuestionario.

Del total, 2.328 jóvenes (68%) aún se encuentra estudiando. El 14% trabaja y un número igual está buscando empleo.

Preparación y deuda

Las condiciones de financiamiento para acceder a la educación superior también son distintas. Mientras que el 68% de jóvenes cuyos padres no tuvieron educación terciaria mantiene deudas con el sistema, sólo el 41% de los hijos de padres profesionales está endeudado.

"Esto refleja la inequidad no sólo en el acceso, sino que incluso en la repartición de la deuda", sostiene Ernesto Treviño, director del Centro de Políticas Comparadas de Educación de la UDP.

Las diferencias también son notorias en cuanto al nivel de compromisos. En el primer caso, el 49% debe entre $ 5 y $ 10 millones, mientras que el 36% de los hijos de profesionales debe ese monto.

"A los alumnos de primera generación se les hace más pesado antes y después de entrar a la educación superior", agrega Ernesto Treviño. Así, mientras el 37% de los alumnos de primera generación tuvo acceso a preuniversitario, el 57% de los hijos de profesionales accedió a este tipo de preparación. El 29% de los primeros no se preparó, mientras entre los segundos la cifra llega sólo a 14%.

Pero la explicación pasa no sólo por la preparación para la PSU y a una educación básica y secundaria de calidad, sino también por perspectivas. "Un papá universitario incentiva permanentemente a sus hijos a seguir estudios superiores; el factor familia para determinar el año de ingreso y el interés por seguir es fundamental", sostiene Felipe Salazar, del mismo centro.

También el tipo de colegio es determinante. El 86% de los egresados de colegios pagados ingresó de inmediato a la universidad, contra el 70% de los estudiantes de colegios subvencionados y sólo el 63% de los municipales.

Sin embargo, el desempeño académico no difiere mayormente entre unos y otros. Si bien los alumnos con padres profesionales declaran tener mejor rendimiento (el 39% evalúa su desempeño como superior a la media, versus el 34% de los de primera generación), las notas dicen otra cosa. El 65% de los alumnos de primera generación reconoce haber reprobado un ramo, mientras que en los estudiantes de padres profesionales la cifra llega a 61%. La diferencia no es significativa.

También hay diferencias según el tipo de institución superior a la que acceden y al tipo de carrera. El 95% de los hijos de profesionales encuestados ingresó a la universidad, lo que se contrapone con el 81% de estudiantes de primera generación. Ellos fueron a institutos profesionales (15% versus 3,1%) y a centros de formación técnica (3,6% contra 1%).

Junto a ello, el 76% de quienes escogieron a Pedagogía es de primera generación. En Derecho, en cambio, la balanza se inclina a favor de los hijos de profesionales: el 59% de quienes escogió esa carrera tiene padres universitarios. En artes, la diferencia es 65% a 35% entre los jóvenes con padres con educación superior completa y quienes son alumnos de primera generación.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.