El arte de las tejedoras de Tirúa

<P>La Asociación Relmu Witral que agrupa a 450 dueñas de casa recibió el Sello de Excelencia Artesanía Chile 2010, por parte de la Unesco como reconocimiento a la innovación y rescate de la cultura Lavkenche.</P>




u arte, reconocido por el mundo es la herramienta para intentar salir de la pobreza y poder mantener a sus familias. Para las mujeres de Tirúa, el tejido mapuche ha sido parte de una tradición ancestral que se ha mantenido por siglos. Cada centímetro de lana era dedicado para poder abrigar a los hombres de las comunidades del Biobío, quienes se encargaban de cultivar la tierra y llevar el alimento.

Sin embargo, la necesidad cambió los roles. Los altos índices de cesantía y las pocas posibilidades de generar recursos que tienen los jefes de hogar, hizo que ellas buscaran la forma para cooperar económicamente. Se enfocaron, entonces, en potenciar sus habilidades en el tejido y mostrar lo mejor de su ancestral cultura.

Es así como en el 2003, nace Telar de Arcoíris o dicho en mapudungún, Relmu Witral, agrupación que aglutinó, en un comienzo, a poco más de 40 dueñas de casa de la comunidad, quienes se organizaron en la Asociación Indígena de Tejedoras Lavkenche para dar a conocer y comercializar sus diferentes creaciones hechas en lana de oveja. A ocho años de la creación de la entidad, apoyada por la iglesia jesuita, la ONG Cemuri y el municipio local, tienen a más de 185 socias. El grupo se ha convertido en el orgullo de Tirúa.

María Angélica Pérez Pilquiman, presidenta del colectivo, expresó que la iniciativa les ha devuelto la dignidad a muchas mujeres. "Nos ha servido como personas, pues hemos mejorado el ingreso del hogar y demostrado nuestras capacidades. Además, estamos rescatando y difundiendo nuestras raíces. Somos herederas de un legado y esperamos mantenerlo de generación en generación", indicó.

Agregó que en una sociedad machista, costó que los maridos creyeran en el proyecto, pero con los años se ha transformado en una labor que incluye a toda la familia. "Gracias a los tejidos nuestros hijos se están educando, cosa que antes era impensada", dice Pérez.

Telares, ponchos, gorros, calcetines, alfombras, bolsos, entre otros productos son los que fabrica el grupo.

Las mujeres van a buscar el material a la sede y pueden trabajar desde sus casas. "Eso es muy bueno, porque el telar lo hacemos en nuestros hogares y no descuidamos a nuestros hijos. Después vamos a entregar nuestras creaciones y recibimos nuestra plata", contó Patricia Marihuen, quien vive en el sector Comillahue, ubicado a 11 kilómetros de la localidad.

La familia de Marihuen está conformada por seis personas y tres de sus hijos estudian fuera de la comuna, por lo que el dinero que gana es vital en el presupuesto familiar. "Ha sido fundamental mi trabajo y estoy orgullosa de ayudar a mis niños", aseveró.

Una socia de Relmu Witral puede ganar entre $ 13 mil a $ 80 mil al mes, dependiendo de la cantidad de prendas que entregue.

Las creaciones de las tejedoras lavkenches, han sido expuestas en diversas partes del mundo. Han recorrido ferias de Estados Unidos, Inglaterra, Bélgica y varios países latinoamericanos, causando una grata impresión, debido a la calidad y originalidad de los hilados. Este esfuerzo fue premiado por la Unesco, organización que les entregó el Sello de Excelencia Artesanía Chile 2010 a la pieza Manta Makun Domo.

"Todo esto es gracias a la dedicación, esfuerzo y gran talento que tienen nuestras socias. Nos sentimos muy orgullosas de haber logrado este galardón, pues nos hace representantes de la cultura mapuche y nos abre muchas más puertas para seguir creciendo", puntualizó Pérez Pilquiman.

El futuro les sonríe y aseguran estar haciendo las cosas bien, pues además de las remuneraciones que reciben las integrantes de la asociación, el mismo dinero se va invirtiendo en capacitar a sus miembros.

Además, planean mantener el mismo proceso de elaboración de las prendas. Es decir, que todo se hace y viene de Tirúa. Desde cuando se esquila la oveja y se enmadeja, hasta que se tiñe la lana, los insumos vienen de los campos de la propia comuna. "Es nuestro sello y para mantenerlo tenemos estrictos controles de calidad. Todo proviene de la naturaleza", añadió la dirigenta.

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