El barroco latinoamericano en todo su esplendor musical
<P> Durante 24 años, especialistas franceses han ido recuperando la música nacida del choque cultural entre aborígenes y conquistadores.</P>
En un convento del siglo XVIII de Sarrebourg, una pequeña localidad francesa ubicada casi en el límite con Alemania, un grupo de jóvenes músicos provenientes de América Latina ensaya sin descanso Las vísperas solemnes de San Ignacio. Son ecuatorianos, colombianos, peruanos, cubanos, paraguayos, argentinos y chilenos. Algunos tocan con instrumentos prestados. De pronto, el rostro de un violinista denota frustración, pero las muchachas que cantan se miran con complicidad, como felicitándose. Hay logros y errores, pero sobre todo hay persistencia y pasión. Los músicos saben que esta es una de las mejores oportunidades de su vida: han viajado hasta Francia para formar parte de la Capilla Panamericana. Esta agrupación forma parte de Caminos del Barroco, un proyecto que durante 24 años ha impulsado el rescate de las composiciones que se realizaron en América Latina en los siglos XVII y XVIII.
Ahora la orquesta arribará a nuestro país para dar un concierto el martes 26 de octubre, a las 20 horas, en el Teatro Municipal de Las Condes. Se trata de la primera escala de una gira que comprende presentaciones en Asunción, Posadas, Buenos Aires, Lima, Quito, Bogotá y Medellín. De esta forma, junto con celebrar los bicentenarios de América Latina, Caminos del Barroco cristaliza más de dos décadas de trabajo, formando músicos, restaurando instrumentos, desarrollando festivales, rescatando partituras olvidadas y, sobre todo, subrayando la importancia patrimonial de la música que nació durante el proceso de evangelización en la colonia a través de las misiones dejesuitas y franciscanos. La expresión más contundente e irrefutable está en los 57 discos y cerca de 600 conciertos realizados.
Las vísperas solemnes de San Ignacio corresponde a un oficio sacro reconstituido a partir de un conjunto de salmos corales de Roque Ceruti y Domenico Zipoli, los cuales fueron recuperados en Bolivia y Perú. Para Alain Pacquier,director de este proyecto auspiciado por la Fundación BNP Paribas, el barroco generado al interior de las misiones es una fuente de energía nueva: "Cuando las cepas de las uvas se vieron amenazadas en Francia, se plantaron en América Latina. Algo de eso ha sucedido en el plano musical. En 20 años hemos hecho uso de América Latina para salvaguardar lo que hemos perdido en Francia. Ahora incluso el vino proviene de América Latina. Y si bien se discute que el barroco fue impuesto por compositores europeos, la mayor parte de las obras de Chiquitos, por ejemplo, no están firmadas. Algunos plantean que los indígenas componían y que Zipoli no habría existido. Es más: piense que no hay manuscritos firmados por él".
Especie de Lévi-Strauss de la música, Pacquier subraya las complejidades del proceso de colonización: "La música tuvo el fin de evangelizar, pero también fue un laboratorio en el que pasó algo insospechado, porque el órgano terminó reafirmando algo en la identidad de los indígenas".
Una de las bases de este proyecto ha sido el rescate de los instrumentos. "En Chile el órgano, la base del barroco, ha desaparecido. Hay músicos muy buenos y grupos como Capilla de Indias, que trabaja con nosotros, pero no está el instrumento base", comenta Pacquier. En total se han recuperado 11 órganos: uno en Chile, Argentina y México, cuatro en Bolivia y otros cuatro en Perú, en la zona de Cusco.
"El objetivo de Caminos del Barroco no es solamente estético, esto es, hacer que se toquen partituras del siglo XVIII, sino que va más lejos", precisa Lionel Lissot, coordinador general del proyecto. "Hay un objetivo social, económico, de desarrollo de esas localidades en torno a una temática poco abordada desde la perspectiva de la cooperación internacional". Niños y jóvenes del pueblo de Uribicah en Bolivia o de ciudades pequeñas de Paraguay (Ita) y Colombia (Neira) han recibido formación musical y posteriormente algunos han sido becados para perfeccionarse en Sarrebourg.
El concierto de este 26 de octubre, que implica movilizar a 45 músicos, también se realiza con el apoyo de la Fundación BNP Paribas y cuenta con la participación de la Fundación Teatro a Mil. El coro es el de niños de los Sagrados Corazones, dirigido por Samuel Elgueta. El concierto mismo estará a cargo de Gabriel Garrido, director argentino que ha sido otra de las puntas de lanza de esta iniciativa. Profesor del Conservatorio de Ginebra, Suiza, posee un concepto dinámico de la música antigua: "Es esencial comprender que acá no está en juego un asunto de dominio, porque lo que uno ve es que los indios consideran que esta música es suya, aunque haya sido compuesta por Ceruti o Zipoli".
A la manera de un "segundo acto", después de esta gira por el continente, el 2011 se realizarán 30 conciertos en regiones francesas con las orquestas formadas por Caminos del Barroco. Entre el 22 de septiembre y el 2 de octubre de 2011, el Museo Quai Branly (al que Lévi-Strauss legó su colección privada) acogerá una serie de conferencias, talleres musicales, películas y conciertos que darán una mirada panorámica a lo que fue la mezcla entre los habitantes del continente y los europeos.








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