El cazador de tesoros del Museo de Anatomía de la Universidad de Chile
<P>Julio Cárdenas es un médico transformado en investigador, curador y detective que ha catalogado piezas de gran valor.</P>
El doctor Julio Cárdenas da un paseo circular entre las gradas del auditorio de la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile. En silencio observa a un grupo de estudiantes que toma apuntes en el anfiteatro donde un profesor repasa con un puntero láser las diapositivas que muestra una cabeza humana diseccionada. Una de las pocas cosas que descomponen a Cárdenas son los alumnos que ponen los pies encima del centenario mobiliario. Los mismos pupitres que ocupó él y en el que antes de él también se sentaron sus maestros que le inculcaron un valor por el patrimonio que aparentemente hoy va a la baja. "Hay una inercia en los estudiantes que tratamos de romper, porque muchos sólo desean ejercer la medicina, pero no manifiestan un cariño por lo antiguo, por lo histórico que engloba también su carrera", dice haciendo eco en las amplias galerías de la facultad ubicada en la comuna de Independencia.
Cárdenas es profesor del Programa de Anatomía y Biología del Desarrollo de la Universidad de Chile, presidente de la Sociedad Chilena de Historia de la Medicina y responsable del Museo de Anatomía de la escuela. Esto último es su pasión y lo que lo convierte en cazador de tesoros y guardián de piezas de un valor incalculable que ha debido aprender a restaurar, rastrear e identificar.
Como todo médico, tiene buena memoria para los detalles y nombres. Recuerda al doctor y maestro Evaristo Cancino Aguila, su mentor. "A él debo mi interés por la historia y por su cuidado. Cuando yo era alumno, él nos inculcaba mucho el valor por el patrimonio, pero no en las clases necesariamente, sino en la práctica del día a día", recuerda.
Esa vocación convertida en acción hace de Julio Cárdenas una especie de "Indiana Jones" dentro del campus, pues el doctor ha dado con elementos capitales de la colección actual.
Navegando contra el futuro se siente el médico. Aún no termina de catalogar las más de 6.600 piezas, repartidas en varias bóvedas y no parece haber mucha gente interesada en seguir manteniendo este patrimonio, cree.
Dentro de los próximos proyectos del museo están la creación de una muestra digital, profesionalizar las labores de reparación a través de un taller y comprometer a más interesados. Palabras mayores sería contar con un laboratorio de plastinación como el que da vida a la popular colección Bodies.
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