El cine retorna al cuadrilátero

<P><span style="text-transform:uppercase">[en el ring] </span>Las películas de box nunca mueren y resisten varios rounds. Se estrena en Chile <I>Manos de piedra</I>, sobre el panameño Roberto Durán, y en EEUU llegan <I>The bleeder</I>, acerca del hombre que inspiró <I>Rocky</I>, y <I>Bleed for this</I>: dramática historia del campeón Vinny Pazienza. </P>




El 25 de noviembre de 1980, Roberto Manos de Piedra Durán no recibió la toalla desde la esquina del ring, pero sí proclamó las palabras que significaron su propia capitulación en una batalla donde fue burlado a ocho asaltos por Sugar Ray Leonard. Repitió, hacia el final del octavo round, la expresión "no más, no más", dando a entender que quería bajarse de un show que lo convirtió en el bufón del boxeador al que él mismo le había quitado el título seis meses antes. También, y esto fue lo más triste, el "no más" se diseminó en la conciencia colectiva de sus seguidores como la queja de quien no pudo contra Ray Leonard, el estilista estadounidense de los puños. Fue el más amargo capítulo en la vida de Durán, emblema del boxeo mundial y figura de la película Manos de piedra, que el 17 de noviembre se estrena en Chile.

Dirigida y escrita por el venezolano Jonathan Jakubowiz (Secuestro express) y con fotografía del chileno Miguel Ioann Littín (Violeta se fue a los cielos), Manos de piedra tuvo su primera exhibición en el Festival de Cannes, donde fue presentada además por su productor Harvey Weinstein. De cierta manera la película cuenta dos historias: la de la rápida carrera de Durán (Edgar Ramírez) y la de la relación con su entrenador estadounidense Ray Arcel, que es interpretado por Robert De Niro. La primera se vale de toda la destreza coreográfica del cine actual y la segunda es una narración mucho más humana y dramática, en el tradicional terreno de los filmes sobre el box. En ese sentido, la película es muy clásica.

Ambientada en gran parte en Ciudad de Panamá, el filme de Jakubowicz describe los inicios de Roberto Durán (Edgar Ramírez) como un fiero contricante sin técnica de 16 años, y luego lo muestra bajo la protección del entrenador estadounidense Ray Arcel. Es ahí cuando Manos de Piedra aprende a guiarse "por el cerebro y no por los puños" (una frase que Arcel le repetía siempre desde las cuerdas del ring) y en esas circunstancias se tansforma en campeón indiscutido de peso ligero. El año 1980 lo vio alcanzar la agonía y el éxtasis en menos de seis meses: en junio le quitó el título de peso welter a Leonard y en noviembre lo perdió en el famoso combate del "no más".

La llegada al cine de la vida de Durán es parte de una reciente revitalización del género boxeril. El año pasado se exhibió en Chile la película Revancha, con Jake Gyllenhall como un boxeador en busca de la redención familiar y profesional, y a principios del 2016 se estrenó Creed, una creativa y poderosa reinvención de la saga de Rocky Balboa a través de la historia del hijo de su viejo amigo y rival Apollo Creed. Fue un bravo comienzo para 2016, cuando se celebran además los 40 años de Rocky (1976), la emblemática película del púgil de Filadelfia que en 1977 ganó los Oscar a Mejor Película y Mejor Director, desplazando a Taxi driver de Martin Scorsese. Los mismos productores de la epopeya fílmica de Balboa, Irwin Winkler y Robert Chartoff, le produjeron luego su propia película de box a Scorsese. Fue Toro salvaje, insuperable vara con la que se miden todas las cintas de box desde 1980 hasta nuestros días.

A propósito de los 40 años de Rocky, que era la hazaña de un blanco peso pesado en una jungla dominada por los púgiles de color, cabe recordar que el filme escrito y protagonizado por Sylvester Stallone se inspiró en el caso real de Chuck Wepner, el hombre que en 1975 desafió a Muhammad Ali. Esta historia es la que cuenta The bleeder, otra de la cintas boxeriles del año, estrenada con muy buenas críticas en el Festival de Venecia y protagonizado y producido por Liev Schreiber como Wepner.

Hijo de Nueva Jersey y ex boxeador en su paso por los Marines, el peso pesado Wepner en realidad ya venía a la baja cuando una casa de apuestas decidió que una buena forma de ganar algo más de dinero era fijarle a Ali una pelea con un contrincante visiblemente inferior. Un paquete, en jerga deportiva. Wepner, apodado El Sangrador por su tendencia a sufrir cortes en todas las peleas, había perdido por nocaut con Sonny Liston y George Foreman y apenas era una sombra de la gran esperanza blanca de sus inicios en el circuito de la costa este. Antes de entrar al ring un periodista la preguntó si esperaba sobrevivir a Muhammad Ali y él respondió: "Toda mi vida he sobrevivido. Si sobreviví a los Marines, podré sobrevivir a Ali". No sólo salió vivo del match, sino que al noveno asalto mandó al campeón mundial a la lona. Luego, eso sí, debió aguantar seis rings que fueron la furia y la venganza de Muhammad. Cerca del fin de la pelea, Wepner aflojó las rodillas, besó la lona y perdió por nocaut técnico.

Otro que sangra mucho, aunque más fuera del cuadrilátero que dentro de él , es el peso ligero Vinny Pazienza en el largometraje Bleed for this, de Ben Younger, estrenado en los festivales de Telluride y Toronto con positivas reseñas. Lo protagoniza el joven Miles Teller (Whiplash) como Pazienza, una estrella del cuadrilátero que lo prometía todo hasta que en 1991 un accidente carretero lo dejó con varias vértebras fracturadas y la sombría prognosis médica de que con suerte caminaría otra vez. A los 13 meses y evidentemente contra todo pronóstico, Pazienza estaba disputando otra vez el título mundial. Es más, lo ganó, y a continuación siguió acumulando cinturones de campeón durante el resto de los años 90. En uno de aquellos combates también se topó con Mano de Piedra, al que venció.

Claro, Roberto Durán peleaba a esas alturas sólo por el honor y su época de gloria había pasado. Aquellos años de fama son más bien el territorio de Manos de piedra, que tiene la sombra de Toro salvaje a sus espaldas con la presencia de Robert De Niro como el entrenador Ray Arcel. La cinta de 1980 sobre el campeón ítaloamericano Jake La Motta se filtra por todos lados a la hora de las influencias y sus nombres aparecen siempre en una película actual. Un último dato es ejemplo: Martin Scorsese fue el productor ejecutivo y uno de los grandes impulsores de Bleed for this.

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