El cuestionario de Jodorowsky: Jon Benjamin
El embajador de Inglaterra en Chile es un tipo excéntrico, sociable y expresivo. Aquí, le contesta a Jodorowsky. "Haría desaparecer a los extremistas políticos", dice.
¿Cuál es su meta en la vida?
En cuanto a lo profesional, estoy haciendo lo que he soñado desde chico. En lo personal, mi meta es seguir viajando, descubriendo el mundo. Me gustaría seguir trabajando 15 años más, jubilarme, y de ahí viajar. A lugares extremos o aislados. Esos son los que más me gustan.
Si hubiera algo después de la muerte, ¿qué sería?
No creo que uno siga existiendo después de la muerte. Pienso que no hay nada; que es como dormir profundamente.
¿A quién usted haría desaparecer?
A extremistas de cualquier tipo: religiosos y fanáticos que se muestran intolerantes, pero especialmente a los extremistas políticos de extrema derecha o izquierda.
¿A quién le lanzaría un pastel en la cara?
Quizás al entrenador del Arsenal de Londres, Arsene Wenger. Debo reconocer sus logros, pero no es mi entrenador favorito. Yo soy hincha del West Ham United, uno de los rivales más grandes del Arsenal.
¿Qué es para usted la perfección?
La perfección no existe. Para mí, es esforzarse en hacer lo máximo posible. Aceptar a todos con sus imperfecciones.
¿Cuál fue la mejor cualidad y el peor defecto de su padre?
Está vivo. Acaba de cumplir 93 años. Su mejor cualidad es su tolerancia: nunca se enoja. Su peor defecto es que podría enojarse más cuando la situación lo amerita.
¿Qué edad siente tener en su corazón?
Mucho menos de lo que tengo según mi carné. Unos veintitantos, como en la época universitaria, y no los 48 que tengo.
Si la resurrección existiera, ¿de qué edad desearía su cuerpo?
De 25. Fue cuando tuve la mejor condición física de mi vida.
¿Qué lema le pondría en el escudo de Chile en lugr de "Por la razón o la fuerza"?
"Andando hacia el pleno desarrollo", porque de todos los países de Latinoamérica, es el que más se ha acercado a ese estatus. Sigue siendo una tarea en marcha, pero creo que es una meta que comparten todos los chilenos, sea cual sea su visión política.
¿Cuál es su insulto preferido?
De chico viví mucho tiempo en Suecia. Por eso, cuando realmente se necesita, lanzo un insulto en sueco para que nadie lo entienda. Es muy feo. Así que no lo voy a decir.
¿A qué es es a lo que le tiene más miedo?
A envejecer sin buena salud. Como la vida es corta y no creo que haya algo después de la muerte, hay que sacarle el jugo a esto. Le tengo miedo a envejecer demasiado rápido. Y, también, a enfermedades como el parkinson, donde uno está consciente de las facultades que va perdiendo.
En su infancia, ¿qué soñaba ser cundo grande?
Lo que soy: diplomático. A los seis años, en la escuela me hicieron escribir un ensayo sobre lo que queríamos ser cuando grandes: yo escribí embajador. Me costó 40 años lograrlo. Profesionalmente, es lo único que ambicioné.
Si debiera cambiar su nombre y apellido, ¿cuáles se pondría?
Condorito Morales. Me encanta Condorito. De hecho, le puse así a un gatito que conseguí hace unas semanas. La historieta la conocí hace un año y medio, cuando llegué a Chile. Pero mi profesor de español en Londres, que es chileno, me lo había mostrado por internet. Morales me gusta, porque es un nombre común y corriente. Bien chileno.
Si no tuviera familia y fuera multimillonario, ¿qué haría con su dinero?
Donaría el 50% a causas caritativas: la mitad iría al programa de Bill Gates, que costea vacunas. El resto, a nuestro proyecto en Juan Fernández, que busca reconstruir colegios. El 50% restante lo usaría para viajar a lugares difíciles de llegar, como la Antártica. He estado en cerca de 110 países, pero quiero conocer más.
¿Ha envidiado alguna vez a alguien? ¿Y hoy, envidia a alguien?
No, porque creo que la envidia, al igual que el resentimiento, es un sentimiento sin ningún valor. Es como tragarse un veneno a la espera de dañar a otra persona. Aunque ahora que lo pienso, quizás alguna vez envidié a los hinchas de equipos más exitosos que el mío.
Si le dieran el Nobel de la Paz, ¿qué diría para rechazarlo?
Que ya tengo la pared llena y no tengo dónde ponerlo.
Defina al género femenino con tres palabras. Defina al género masculino con tres palabras.
El femenino: imprescindible, variable e impredecible. El masculino: mañoso, prescindible y vanidoso.
¿Cuál es su criminal preferido?
La Pantera Rosa, ¿robaba los diamantes, no? O si no, Robin Hood: robaba para pelear la desigualdad.
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