El desconocido vínculo entre Tyson y Cruzat que trae al estadounidense a Chile
<P>El ex campeón mundial de peso completo viajará a la despedida del boxeador chileno, programada para el próximo 9 de abril.</P>
"Mr. Tyson, I want to take a picture with you". Lo que para cualquier fanático podría parecer el simple deseo de obtener una fotografía con su ídolo, para un joven boxeador venido del sur del mundo era un desafío. A pesar de haber estado hasta hace pocas horas en el ring del hotel Hilton de Las Vegas y de estar ahora en una fiesta con la crema y nata del pugilismo mundial, el novel peleador debió recurrir a todo su valor para buscar la imagen que ilustra esta nota.
Ese fue el primer contacto entre Carlos Cruzat y Mike Tyson, en 1988. El vínculo entre ambos tendrá un nuevo capítulo, cuando "Iron Mike" visite Chile para la despedida del ex campeón mundial de peso crucero, el 9 de abril del próximo año.
Tras la velada en el Hilton, el legendario promotor Don King organizó una fiesta para sus amigos. Estaban Muhammad Ali, Joe Frazier y los boxeadores que habían animado el programa. "Era mi tercera pelea como profesional en Estados Unidos y había ganado, así que imagínate lo contento que estaba. En esa fiesta había grandes boxeadores y de improviso llegó Tyson", dice Cruzat.
El de Detroit acababa de ser campeón mundial y ya estaba cimentando su reputación como un luchador feroz, lo que llamaba la atención del pugilista nacional: "Me impresionó verlo llegar, porque estaba en la cresta de la ola y fue el único con el que quise tomarme una foto".
Así, a través de su entrenador de entonces, Cruzat logró llegar hasta la estrella, quien accedió sin problemas a posar para una foto. "Al principio no quería hablarle mucho, porque desde lejos intimidaba, pero le conté que venía de Chile y fue muy amable", rememora el "Castigo".
El encuentro podría haber quedado como una anécdota más, pero los caminos de Tyson y Cruzat volvieron a cruzarse a mediados de los 90: "En 1995 empecé a trabajar con el hijo de Don King, Eric, y me fui a entrenar al Golden Gym de Las Vegas, donde también practicaba Tyson".
Ahí, en la cuna de los grandes campeones y La Meca de todos quienes buscan hacerse un nombre, el nacional se las arreglaba para observar los entrenamientos del campeón. "El era la gran estrella y cuando entrenaba, cerraba el gimnasio para él y yo me quedaba para verlo trabajar", rememora Cruzat.
En esas jornadas, aprendió un par de lecciones del norteamericano: "Entendí que el talento tenía que complementarse con trabajo. Era impresionante verlo entregar todo en el entrenamiento. Veías pasar a cuatro o cinco sparrings en cada sesión".
La negociación final
Las conversaciones entre ambos, aunque pasajeras, se mantuvieron mientras Cruzat trabajó con King Jr. "No frecuentábamos los mismos lugares, pero sí conversábamos tras las veladas. En 2003 empecé a venir por más tiempo a Chile y el contacto se perdió", señala el ex campeón mundial.
Sin embargo, cuando empezó a planear su despedida, el primer nombre que surgió fue el de Tyson: "Todos los deportistas, cuando se despiden, traen a grandes figuras y quise hacer lo mismo. Mediante mi ex técnico, el búlgaro Ivaylo Goetzev, logré llegar a Tyson y accedió de inmediato a venir".
Así, aunque ni Cruzat ni Tyson subirán al ensogado, el chileno espera que la velada marque un renacer de la actividad pugilística.
"Quiero traer buenos peleadores extranjeros, de pesos elevados, que son los más atractivos para la gente, para que se enfrenten a los mejores chilenos y que Mike diga algunas palabras. Que sea una velada como las de la época dorada del boxeo en Chile", remata el "Castigo".
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