El día que empezó el hombrecito

<P>Jorge Sampaoli vuelve a Lima donde hizo su estreno en competencia oficial con la Selección hace ya 31 meses. Pese a que la Roja hizo un buen partido, Perú se impuso 1-0, en la única caida del DT por los puntos ante un rival sudamericano. </P>




En la compañía de bomberos número 34 de La Punta, en el Callao, Perú, no hay quien no haya oído la historia que la vincula con Jorge Sampaoli. Aquel lugar, enclavado en el corazón de la localidad costera, sirvió por algún tiempo de albergue del actual técnico de Chile, cuando éste dirigía al Sport Boys.

Por entonces, el casildense era un ignoto entrenador que había llegado un tiempo atrás al modesto Juan Aurich, donde fue despedido por los malos resultados. Su primera experiencia en el fútbol profesional peruano había sido un fracaso, pero Sport Boys estaba dispuesto a darle una nueva oportunidad. Eso sí, el dinero escaseaba, por lo que además del poco sueldo, le ofreció un alojamiento colindante con la compañía de bomberos, a la cual Sampaoli accedía por un pasillo interno. Así, durante largo tiempo, el hoy DT de la Roja intercalaba su tiempo con el estudio por el fútbol y largas charlas con los bomberos.

"Le decíamos el Hombrecito, por su pequeña estatura. Entraba y salía del lugar, como si fuera uno más de nosotros. Era muy educado con todo", recordó a La Tercera el brigadier Alberto Márquez, quien por esos años compartió con Sampaoli, quien se paseaba por la compañía con holgados buzos que sólo acentuaban su esmirriada figura.

A 13 años de aquel episodio, Sampaoli vuelve a la tierra que le abrió las puertas al fútbol profesional. Aunque en Chile consiguió el reconocimiento mundial, fue Perú el país que le abrió las puertas a un hombre más conocido por sus excentricidades y su obsesión por Bielsa, que por sus logros deportivos, hasta ese momento eran nulos. Allí su imagen, caricaturizada en un comienzo, hoy genera admiración.

Pero en Perú también por estos días, antes del duelo del martes, inflan el pecho cuando les mencionan a Sampaoli. Y es que recuerdan lo sucedido el 22 de marzo de 2013, en lo que fue el estreno oficial del casildense con la selección chilena. Aunque a esa altura ya había disputado tres amistosos, la cita en el estadio Nacional de Lima marcaba el debut por los puntos del técnico.

Sampaoli sabía que Lima no lo iba a recibir con una sonrisa. Lo que no aguardaba el técnico que los primeros problemas los iba a padecer desde el propio seno del equipo. Semanas antes del partido, apenas dio a conocer la nómina, Humberto Suazo desde México pedía ser borrado argumentando razones personales. Primer dolor de cabeza para el transandino, que se quedaba sin el goleador de la Roja. Para colmo, Valdivia, su gran apuesta apenas tomó el mando de la Roja, de hecho lo reincorporó al combinado nacional tras más de un año de ausencia, se lesionaría antes de sumarse a los entrenamientos. Antes de entrar a la cancha, dos golpes directos al mentón de un técnico que sin mucho tiempo tenía que devolver a la selección a puestos de clasificación.

Pese a las importantes ausencias, Chile no tuvo complejos para jugar en Lima. En el primer tiempo sometió a Perú a un ataque constante. Sánchez y Aránguiz dispusieron de varias ocasiones. Incluso el árbitro Diego Abal dejó sin sanción un par de claros penales en favor de la Roja.

"Nos vimos sorprendidos con el juego de Chile en esos primeros 45 minutos. Conocíamos como jugaban los equipos de Sampaoli, pero como recién estaba tomando el mando, no pensamos que tan rápido asimilarían el sistema", apunta el mediocampista Luis Ramírez, quien tomó parte del compromiso aquella noche de marzo del 2013.

Chile, más allá de la gran cantidad de chances de gol que desperdició, ya lucía otra imagen en las eliminatorias. Aquel equipo agonizante dirigido por Claudio Borghi en la última parte de 2012 sufría un viraje absoluto. Pero tanto despilfarro le salió caro a Sampaoli. Sobre el final del partido, Jefferson Farfán aprovechó un rebote en el área de Bravo para torcer la historia en favor de Perú.

"Debemos resolver las situaciones favorables como no hicimos aquella vez en Lima", subrayó Sampaoli después de la victoria ante Brasil, recordando lo sucedido ante Perú en las eliminatorias pasadas.

Pese al buen juego, muchos no le perdonaron a Sampaoli la inclusión de Junior Fernandes, quien tuvo una desafortunada acción en la jugada previa al gol de Farfán. Aquella decisión y la falta de finiquito, pondrían un manto de dudas sobre la capacidad de lidiar del técnico en situaciones límites, con la tabla apremiando. Sin embargo, la historia terminaría dándole la razón meses más tarde con la clasificación.

Hacia allá viaja nuevamente Sampaoli. El mismo lugar donde forjó sus primeros pasos, donde convivió con penurias y donde debió soportar la caricaturización de un medio que tardó años en confiar en sus capacidades. Y también al estadio donde sufrió la única caída por los puntos con una selección del continente. Condimentos suficientes para que el técnico se ponga su mejor traje para evitar los murmullos.

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