El "disco pare" que enfrentarán los productos típicos
<P>La nueva ley de etiquetados comienza a pasearse por las tradicionales papayas serenenses, el mantecoso queso del sur o la tradicional torta curicana. Ahora, tendrán que venir con advertencias por sus altos contenidos en azúcar, grasa y sodio.</P>
TRAS una bullada discusión, la modificación al reglamento sanitario de los alimentos -que lleva a la práctica la ley aprobada en el gobierno del ex Presidente Sebastián Piñera- está hoy en su recta final, en etapa de discusión pública. Una vez que se convierta en ley, probablemente en 2015, este articulado promete cambiar el mapa de los alimentos envasados en el país.
La propuesta busca que todos los alimentos empaquetados que superen los límites establecidos en sodio, azúcar o grasas saturadas (ver recuadro) modifiquen sus etiquetas añadiéndoles íconos y mensajes que alerten al consumidor sobre los riesgos que conlleva su ingesta. La cara de cientos de productos cambiará para siempre.
Y si bien la nueva normativa no distingue entre productos industriales o artesanales, hasta ahora el epicentro del debate ha estado en la producción a gran escala. Pero la norma también se aplicará a los productos típicos, aquellos que son de consumo más esporádico y que se reparten desde Arica a Punta Arenas en manos de pequeños productores, verdaderos "emblemas" de la gastronomía y las costumbres regionales.
La reglamentación no habla de alimentos en particular. Sólo de límites en sus ingredientes. "El propósito no es prohibir la venta ni el consumo de ningún alimento, sino informar para inducir a la reducción del consumo de productos con exceso de calorías (energía), sodio, azúcares y grasas saturadas, en especial en población infantil", advierte Lorena Rodríguez, jefa del Departamento de Nutrición y Alimentos de la Subsecretaría de Salud Pública, del Ministerio de Salud (Minsal).
Pero desde la Asociación Gremial Alimentos y Bebidas de Chile (ABChile), que agrupa a los industriales, explican que esta nueva ley contemplará en su etiquetado a los productos típicos regionales del país, como "las papayas en conserva de La Serena, las tortas curicanas, los dulces de La Ligua, los dulces de Curacaví, los chocolates artesanales y las frutas confitadas envasadas. Además, productos como quesos artesanales, cecinas de Curicó, aceitunas en conserva, por nombrar algunos ejemplos", enumera Marisol Figueroa, gerente técnica de ABChile.
La nueva norma "obligará a estos pequeños productores a poner un 'disco pare' en sus productos por cada nutriente que exceda el límite establecido en el reglamento, el que estará ubicado en la cara principal del envase", sostiene Figueroa. La gerenta técnica añade que algunos productos "quedarán etiquetados con al menos dos disco pare, eso va a depender del exceso que tengan ya sea de azúcares, sodio, calorías o grasas saturadas".
Rodríguez, del Minsal, explica que, en general, "esperamos que no produzca un gran impacto económico en los pequeños productores. No es un gran gasto, no es que tengan que hacer estudios o evaluaciones de laboratorio. Ellos tienen sus etiquetas y saben cuantos nutrientes críticos tienen y si le adicionaron o es el nutriente natural". La experta lo ejemplifica así: si elaboran un producto en base a fruta y no le adicionan azúcares, "no hay problemas con los azúcares. El problema es cuando les adicionan", explica.
Entre los productores hay distintas realidades. Mientras algunos están solicitando información a las autoridades regionales y contratando estudios, otros derechamente desconocen el alcance de la nueva normativa. Tal es el caso de algunos productores de papaya en conserva de La Serena, que al ser consultados prefirieron no referirse al tema.
Dulces de La Ligua:
La encrucijada de vender a granel o envasado
Dulces La Liguana es conocida en el sector de La Chimba, en La Ligua, V Región. La fábrica nació hace 40 años y buena parte de su producción es envasada: de 30 mil unidades que salen del horno al mes -entre los que están productos como alfajores, cocadas, chilenos y cachitos-, 15 mil son envasadas. Este proceso comenzó hace nueve años, impulsado por Marcelo Plaza, oriundo de Papudo y dueño de la pastelería. La innovación distingue a Dulces La Liguana del resto de los productores de la zona, ya que es la única pastelería local que vende a granel y envasado. En el sector, cerca de 500 personas trabajan el dulce sin empaquetar.
Esto les permitió crecer como empresa y vender a clientes en Iquique, Santiago y Laja, en la VII Región. Hoy, el negocio lo comanda David Plaza, el hijo, quien asumió la dirección en 2009, tras el fallecimiento de su padre. Plaza cuenta que se está informando sobre la implementación de la nueva normativa. "Me estoy informando a través de las publicaciones de Chile Alimentos (...). Actualmente, las pymes están sufriendo bastantes cambios, lo cual ha significado una inversión adicional. Ahora, si debo invertir para el nuevo etiquetado en los envases de mis productos, es factible que siga vendiendo sólo a granel", afirma el productor. Y ejemplifica con los dulces envasados que elabora, que en promedio tienen 10 centímetros de largo y tres centímetros de alto. "Con la etiqueta que hoy rige, tengo tomado todo el espacio. ¿Dónde coloco más información ahora?".
Tortas curicanas:
Consultas al Seremi de Salud y estudio
La semana pasada, representantes de Tortas Montero, uno de los nombres más conocidos de las típicas tortas curicanas de la VII Región, pidieron orientación vía carta a la Seremi de Salud del Maule, sobre cómo implementar el nuevo etiquetado en los envases de sus clásicos productos de manjar y hojarasca. "La información que hay es bastante ambigua", afirma Paz Aránguiz, gerenta general de la compañía.
El tema lo siguen de cerca. "Esto significa un rediseño de las etiquetas. El distintivo que hay que colocarles ahora -el 'disco pare' en color negro- es bastante agresivo. No es un signo que pueda ser puesto en cualquier lugar ni de cualquier tamaño. Hay que ver que quede en un espacio que no perjudique mucho la imagen. Pero hay que cumplir con la norma", señala la gerenta.
Aránguiz explica que sus productos, al tratarse de pastelería, deben llevar el nuevo distintivo. "Me afecta en la torta curicana, que es lo único que vendo envasado que requiere etiquetado", detalla. El abanico va desde la 'tortita' de 100 gramos, que hoy posee una etiqueta de siete centímetros de diámetro, hasta la torta de un kilo, que lleva un precinto de 10 centímetros.
Hoy, están desarrollando un estudio para ver cómo sumarán los "discos pare" sin afectar la imagen del producto. Para ello trabajan con un ingeniero en alimentos de la compañía y, además, contrataron a un diseñador gráfico.
La firma produce cerca de 35 mil kilogramos de tortas al mes y no avizoran un impacto en las ventas. "Hay un costo inicial asociado al nuevo diseño de la etiqueta. Pero no veo un impacto, porque la persona que compra la torta sabe que tiene azúcar y grasa", sostiene Aránguiz.
Chocolates de Valdivia:
Preocupación por el cambio de stock de envases
Una rústica cajita de madera con un dibujo de la ciudad del río Calle-Calle en su tapa. Esa es la postal que evoca Entrelagos, la principal chocolatería artesanal de Valdivia, que tiene casi cuatro décadas de vida y produce 230 toneladas al año.
Con ventas por unos US$ 4 millones, que se reparten entre chocolate, mazapán y especialidades dulces, la firma deberá cambiar los envases del 70% de su oferta, explica Francisca Montecinos, subgerenta general de la chocolatería e hija del fundador de la firma, Tiglat Montecinos.
La empresaria explica que, como la etiqueta de advertencia será de tamaño estándar, hay productos como el "estuche de cuchuflí de cuatro unidades" o las cajas de 100 gramos de bombones, que tendrán en su parte frontal por lo menos el 30% dedicado al "disco pare".
Pero para ellos el mayor problema es otro. Como el reglamento será implementado en 2015, "no podemos hacer grandes compras de envases, ya que el diseño va a sufrir una variación, lo que nos impide obtener un mejor precio de compra. El costo de los envases es altísimo y cambiar todo nuestro stock va a significar pedir un capital de trabajo adicional para hacer el cambio, lo que nos tiene bastante preocupados como mediana empresa", dice Montecinos. "Esperamos que las autoridades sean lo suficientemente flexibles para hacer el cambio gradualmente, a medida que se acaben las existencias actuales", añade. Con todo, no prevén un impacto en las ventas.
Reclama que aún existen algunas dudas de criterios, diseño y formas de aplicación, "que incluso las autoridades regionales sanitarias tampoco tienen claras, por lo que nos han aconsejado esperar hasta que el reglamento este 100% definido", afirma la gerenta.
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