El "dress code" parlamentario en América Latina
Tacón entre los dos y los ocho centímetros de altura. Faldas que lleguen como mínimo a la rodilla. Prohibición de blusas y camisas con escote, colores muy vistosos y evitar el exceso de maquillaje. Esas son algunas de las normativas del nuevo Manual de Protocolo para parlamentarios, asesores y visitantes del Congreso en Colombia.
"Es importante una imagen más sobria en las sesiones, estábamos notando que muchas mujeres asistentes y representantes no correspondían a la ocasión, ni al lugar", dice Adrián Otalora, encargado del Area de Visados en la oficina de Protocolo colombiano.
La norma colombiana, en todo caso, constituye una excepción dentro de los países latinoamericanos, donde un código que especifique el vestuario que deben usar los parlamentarios, prácticamente es inexistente.
En Chile, de hecho, no existe un reglamento que obligue a diputados y senadores, por ejemplo, al uso de corbata. Hasta 2006 existía un acuerdo de régimen interno para imponer este atuendo, pero fue derogado luego que parlamentarios pidieran su revisión.
La polémica generada por la vestimenta del diputado y ex dirigente estudiantil Gabriel Boric, sin corbata y con camisa arremangada, no se condice con las normas, aunque sí con el carácter tradicionalista que ha imperado en el Congreso desde los 90.
Este tipo de controversias también se ha generado en el extranjero. Parlamentarios de países como México, Venezuela o Paraguay tienen una costumbre más flexible en términos de indumentaria, lo que muchas veces ha llamado la atención de los medios de comunicación. Es el caso de la diputada mexicana Crystal Tovar, quien fue foco de comentarios alusivos a su belleza y atuendo, luego de asistir con minifalda a una sesión en el Congreso. "Los Sombreritos", en tanto, son dos ex diputados paraguayos apodados así por llegar a la ceremonia de juramento del cargo con sombrero y traje con motivo colonial.
Camisas manga corta, jeans y zapatillas deportivas es la ropa que usan los diputados en Venezuela. Las mujeres pueden ir también con minifaldas. Pero no siempre fue así. Fue en 1999, cuando Chávez llegó al poder por primera vez, que se reformó la Constitución y se eliminaron las disposiciones referidas a la forma de vestir. "Culturalmente el legado de Chávez siempre fue muy desprendido de esta vestimenta con roles clasistas, incluso sus seguidores querían tener contacto más directo con el pueblo y romper con esa atadura que daba la vestimenta", dice Berny Gallegos, Asistente Protocolar del Parlamento Latinoamericano venezolano.
En Argentina y Perú la tradición de un estilo formal sigue la misma línea que en Chile: no hay un código que exija nada, pero el uso de la corbata y atuendos solemnes prima en sus Congresos.
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